Recuperar hobbies, fortalecer vínculos y replantearse objetivos, el saldo positivo de la cuarentena

Investigadores de la Unsta estudiaron las consecuencias psicológicas del aislamiento social.

26 Abr 2020
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FAMILIA. Un padre les sirve la comida a sus hijos. La presencia de la familia es fundamental, según el estudio. reuters

TUCUMÁN.- Después de las dos primeras semanas de cuarentena Fernanda Fara comenzó a sentir los efectos del encierro en todo el cuerpo: temor, miedo, inseguridad y desesperanza. Pero también sensación de agobio y cansancio en todo el cuerpo, como si hubiera trabajado todo el día, justo lo que no viene haciendo desde el 20 de marzo, cuando el Gobierno Nacional dispuso el aislamiento social preventivo y obligatorio para prevenir la propagación de covid-19. “Cuando me empezó a faltar el aire ahí ya me di cuenta que la ansiedad y posiblemente la antesala de un ataque de pánico”, se autodiagnosticó la psicóloga social. Era la primera vez en 20 años que Fernanda y su esposo Rafael dejaban de trabajar en la imprenta digital familiar con la habían criado a sus dos hijos y que aun sostienen su hogar.

“No tengo ningún tipo de subsidio del Estado, vivo del trabajo de cada día, y la verdad es que ya no damos más. Durante este tiempo he hecho muchas cosas: he cocinado mucho, ordenado la casa, separado mucho para donar, recuperado vínculos con ex compañeros y amigos que no veía hace mucho a causa de la vorágine del trabajo. También he aprovechado para afianzar la relación con mis hijos y hasta he aprovechado para pensar qué cosas que me molestan de mí misma y tengo que cambiar. Pero ya está ¡necesito trabajar!”, suspira hondo.

¿Cuántas personas están pasando por lo mismo que Fernanda? En esa tarea se embarcaron profesores y alumnos de la cátedra de Sociología de la carrera de Psicología en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Unsta. Descubrieron que el 70% de la población se ve afectada a nivel social y económico, el 59% lo siente más en el plano laboral y el 50% lo sufre a nivel familiar.

El trabajo del licenciado en Psicología Francisco Viejobueno y del abogado Luis Britos, junto a 48 alumnos, destaca que si bien el 57% de los encuestados está cumpliendo de algún modo con sus obligaciones laborales y de estudio, “no es menor la cantidad de personas que no tiene la posibilidad de trabajar desde la casa y que ha perdido su fuente de ingresos”. En el análisis de los resultados participa la cátedra de Antropología Sociológica de la misma carrera a través de la psicóloga Irene Gutiérrez.

Al 52% de la población encuestada la pandemia no la encontró desprevenida. “Posiblemente al haber comenzado en el hemisferio Norte sabían, por los medios de comunicación, que iba a llegar al país en algún momento. Pero no deja de ser llamativo –dice el estudio- que un 45% responde que la cuarentena lo tomó desprevenido. Esto quizás se entiende en el sentido de que veía la situación de la pandemia como algo lejano que ocurría en otra parte del mundo”, agrega el análisis.

Lo importante es que al momento de decidir entrar en cuarentena, el 93% refiere estar acompañado. “La presencia de un otro es fundamental para prevenir o disminuir situaciones de angustia”, aclara Viejobueno. El estudio interpreta como compañía a parejas, hijos, familiares, amigos y mascotas.

El factor emocional

La encuesta revela que el 57% de las personas se siente afectada a nivel psicológico y emocional; el 51% en el orden físico y el 40% en ámbito espiritual. “Ante esta situación de crisis accidental, en la cual se produjo una disrupción prácticamente generalizada de la vida cotidiana, las personas se ven afectadas a nivel psicológico y emocional y se ven obligadas a encontrar mecanismos de resolución y readaptación” explican los autores. La cuarentena afecta a muchas personas al haberse modificado y alterado los mecanismos que dan estabilidad y seguridad como los vínculos, la rutina de actividades diarias y el trabajo afuera.

Por eso los investigadores recomiendan “armarse de una rutina que nos genere compromiso y sostenimiento de actividades, que en definitiva nos terminan sosteniendo a nosotros mismos, como mecanismos para evitar la depresión y los deseos de muerte, que son escasos pero se encuentran presentes en un 5% de los encuestados. Sabemos que hoy se están utilizando mecanismos alternativos y virtuales, pero también sabemos que no son los más propios de nuestra realidad humana – aclaran-. Una videollamada calma nuestras angustias, acorta la distancia, pero la necesidad de nuestros sentidos del contacto real se encuentra vigente y más pendiente que nunca antes”.

“También es cierto que hay que tener cuidado con la sobre adaptación, ya que muchos se ven tironeados por realizar actividades que en lo habitual no realizan y que deben conjugar con las propias habituales, lo cual genera tensiones que son percibidas por los menores y por el entorno”, alertan.

Conclusiones                                      

La vida espiritual

Cabe destacar que casi un 40% señala sentirse afectado en el orden espiritual por la dificultad de asistir al culto, a los templos y de recibir la asistencia de los sacramentos. “También en este porcentaje se pueden encontrar aquellos que no son creyentes y ante la ausencia de los ruidos externos se vieron enfrentados ante la soledad del sí mismo y su cuota de angustia”, añade Viejobueno. Aunque muchos (63%) refieren que no se sintieron afectados por esta situación. “Y esto último se entiende en el sentido de que es una actividad considerada como interior, de vida interior que no se ve afectada por una situación de encierro”.

Cabe destacar que para mantener la demanda espiritual de sus fieles  la Iglesia católica así como todos los otros cultos se han dedicado a sostener las actividades espirituales a través de las redes sociales.

Pero a pesar de ese esfuerzo hay un 37%, quizás los más practicantes de cada religión, que se sintió afectado en el orden espiritual por no poder asistir al culto, a los templos y recibir los sacramentos (comulgar y confesarse).

Valoración de la vida

El estudio destaca como positivo las respuestas que encuentra ante la pregunta “qué emociones vivencia usted en esta situación de cuarentena”. Como una fortaleza, la encuesta resalta que el 97% declara estar llevando adelante actividades y vivenciando emociones que tienen que ver con la necesidad de la conservación de la propia vida y la de la comunidad. Actividades de preservación que no solo están relacionadas con lo sanitario, sino otras como afianzar los vínculos a través de las redes sociales, mejorar la calidad de vida, y la posibilidad de continuar de algún modo con sus actividades familiares, laborales, sociales, de estudio, culturales, económicas y otras. Desde el encierro se trata de que la vida sea lo más normal posible posible.

Sentimientos negativos

El estado anímico pendular es propio de la situación extraordinaria que se está viviendo. “Por un extremo sobresalen la angustia y la irritabilidad. Angustia ante la incertidumbre, la falta de un horizonte claro, la modificación o pérdida de proyectos y objetivos, la dificultad de comprender hasta dónde llega esta situación, por ver la vida diaria modificada y de manera masiva y global. Esto conlleva emociones de irritabilidad y bronca porque esta modificación de lo habitual es vivenciada desde un origen externo al deseo del sujeto, tras un cambio repentino, no buscado. La mejor manera de sobrellevarlo será interiorizar y hacer propia la necesidad de esas medidas que nos protegen. A esta bronca se suma la afectación en lo social - familiar, lo económico y lo laboral. Son muchos los duelos a los que nos vemos llamados a elaborar, no solo al dolor por los fallecidos” explican los psicólogos Viejobueno y Gutiérrez.

Y aquí viene otro aspecto positivo: el 70% de las personas declara estar buscando calmar la ansiedad poniéndose en actividad constante como mecanismo de descarga de energía, incluso más de lo que era su vida normal o haciendo cosas que antes no hacía.

La creatividad

Como dicen los expertos, en lugar del péndulo está la angustia pero en el otro, la creatividad. Esto se ve claramente en las redes sociales cuando cada uno muestra lo que está haciendo en cuarentena, que incluyen todo tipo de actividades artísticas y culinarias, sobre todo. Los autores del trabajo señalan como positivo la salida creativa no solo a través de actividades sino también del humor, de poder reírse de lo trágico, de intercambiar memes, por ejemplo sobre esta situación que ayuda a liberar tensiones.

El 80% de los encuestados se reconoce creativo para sobrellevar la situación de aislamiento social: el ingenio lo pone en entretener a los hijos, resolver lo económico y continuar con sus tareas laborales y sociales; esto se ve en el aumento del teletrabajo y el uso de redes sociales para toda actividad artística y cultural.

La reflexión final

Todo lo anterior posibilita poner en la balanza las necesidades reales y las creadas durante la cuarentena. Los autores del estudio creen que “todo esto forzó a las personas a pensarse y re-pensarse, tomando el tiempo que se comparte y el de recogimiento, como un tiempo de retiro, de creatividad y de mirarse desde afuera. Si se sabe transitar con creatividad este período será un gran ejercicio de libertad y de reflexión, que hará posible un cambio de mirada, ya que para muchos la vida no seguirá siendo la misma luego de este tiempo de aislamiento”.

La opinión de los autores se sostiene sobre la base de que el 87% de los encuestados señala la necesidad de  “una resolución colectiva”, de la sociedad en su conjunto. El trabajo mancomunado y el afianzamiento será lo único que nos podrá sacar de esta crisis, percibida por todos como un “desafío común”.

Encuesta por Whatsapp                                          

Los alumnos elaboraron las preguntas

Participaron 910 encuestados. “Las preguntas se distribuyeron principalmente vía WhatsApp, con amplia y rápida difusión, quizás por la necesidad de las personas de encontrar vías de expresión ante la situación de cuarentena”, cuenta el psicólogo Francisco Viejobueno.

Las preguntas fueron elaboradas en base a material de estudio de los alumnos en sus clases virtuales. La encuesta buscaba indagar, básicamente, las reacciones psicológicas y conductuales que se están vivenciando a nivel individual y comunitario en esta situación de cuarentena y aislamiento social obligatorio por la pandemia de covid-19. El 84% de los encuestados vive en Tucumán, el 90% en el noroeste. 

El 10% restante se divide en un 8% del resto del país (con mayores respuestas de Córdoba y Buenos Aires) y un 2% de países latinoamericanos. La población que más respondió (84%) se encuentra entre los 20 y 70 años. Quienes más respondieron fueron las mujeres (65%); son ellas las que tienen mayor predisposición a participar y a responder preguntas.

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