Detrás del Cuchi

Una recopilación de historias, anécdotas e interpretaciones musicales que muestran quién fue y qué nos dejó Gustavo “Cuchi” Leguizamón.

Hace un siglo, el 29 de septiembre de 1917, nació en Salta un hombre que se transformó en mito. Inquieto, exquisito, difícil de seguir y fácil de encontrar. Noble y alegre. Un genio que irradió talento desde el norte argentino y que fue reconocido en el mundo por la revolución que marcó con su música. En esta recopilación de historias, anécdotas e interpretaciones musicales, LA GACETA fue detrás del Cuchi para contarte en cuatro videos quién fue y qué nos dejó Gustavo “Cuchi” Leguizamón.

Un universo musical

El Legado

A 100 años de su nacimiento y 17 de su muerte, la música del Cuchi Leguizamón permanece en un limbo extraño de prestigio y marginalidad, recopilada por sus cultores y revisitada por algunos pocos, que reconocen en su nombre el de un genio único.

“La gente cree que el folklore es un montón de cosas muertas, pero se olvida de que la música es vida. A la gran música nacional debemos alimentarla con una gran música popular”.

Esa música fue un propósito y cuidó la herencia con el rechazo a todo lo que la pervirtiera. Declaró su enemistad a las discográficas, se resistió a los homenajes, detestó Cosquín y las farsas festivaleras, eligió los riesgos de revolucionar lo dado y creó el Dúo Salteño para encarnar esos duendes.

En SADAIC hay 85 temas con su firma sola o asociados a las de poetas como Manuel J. Castilla, Jacobo Regen, Armando Tejada Gómez, Miguel Ángel Pérez, Jorge Luis Borges, Jaime Dávalos o César Perdiguero, entre varios más. Quienes lo conocieron lo definen como un creador y un pensador profundo, un bohemio impuntual y encantador, un trabajador de la música y un anarquista en sus ideas.

Maestro de la vida

El Legado

Durante más de 40 años el Cuchi fue profesor de historia en el Colegio Nacional. Varias generaciones de salteños lo recuerdan por la alegría que imprimía en sus clases y subrayan la originalidad de sus maneras. El diario siempre bajo el brazo, el traje impecable, los mocasines siempre un poco sueltos y, a veces, del todo abandonados, mientras que, desde su escritorio, se iba por las ramas de la historia universal.

“Nunca me arrepiento de las cosas que hago. Si son contraproducentes, son las que más me gustan”.

Uno de sus alumnos, Pablo Flores, recuerda al maestro como un espíritu inspirador, que invitaba a la lectura, que aborrecía la “opería” y apuntaba a la autoexigencia antes que al control. El mismo impacto tuvo en sus hijos y Luis, el menor de los cuatro, habla de las reglas que imponía en la casa que compartieron durante los años de adolescencia que vivieron con él.

El andariego

El Andariego

Un hombre que le silba a los pájaros, que dice invocarlos y ellos lo siguen. Declara la existencia de los duende, los baila y los canta, pero prefiere que lo hagan los que saben mientras él se dedica a imitar a los rococos o los chalchaleros. La vida del Cuchi Leguizamón duró casi 83 años, porque murió dos días antes de cumplirlos, y por eso septiembre tiene la marca doble de su paso por el mundo.

“Cuando enloquezca, que será mi gran ventaja, voy a realizar algunas cosas importantes, pero espero todavía la locura final, que puede llegar en cualquier momento”.

Las casas donde vivió, las mesas donde brindó con sus amigos, los pianos incontados donde pasó las noches tocando música rodeado de poetas y artistas, la ciudad que vivió el Cuchi mantiene el magnetismo con el que la transformó. Su estatua en la esquina de Buenos Aires y Caseros lo inmortaliza en una de sus escenas favoritas: cerca de la plaza, sonriéndole al espacio. Mirá el video que le sigue el rastro.

Historieta

Historias y anarquía

Entre la anarquía y las historias

La dimensión política del Cuchi Leguizamón comenzó a gestarse en su infancia. “He luchado por la libertad desde mis primeras luces”, dijo en la entrevista que le hizo en 1995, durante cinco encuentros, Humberto “el Gringo” Echechurre, y que editó en el libro “A solas con el Cuchi”.

“El Che fue un tipo formidable, extraordinario. No tenía ningún inconveniente en jugarse la vida y perderla… ¿Cómo vamos a estar pendientes de la evolución del dólar?... Ellos proponían otro modelo distributivo para la sociedad. Que aquel que nada tenga, empiece a tener”

La libertad como lucha, como conquista y disciplina, era parte también de su universo creativo. “Juan panadero”, “Cantora de Yala”, “Lavanderas del Río Chico”, “La pomeña”, “Panza Verde”, “Chacarera del expediente”, fueron algunas de las muchas obras que dedicó a los postergados, los anónimos, los personajes pequeños de los pueblos y de las historias que le llegaban, que escuchaba o conoció durante sus años como fiscal de la Provincia.

“Más que recuperar, era lo que sentía por convivir con ese pueblo, amaba ese pueblo y a los poetas que componían con él. Fue registrando esos momentos”, cuenta Mariana Carrizo, en el último video de esta serie.

La Gaceta Salta

Cobertura especial realizada en el centenario natalicio del Cuchi Leguizamón. Producción realizada por el equipo periodístico de LA GACETA Salta.

Equipo periodístico: Celina Alberto, Mercedes Mosca e Iván Rodríguez
Cámara y edición: Iván Rodríguez
Ilustraciones: Emi Gauna
Fotografías: Gentileza Familia Leguizamón