Hotel Termas: renace una reserva de salud, historia y misterio

El mítico hotel de Rosario de la Frontera sigue en obras para reinaugurarse por completo a fines de febrero. Repasamos su leyenda y te mostramos cómo está hoy.

19 Dic 2014

Dice la leyenda que las aguas calientes que brotan de la serranía de La Candelaria son lágrimas de la tierra que llora matanzas de hombres contra hombres. Un testimonio de las guerras de conquistas entre pueblos y que terminó con el exterminio de las comunidades originarias por parte de los españoles.

También desde España llegó el hombre que iba a construir alrededor de esas nueve variedades de aguas -que salen desde más de 4.000 metros de profundidad a temperaturas que van desde los 25 a los 99 grados, las más calientes del mundo- un monumento para su manejo terapéutico. El Hotel Termas de Rosario de la Frontera, inaugurado en 1880 por el doctor Antonio Palau en sociedad con los millones de la familia Tornquist, se convirtió en oasis para millonarios europeos y familias aristocráticas argentinas, que encontraron en el corazón de la yunga salteña un edificio con el lujo y las comodidades de una pequeña ciudad autosustentable.

Mármoles de Carrara, pisos de roble de Eslavonia, un ejército de mozos y servicio doméstico para atender a los pasajeros que se hospedaban por temporadas de varias semanas y hasta meses. Luz eléctrica cuando el pueblo todavía no la tenía, visitantes célebres como Sarmiento, Uriburu, Mitre, Avellaneda, Irigoyen, Belisario Roldán, Lola Mora. Atraídos por las promesas curativas del lugar, los visitantes llegaban en tren hasta Tucumán y luego llevados en carretas hasta el hotel, hasta que en 1886, y con la visita del por entonces Presidente Sarmiento, un ramal del ferrocarril se extendió a pedido de los propietarios hasta la estación Los Baños, fundada para el hotel.

El Termas atraía por su agua y por su encanto aristocrático, una mezcla de hotel y sanatorio en el que daban baños con barros y masajes. Los mismos que a fines de febrero volverán a darse en los nuevos baños del complejo, en instalaciones renovadas por completo y que ahora sumarán un área de spa, nueva pileta con solarium y servicios de terapias y duchas especiales.

El edificio inmenso, con capacidad para 150 pasajeros y bajo administración del estado salteño, inauguró esta semana las obras de reconstrucción de las 12 habitaciones del tercer piso, el más alto y luminoso del complejo, ahora equipado con todas las comodidades, lo mismo que las de planta baja, mientras quedan en espera las del primero y segundo piso. 

El trabajo pendiente es mucho, costoso y de ejecución artesanal. Franco Liberatore, al frente de la empresa que se encargó de las obras -la misma que trabajó en la restauración de la Casa Leguizamón- dice que la restauración fue imponiendo condiciones a medida que se iban desnudando las estructuras antiguas del edificio. "Las características del agua, muy ferrosa, había destruido las cañerías y hubo que reemplazar por completo todo", cuenta, y agrega que en algunos sectores, como en el edificio de los baños, las paredes debieron sostenerse con hormigón armado de ambos lados para darles firmeza. 

Punto exacto

La ubicación del Hotel, a siete kilómetros del pueblo, en medio de una selva húmeda de vegetación abundante y suelos rojos, lo contiene en un entorno que lo destaca y al mismo tiempo lo aisla del mundo. David Bernacki, guardaparques y conocedor profundo de la historia y la geografía del lugar, diagnostica como uno de los principales problemas del acceso al lugar el desconocimiento que hay sobre su existencia y características. Aunque el nombre sea la gran mayoría de los pasajeros que llegan nunca habían oído hablar del hotel. "La gente sabe que está pero no viene. El turismo extranjero que fue en los comienzos el que más lo frecuentaba, ahora no viene y casi nadie se entera de que esto está acá", asegura. Su empresa de turismo aventura, La Cara Oculta de Salta, se dedica a hacer excursiones por la zona y Bernacki asegura que cerro adentro los lugares naturales para conocer son extraordinarios.

Apariciones en la yunga

Nieto de un inmigrante polaco que fue contratado para arreglar un motor de las maquinarias que servían en el hotel, el guardaparques no escatima detalles de la historia, las leyendas, los personajes que pasaron por el lugar. Cuenta por ejemplo que la Virgen de la Montaña se le apareció a obreros que limpiaban los caminos de acceso al predio, en medio de los árboles donde hoy se erige la gruta. 

"Cuentan que en la capilla del hotel había una imagen, y que un día apareció en el lugar donde ahora está la gruta. La llevaron de nuevo al santuario, y volvió a aparecer en el cerro. Así varias veces, sin que nadie se explicara cómo pasaba. Entonces decidieron que ese era su lugar y ahí la dejaron y le construyeron un lugar para ella", relata. 

Ni de fantasmas, ni de aparecidos, ni de historias de espanto quiere hablar el guía, "no me gusta que se fomente eso, pero si viene alguien con uno de esos aparatos que registran las energías, acá seguro que algo aparece", sentencia, y no refuta las versiones de ruidos extraños, de movimientos inexplicables y presencias sobrenaturales que algunos atribuyen al lugar. 

Ciudad hotel

Aunque sin la autonomía de sustento que tenía en sus comienzos, el Hotel Termas apunta a recuperar esa producción de alimentos y servicios. Hoy trabajan allí 70 personas, se fabrica el pan, hay cocina y atención permanente para los que elijan instalarse noche y día. 

El alojamiento hasta fin de año cuesta entre $430 y $950 por día, con desayuno, de lunes a jueves, y los fines de semana sube a $620 la habitación más económica. El 1º de enero, los precios mínimos y máximos subirán a $520 y $1200, respectivamente. Los departamentos para cuatro y cinco personas cuestan ahora $870 y $1020, y pasarán a $1080 y $1250 los fines de semana.

Además de las aguas termales, el predio tiene cancha de golf homolagada con 9 hoyos, wi fi, cancha de tenis, beach voley, bochas, un servicio de spa y sala de masajes.



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