La fiscalía sostuvo que Daniela Guantay fue torturada y mutilada

En la primera audiencia, se escuchó la requisitoria de juicio, sustento de la acusación, en la que quedó claro que, para la fiscalía, la víctima fue torturada y mutilada y su cuerpo arrojado en bolsas al costado del río a la altura del barrio Juan Manuel de Rosas en la zona norte de la ciudad.

Esto es lo que pasó, según la hipótesis de la fiscalía: Paola desapareció el 27 de marzo de 2017. Tres días después el cuerpo apareció en las márgenes del río. La muerte se habría producido, según la reconstrucción de la Fiscalía, entre el 2 y 3 de marzo en domicilio de Álvarez en el barrio 17 de Octubre. Daniela, según la requisitoria fiscal, fue entregada la víctima a quien se le atribuía haberse apoderado de droga. Después de ser capturada, fue atada a una silla donde se la interrogó por el destino de la droga sustraída, lastimada con elementos cortantes abusada sexualmente y finalmente le amputaron las extremidades.

Metieron el cuerpo en una bolsa y lo tiraron a la vera del río.

“Fue un crimen aberrante en un contexto de una criminalidad organizada. Vamos a probar esto para que se les dé perpetua a todos”, dijo la abogada de la familia Guantay.

Agüero, según la abogada de la familia Guantay,  fue el que estuvo ofreciendo droga a cambio de que la entregaran. La mataron, según su hipótesis, a modo ejemplificador: para que los demás entendieran que no se debía robar droga.

Los imputados son Julio César Monasterio, Norberto Silvestre, Carlos Alfredo Agüero y Juan Reynaldo Álvarez, por homicidio triplemente agravado por iolencia de género, por ensañamiento y por concurso premeditado de dos o más personas, por abuso sexual.  

Marisel Griselda Urzagaste, por su parte, está acusada del delito de homicidio doblemente agravado por ser perpetrado con ensañamiento y por el concurso premeditado de dos o más personas, tortura agravada por la muerte de la víctima, todo en concurso ideal agravado por la participación de un menor de edad.

La joven M.L.M. (menor al momento del hecho) está imputada del delito de homicidio doblemente agravado por ser perpetrado con ensañamiento y por el concurso premeditado de dos o más personas, tortura agravada por la muerte de la víctima, todo en concurso ideal.

Hoy no declaró ninguno de los acusados. Por las declaraciones brindadas previamente se sabe que ninguno de los imputados ha admitido su responsabilidad.

“Estoy seguro de que son estas personas las que han matado a mi hija”, dijo Verónica Guantay, madre de Daniela.

En la causa declararán testigos reservados: personas que tienen miedo de represalias.