La evolución del cine zombie. Por Luciano Avila.
La evolución del cine zombie
Es curioso cómo un subgénero del terror que podría aparentar
ser algo limitado, logró mantenerse vigente durante tanto tiempo, desde
producciones independientes hasta blockbusters, e introduciéndose en la
filmografía de reconocidos directores no especializados en el subgénero, como
Edgar Wright, Peter Jackson, Robert Rodríguez, Zack Snyder o Danny Boyle. Han
incluso ingresado a las series de televisión, rompiendo la barrera del tabú que
algunos (tanto cadenas como espectadores) tenían respecto a transmitir
masivamente y de manera regular contenido con semejante violencia gráfica, que se
normalizó con series como Dead Set (2008),
The Walking Dead (2010) y Z Nation (2014). Pero el camino hasta que
se llegó a este punto fue largo, como todo subgénero, no nació de un día para
el otro, sino que fue una sumatoria de elementos que se fueron incorporando con
el transcurrir del tiempo y la experimentación. Si bien la palabra “zombie”
nació mucho tiempo antes que las películas de muertos vivos, White zombie (1932) es considerada como
la primera cinta donde estos seres sobrenaturales aparecieron en pantalla, en
la que se induce el estado zombie a uno de los personajes mediante magia vudú,
pero que se encuentra lejos de las epidemias de muertos vivos que serían una
pieza recurrente del subgénero más adelante. Esto no sucedió sino hasta que
apareció Night of the Living Dead (1968)
de George Romero, la
película tomó como influencia la novela I
am legend (que décadas después recibiría adaptación cinematográfica con
Will Smith) y aunque en ninguno de los 2 casos se utilizaba la palabra “zombie”, el
concepto empleado para sus “muertos vivos” es inequívocamente similar. Night of the Living Dead es considerada
por muchos como la película más influyente del cine zombie, ya que establece casi todas sus
bases (de las que más adelante se crearían variaciones), como que los zombies son
cadáveres reanimados que buscan comer la carne de los vivos atacando en hordas,
que no piensan, no se cansan, no se ven impedidos por sus heridas y que solo
pueden morir cuando se les destruye el cerebro.
Pero Romero no es considerado el padre del cine zombie sólo
por darle al subgénero sus rasgos característicos, sino también por saber
llevarlos más allá 10 años después. Romero, tras su primera e influyente
película, había perdido frente a su ex-compañero John Russo los derechos de
utilizar “living dead” en los títulos de sus siguientes proyectos, teniendo así
que emplear “of the dead” en su lugar. Es así que en 1978 estrenó Dawn of the Dead, la producción zombie más
grande hasta ese momento, con innovadores efectos especiales (a cargo de nada
menos que Tom Savini) y dándole lugar a otra cualidad del subgénero: el gore y
la violencia gráfica. Además de demostrar que los zombies, pueden ser mucho más
que seres sobrenaturales funcionales a meter en aprietos a los protagonistas, ya
que al darles el contexto adecuado, pueden utilizarse para criticar
determinadas actitudes sociales (como en este caso lo hace con el consumismo).
Una vez asentadas las bases, el subgénero comenzó su
expansión, películas como Day of the Dead (1985) y Re-Animator (1985) le dieron un toque
más científico a la reanimación de muertos. Además, Day of the
Dead planteó un esbozo del
potencial intelectual (limitado) que eran capaces de desarrollar los zombies,
mostrando que podían razonar y aprender alguna que otra cosa.
El subgénero ha presentado tantas variantes, que existen
casos donde es polémico catalogar algunas cintas como una película de zombies,
tal es el caso de Evil Dead (1981) ya
que si bien son cadáveres poseídos por espíritus, algunos también los
consideran muertos vivos, pero no vamos a debatir eso acá. Si bien esta
película ya existía para cuando llegó Return
of the Living Dead (1985), no fue
sino hasta que se estrenó esta última que empezó a florecer la mezcla de
zombies y humor.
Como mencionamos anteriormente, John Russo es el
injustamente menospreciado co-creador de Night
of the Living Dead, tras romper alianzas con Romero, siguió su propio
camino y tiempo después escribió Return
of the Living Dead, una cinta tan gore como humorística, con referencias
culturales de la época incluidas. Hasta se permitió algunas libertades sobre la
mitología zombie que se conocía hasta el momento, en esta película los muertos
vivos eran claramente inteligentes, podían hablar, moverse rápido y por primera
vez deseaban ingerir específicamente el cerebro humano. Luego de Return of the Living Dead, emergieron películas
como Braindead, también conocida como
Dead Alive (1992) o Evil Dead 2 (1987),
que llevaron algunas características del subgénero al extremo y le dieron más lugar a la comedia que el
resto de las películas de zombies habidas hasta el momento.
Con la catarata de cintas sobre muertos vivos que fueron
apareciendo con el correr de los años, el término “zombie” se fue volviendo
sinónimo de un estereotipo visto hasta el cansancio y comenzó a decaer. Es así
que el subgénero debió reinventarse, alejándose notoriamente de su fórmula
clásica y por esto es que comienza a acrecentarse la tendencia de las películas
por utilizar seres con algunas características similares a los zombies, pero que
no son nombrados como tales. Buscando apartar las historias de esa etiqueta
estereotipada, se opta por llamarlos “infectados”, aunque la historia y
acontecimientos que se presentan suelen ser muy similares a los de las
historias de zombies, con escenarios post apocalípticos repletos de criaturas
de forma humanoide que solían ser personas conscientes y que ahora buscan
asesinar humanos. Esta modernización de la esencia zombie, llegó al cine
primero con 28 Days Later (2002) y
continuó con la adaptación de I Am Legend
(2007). Con esta reinvención, los zombies que corren (si bien no era la primera
vez que se veían) se empezaron a hacer presentes más a menudo, por ejemplo en
la remake que Dawn of the Dead tuvo
en 2004 o en World War Z (2013).
Por esos años, el subgénero también se vio revitalizado
con cintas como Shaun of the Dead (2004)
o Zombieland (2009) que, además de
combinar maestramente terror y humor, volvieron a utilizar a los zombies como
medio para criticar a la sociedad moderna, así como también haría la antes mencionada
mini-serie Dead Set (2008) con una
brillante analogía del mundo de los reality shows.
Por otro lado, tras el sorpresivo éxito de The Blair Witch Project en 1999, vino el
boom de las películas de found footage (o “metraje encontrado”), frente a lo
que el cine zombie no quiso quedarse fuera y es así que surgen producciones que
buscan indagar en la mezcla de estos 2 subgéneros. Algunas con una calidad y
aceptación pobres, como la anteúltima película de Romero, Diary of the Dead (2007), y en otras (escasas) ocasiones
encontraron un éxito mayor como en el caso de REC (2007), donde si bien (al igual que con Evil Dead) no podemos hablar de zombies en toda la regla, ya que se
revelan como posesiones demoniacas, mantienen el principio zombie, con la idea
de epidemia infecciosa a través de mordidas y la búsqueda desesperada por carne
humana.
Para este punto, el nicho de los muertos vivos creció
tanto, que invadió las producciones bizarras y también las independientes (y en
muchos casos ambas a la vez). Los resultados no se hicieron esperar, y es así
que surgieron películas como Night of the
Living Jews (2007), Planet Terror
(2007), Dead Snow (2009), Zombeavers (2014), Night of the Living Deb (2016), Daylight’s End (2016) y un
extensísimo etcétera, que homenajean o se ríen del cine zombie, ridiculizando su
vasta cantidad de variantes y los estereotipos del subgénero.
Como última variante a nombrar, hay propuestas como The Walking Dead que retoman (con una
calidad cuando menos cuestionable) la esencia planteada por Night of the Living Dead, donde los
zombies quedan en una situación más contextual para la historia y la verdadera
amenaza son los humanos y su comportamiento antes situaciones extremas. Así
como también, otras producciones han tomado el mundo de los muertos vivos y han
decidido alejarlo totalmente de su esencia de terror, eligiendo brindarle un tono
puramente dramático, como la serie In the
Flesh (2013-2014), o Les Revenants,
película del 2004 que luego tuvo su adaptación a serie en 2012, las cuales se
centran en los prejuicios y problemas tanto personales como sociales que debe
afrontar alguien que acaba de regresar de la muerte e intenta reinsertarse en
la sociedad.
Sería demasiado cliché (y debatible) concluir este
artículo diciendo que el subgénero zombie está más vivo que nunca, pero lo que
sí se puede afirmar, es que a través de los años el cine zombie realmente se ha
probado versátil, presentando muchas variantes en su mitología, demostrando que
no teme cambiar las reglas del juego, que sabe reinventarse para sobrevivir y
que no tenemos garantía de que más adelante no sepan volver a hacerlo, porque
(paradójicamente) es un subgénero que se niega a permanecer muerto.
Pueden seguir a Luciano en su Canal de YouTube LUCIANO AVILA SOBRE CINES Y SERIES. Donde encontraran reseñas, análisis, críticas, los diferentes elemtos que componen el lenguaje audiovisual , y consejos sobre aspectos técnicos en la producción cinematográfica.
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