Embarazo adolescente: Fue mamá a los 16 y ahora ayuda a otras adolescentes a cuidarse

“Ya no tenía que hacerme cargo de mí, solamente; había una vida que dependía de mí”, evalúa.

30 Sep 2018
1

SIEMPRE DISPUESTA. A Marta Juárez le gusta escuchar y aconsejar a los jóvenes de su barrio. la gaceta / Foto de José Nuno

TUCUMÁN.- Marta Luján fue mamá por primera vez a los 16. Ella sabe bien lo que es haber padecido el rigor social. “Fue muy duro”, arranca. Tuvo problemas familiares, se fue de su casa y no tenía dónde vivir hasta que la cobijó su abuela. Ella y el padre del bebé querían estar juntos. Pero no era tan fácil. Había que buscar trabajo. Tuvo que abandonar la escuela y tomar conciencia: ya nada iba a ser igual. “Ya no tenía que hacerme cargo de mí, solamente; había una vida que dependía de mí”, evalúa.

Recuerda que los tres primeros meses no quería saber nada con el embarazo. Luego, cuando tuvo una pequeña pérdida se aferró fuerte a esa vida que crecía adentro suyo. Hoy, cuando Diego tiene casi 22 años, ella confiesa: “es la luz de mis ojos, mi orgullo”.

Marta tuvo tres hijos más y ahora, a los 38 años, está cumpliendo un sueño: retomó los estudios y pronto terminará la secundaria. Además, desde su trabajo en una cocina comunitaria del barrio ampliación Elena White, ayuda a otras adolescentes a cuidarse para prevenir embarazos. Todo lo hace en el marco del programa “Ellas hacen”, del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia.

“Hay muchos mitos; veo que las chicas tienen vergüenza de ir a pedir anticonceptivos al CAPS. Yo las persigo hasta que van”, cuenta. “A veces los médicos o agentes les dicen que tienen que ir acompañadas de su mamá a pedir las pastillas; entonces, no vuelven”, revela.

Sin querer queriendo, Marta se ha convertido en la persona a la que las jóvenes del barrio van a consultarle qué tienen qué hacer para protegerse de embarazos indeseados. “Lo primero que pregunto es: ¿te cuidaste? Algunas me dicen: “no, pero no pasa nada”. Les dio que sí, que no te das cuenta y pasa. Y les cuento mi experiencia”, confiesa.

“Aquí tenemos varios casos de embarazos de adolescente. Lamentablemente hay muchas adicciones; hay chicas que no recuerdan nada, siquiera; se dan cuenta cuando ya están de cuatro o cinco meses de embarazo. Hago lo que puedo: les insisto que tomen pastillas, que busquen preservativos, que se pongan el chip. No solo por lo del bebé, también que se cuiden de las enfermedades”, resalta la mujer, que luego de terminar la escuela irá por otro sueño: quiere convertirse en agente sanitario para seguir ayudando a los chicos del barrio.

Comentarios