Caso Daniela Guantay: Arranca el juicio por uno de los femicidios más escalofriantes

Cuatro hombres están imputados por el crimen registrado en 2017. Nunca se había visto en Salta un ensañamiento tan inhumano contra un cuerpo.

03 Feb 2020
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Daniela Paola Guantay

Desde el 28 de febrero Daniela Paola Guantay desapareció. El 4 de marzo de 2017 su madre radicó la denuncia por la desaparición de su hija. Tres días después, en las márgenes del río Vaqueros, a la altura del barrio Juan Manuel de Rosas, alguien halló un cuerpo sin vida, que tiempo después –varias semanas después- se identificó como el de Daniela Paola.

No fue un crimen más. La violencia ejercida sobre el cuerpo de Paola, durante su asesinato y la violencia sufrida por el cuerpo, después de la muerte, han hecho de este caso, uno de los más escalofriantes.

"La mataron cruelmente a mi hija, nadie se merece morir así", dijo Verónica, el día que encontraron el cuerpo.

Este martes 4 de febrero arranca el juicio contra Julio César Monasterio, Norberto Silvestre, Carlos Alfredo Agüero y Juan Reynaldo Álvarez, imputados por homicidio triplemente agravado por mediar violencia de género por ser perpetrado con ensañamiento y por concurso premeditado de dos o más personas, abuso sexual con acceso carnal agravado por el número y tortura.

Los jueces Paola Marocco (presidenta), María Livia Carabajal y Francisco Mascarello tendrán la responsabilidad de juzgar a los cuatro hombres, y a dos mujeres, involucradas en el caso: Marisel Griselda Urzagaste, imputada por el delito de homicidio doblemente agravado por número y tortura agravada por la muerte de la víctima, todo en concurso ideal agravado por la participación de un menor de edad. Sobre la joven que era menor de edad pesan las mismas acusaciones.

El caso

Antes de la desaparición de Daniela Paola Guantay, Carlos Agüero dijo que le habían robado droga. Dijo, también, que “le iba a cortar las manos a Daniela por ladrona”.

Ese es uno de los testimonios del caso. Hubo entregadores: quienes llevaron a Daniela, como si fuera una detenida. La entregaron, se cree, a cambio de droga. La droga, como moneda de pago.

Los testimonios también dan cuenta de escenas de tortura: bolsa en la cabeza para evitar que respire, golpes y cortes. Ni siquiera se descarta que haya sido quemada. Todo esto habría pasado, según la hipótesis de los investigadores, en la vivienda que Álvarez usaba para a comprar y consumir sustancias.

Estos detalles dan cuenta de la magnitud y de la perversidad desplegada por los victimarios.

"La mataron cruelmente a mi hija, nadie se merece morir así", dijo Verónica, el día que encontraron el cuerpo. 

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