DYBBUK. Por Juan manuel Colín Monroy y Romel Castañeda.

24 Oct 2017
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Guion, Juan Manuel Colín Monroy. Ilustraciones, Romel Castañeda.


En palabras del escritor, Juan Manuel Colín Monroy:

Desde que tengo memoria, el terror ha sido una constante en mi propia vida, primero con los relatos orales mexicanos de aparecidos y criaturas fantásticas que acechan en la noche, a los más recientes actos del narcotráfico. El miedo ha sido en cierto modo una compañera bien conocida, es por ello que peliculas de asesinos seriales como los relatos de Edgar Allan Poe, Ambrose Bierce, Howard Philips Lovecraft y Clark Ashton Smith marcaron  mi narrativa y  propuestas argumentales.

El terror  enfrenta al espectador ante lo desconocido, aquello que no puede controlar, lo que está fuera de nuestro alcance, que nos incomoda y fascina a la vez. En Dybuuk buscaba plasmar esos sentimientos, valiéndome de la premisa como “Lo deseado puede ser la causa de la ruina de quienes lo buscan”, que hay cosas fuera del alcance de la comprensión humana que deben permanecer siempre en las penumbras de las eras, que el amor, el deber y la pasión, son los motores de la propia existencia, la que nos dan un propósito pero que a la vez, nos pueden llevar a realizar los actos más infames y atroces solo por verlos satisfechos.



En palabras del ilustrador, Romel Castañeda:

Algunas creencias establecen que existen demonios en el mundo, seres que intentan arrastrarnos a la perdición manipulando nuestros deseos, dándonos lo que anhelamos, pero a un precio muy alto, como ocurre cuando no se leen las letras pequeñas en un contrato.

La trama de “Dybbuk” se basa en esta primicia, el protagonista desafía el límite humano y le pide al ente que reside en un amuleto que reviva a su esposa, y cegado por su ambición y su amor, no se da cuenta de que su petición es solo una ilusión.

Esta pequeña historia, forma parte de un conjunto de cómics en donde la misma entidad demoníaca engaña a distintos personajes a lo largo de diversas épocas, el denominador en común es un ente que termina engañando y llevándoles a un cruel destino.

El terror es un género delicado, hay que jugar con las emociones del espectador, tiene que ser atrapante y al final del relato dejar un sentimiento de angustia, de desolación o misterio. En mis cómics el terror no es una bandera frecuente, pero gracias a la experiencia literaria en el Horror Cósmico de Lovecraft y las historias de Poe (Por citar solo un par), he podido crear atmósferas satisfactorias para desarrollar emociones como: La desesperación, la angustia y por supuesto el miedo.


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