Excesos e irregularidades: una fiesta de fin de año terminó en escándalo

El evento en el que habrían abusado de una chica de 17 años, hubo 20 efectivos que no controlaban el acceso de menores de edad.

02 Ene 2019
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En la fiesta de Año Nuevo, en la que una chica de 17 años habría sido abusada sexualmente por un joven de 18, los excesos e irregularidades marcaron una noche que terminó en escándalo.

En el complejo de la agrupación tradicionalista Gauchos de Güemes se realizó, en la madrugada del martes, la fiesta llamada Frida 2019, donde concurrieron más de 1500 personas y entre las que había una gran cantidad de menores de edad, quienes ingresaron sin ninguna dificultad, ya que en el acceso no se solicitaba el documento de identidad.

Las personas que fueron a este evento pagaron entre 350 y 800 pesos, solamente para poder ingresar: las entradas anticipadas se promocionaban en las redes sociales a 350 pesos con consumición y a 600 pesos, la “VIP” con champagne, para mayores de 23 años. Pero en la puerta de la fiesta, estos tickets costaban más.

Según relataron algunos chicos que concurrieron al lugar, los menores de edad no tuvieron problema de entrar, ni tampoco de comprar bebidas alcohólicas en la barra.

Al respecto, desde la policía dijeron a LA GACETA que el control del ingreso era responsabilidad de los organizadores, los cuales contrataron personal policial “sólo para brindar seguridad”.

“Hubo cobertura adicional de la Policía a partir de la 1:30 del 1 de enero”, según informaron desde la misma fuerza. Los efectivos dispuestos para la fiesta fueron 20 en total, los cuales permanecerían en el predio hasta el final de la fiesta. Pero ellos no estaban a cargo del control en el acceso –explicaron-, considerando que el artículo 106 bis de la ley 7135/01 determina que es responsabilidad de los organizadores “disponer de personal idóneo y suficiente para controlar tanto el ingreso al local, el consumo de bebidas, como así también de garantizar el mantenimiento de la seguridad y el orden del local”.

Pese a que el ingreso de menores de edad era evidente, y la venta e ingesta de alcohol a los chicos era corriente, recién a las 5:20 (diez minutos antes de finalizar el evento) la policía decidió labrar una infracción por exceso a la capacidad de personas permitidas y la presencia de menores.  A esa hora, el personal policial bajo el control del coordinador del sector 1B, jurisdicción de la comisaría 102, decidió desalojar el predio.

Más tarde, 50 minutos después del desalojo, se realizó la denuncia de abuso sexual en perjuicio de una joven menor de edad, habiendo sido uno de los baños de la fiesta el lugar de este delito.

Según pudo conocer LA GACETA a través de testigos de los hechos, la víctima salió del evento con unas amigas y, en una estación de servicio de la ciudad, fue reconocida por madres de compañeras del colegio. Al verla, las madres se aceraron a las jóvenes amigas y advirtieron a los padres de la chica sobre la situación en la que estaba su hija y, a partir de allí, se realiza la denuncia por abuso sexual, a las 6:10 del primer día del año.

El acusado de este delito es un joven conocido de la víctima, ya que asistía al colegio donde concurre la menor. Dada la denuncia, el joven de 18 años fue detenido y el caso está en manos de la fiscalía penal de Delitos contra la Integridad Sexual en feria.

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LA GACETA
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