Reseña del libro de cuentos Necrópolis

El libro fue el ganador del concurso provincial 2018. Se presentará en Buenos Aires, en la Feria del libro.

09 Abr 2019
1

Por Maira Rivainera (*)

Alguna vez deseé cambiar de ser, despertarme en el cuerpo de otra y vivir la vida de otra, por aburrimiento de la propia cotidianidad; hasta que caigo en Necrópolis y una parte de ese mundo estable se torna de pronto amable, la memoria es cosas que a diario te rodean y no ves ya (por costumbre).  

Al parecer hasta el amor se olvida, economía de los procesos cerebrales, sin duda. Las mismas cosas que insultas y tachas de rutina, esas que cuando no están te dormís para soñar que vas a ver y sólo entonces, saber quién seas gracias a convivir otra vez con lo que siempre estuvo. Objetos inertes tornándose parte del alguien que te das una idea sos. Si te dieran una chance nueva para elegir, como a diario sucede al momento de despertar: esa voluntad por recordar dónde hallas tu casa, qué sabes hacer, cuál es tu pena, cuál tu alegría, devienen insignificancias que hacen de la vida de un corazón algo especial. 

Después, figurate que sos el último vivo e inclusive, que por fin te quedas solo, hasta sin mundo. Exacto, el mundo que querías o el que querías cambiar, ya no están más. ¡Qué pulcritud de soledad! ¿Así que no era necesario entender el Tao para saber del vacío?

Pero no, hay que ir más despacio. Aborto legal ya!, se lee por ahí en un cuento. Desearía que me explique algo, no sé. ¿Para quiénes, voluntario o por pasatiempo? Que me explique por ejemplo cuántos abortos por mes por mujer son admisibles. O que explique si hay acaso un presupuesto para eso, ¿quién lo paga, es gratis o viene incluido en los impuestos? ¿Es obligatorio? Nada, nada de nada de inquietudes semejantes. En esta ciudad de ficción la muerte por aborto no es natural sino por desangre, que no es igual pero se muere al fin.  

Creo que si trabajas de Cura no te molestan los graffitis en las paredes del templo porque sabes, eso se llama justicia divina. Además la iglesia no se hace sola, están los concurrentes. ¿Y por qué existen? Encuentran ahí la imagen de seguridad espiritual que se necesita, ¡cuando se está desesperado! Aunque se estima no va a pasar nada, pues nadie peca demasiado.

Encontré instrucciones para reconocer una señora de clase pudiente: no se le notan las raíces. Desconozco si sean éstas también quienes recomiendan los exorcismos, aunque pareciera que ya no se usan. Esa bella convivencia entre lo mítico y la ciencia, ese caos donde quiero hacer la revolución en la cabeza de una doña que me escucha y mira a Satán. Nadie está obligado a abrirse de mente.

Además, ¿conocemos la emoción religiosa? En términos científicos se denomina esquizofrenia. Esto, en Necrópolis, no aquí. Aquí es fe, amor, pasión, el cuerpo de él, su sangre. 

Por fin una explicación a por qué sentimos miedo ante casas embrujadas, no es lo lúgubre, las sombras que recuerdan lo oscuro del corazón, la humedad del alma sola, ¡es porque no somos científicos! Por eso. Einstein, otro mito urbano. 

Entonces, ¿es cierto? El mundo es un lugar increíble. Nosotros no. Cuál mundo, ¿el de Sailor Moon? Redundaría hablar sobre el desencantamiento del futuro en éstos cuentos, fantasía o no del escriba, el eco en las noticias que veo algunas veces, a diario, por ejemplo; se hace sentir. Será que el dolor es más dolor si te pones a pensar que a quien le pasa es una persona, parece una obviedad pero si lo fuese no habría ni un solo argumento para no pasar el resto de la vida en el planeta tierra, repitiendo lo vil hasta que nos de vergüenza propia y no ajena; por el viejo babeante codiciando un cuerpo infantil, por los grupos homogéneos que segregan al otro, por el gil que se siente un gil porque lo friendzonean (cuando amas sexualmente y no sos correspondido), por el que hace del sexo un bien útil del mercado, por ese que no bancas porque siempre tiene mucha guita para usar en cosas que no te imaginas que se necesitan; siento esa sociedad parte de mí y anhelo hondamente  extinguirme.

¿Se pudrió el mundo, es esto el apocalipsis? ¿Es real, voy a olvidarlo cuando cierre el libro? Por supuesto, ese es el oficio del pequeñolector o consumidor final.

Esta noche arribo al olvido y mañana, al despertar, será como el primer día del año. El primer día del año es eso, un grito queriendo hacerse oír por los cuerpos durmientes.

(*) Autora del libro Letra de Carta

Comentarios