Cómo descubrir los perfiles falsos en Tinder

Como dice el refrán “no todo lo que brilla es oro”, y eso parece cumplirse en esta app de citas donde hay que tener cuidado para no caer en la trampa.

03 Feb 2020
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LO MEJOR ES DUDAR. No hay que creerse todo al pie de la letra. archivo

Sin importar si tu usuario gana la copa de los matches o si tu vida afectiva en línea también está en off, después de varias semanas usando Tinder todos nos volvemos sensibles a un síndrome que aqueja a la comunidad. A fines prácticos este se llama “el dedo juzgón” y consiste en una simbiosis entre aburrimiento y poder.

En promedio -según las estadísticas de la app de citas- una persona puede encontrar, por hora, más de 50 perfiles distintos. Lo que deja como resultado que la oferta pierda originalidad y haya que invertir aún más tiempo entre “likes” y “nopes” (criterio de clasificación) para encontrar una pareja diferente/potable.

Acá viene el segundo problema porque -a lo largo del proceso- también hay un montón de perfiles falsos con apenas una foto de portada o con biografías engañosas. Por eso, antes de sumarnos chascos a la lista, la regla de oro es dudar y aplicar nuestro poder de deducción al mejor estilo Sherlock Holmes.

El tema para identificar cuentas falsas es bastante simple: cuando es demasiado bueno para ser real, lo más probable es que no lo sea. Si nunca ganaste siquiera una lotería barrial ¿creés que de repente vas a encontrar, a dos kilómetros de distancia, a Denis? “de 33 años. Empresario de una firma multinacional. Ruso, viajando por América del Sur en busca de intercambios culturales… y de algo más” (ejemplo real).

El usuario fue uno de los 15 fakes que aparecieron a lo largo de 10 días en el buscador de Tinder y el estereotipo reproduce en su mayoría extranjeros que recorren el NOA, pero carecen de mayores referencias o enlaces de contacto más allá de una sola foto principal.

También, hay perfiles como los de Viktor. “26 años, tucumano que vive en París hace bastante. Profesor de deportes extremos y colaborador de Unicef. Me encanta hacer surf e ir de safari. Soy muy consciente del cuidado del medioambiente. Habido (sic) lector, cinturón negro de judo y piloto comercial en potencia”, a lo que agrega referencias escritas en francés de forma incorrecta como si se hubiera usado el traductor de Google.

Sospechosos

En el intermedio entre los turistas exitosos y sus delirios actorales se descubren otras cuentas en las cuales es complicado descifrar si se trata de una broma o de solicitudes serias. Por ejemplo, está Augusto (26 años) cuyo único propósito en la plataforma es encontrar alguna mujer dispuesta a formar un trío. O el caso de Valeria y Eduardo, quienes -amparados en el anonimato de una foto de gatitos- quieren nuevas experiencias sexuales. “100% de discreción asegurada. Para mayor información dar click”, afirman como si fuera un spot publicitario.

Para evitar la desconfianza -y también ser nosotros los sospechosos- lo mejor es agregar las nueve fotos que permite cada perfil y anexar además nuestro usuario de Instagram. Sumado a cubrir los requisitos básicos de la biografía con información verídica y comprobable en las imágenes. A partir de ahí, ya queda en nosotros decidir qué fantasía soñar. ¿Vamos por el ciudadano francés o por el chico que disfruta de tomar mates con amigos?

Top 5 de biografías

- Me encanta la cerveza, pero no tanto las artesanales porque tienen gusto a puflito. Trabajo (mucho) y estudio (menos de lo que debería).

- ¿Así que te gustan las chicas malas? Elegime, yo hago todo mal en mi vida.

- Me llamo Juan. Soy programador informático, fumigador, rugbista y -lo más importante- mi mamá dice que soy su hijo preferido.

- En el 2014 no reenvié una cadena de Facebook para que me diera suerte en el amor, y así terminé en Tinder.

- Tengo 29 años y voy a entrar en la crisis de llegar a los 30. Todo comenzó cuando mi novia me engañó con un amigo.

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