Como el agua que besa la isla bella. Por Mannfred Salmon y Sebastián Cabrol.
Mi relación con el terror viene desde hace muchos años, aunque
en verdad lo que mas nos gustaba ver era fantasía y ciencia ficción. El terror
con mayúsculas me afectaba demasiado, como a cualquier chico.
Recuerdo ver con los ojos medio tapados “the thing” de john
Carpenter; mejor ni hablar de “el exorcista” o la saga de La Profecía, todo eso
del diablo y el anticristo me causaba pavor.
Mas adelante me empecé a interesar por la literatura fantástica
en general (por fantástico me refiero más a lo inexplicable que a dragones y
reinos elficos, etc.) y autores como H P Lovecraft, W H Hodgson, Algernon
Blackwood y Arthur Machen me influyeron muchísimo en el modo de encarar el
horror ficticio. Me mostraron caminos distintos, alejados del gore y la sangre,
y del castillo embrujado del gótico tradicional. A veces una tradición oculta
que se ejerce a plena luz del día puede ser tan terrorífica como un exorcismo a
la luz de un candelabro.
Esta historieta corta que hicimos con Mannfred Salmon tiene un
aire muy tradicional, un ghost story español bastante cercano a Gustavo Adolfo
Bécker y MR James. Me gustó mucho dibujarla y quise (por ahí sin lograrlo)
darle un aspecto de esos comics de terror de los 70´s como Tomb of Drácula o
house of secrets.
Mas cosas mías por acá: CABROLART.