Crece el comercio ambulante y se apodera de la ciudad

Hay malestar en los negocios registrados porque la venta ilegal les disminuye los ingresos, violencia en los operativos y contradicciones entre funcionarios.

28 Mar 2015

El comercio ambulante crece y se adueña de los espacios públicos de la ciudad. Desde hace tiempo, transitar por las peatonales, veredas, calles y avenidas; a diario, suele ser un verdadero caos por la usurpación de los vendedores ilegales. El sector registrado expresa su preocupación y malestar porque los ingresos bajan ante la presencia de competidores directos que venden la misma mercadería pero a un precio más atractivo para el bolsillo de algunos salteños. La subsecretaría de Control Comercial de la Municipalidad, "hace lo que puede", dice.

Lentes, anillos, ropa interior, paraguas, crucifijos, estampitas, pinturas en láminas, artículos de librería; son algunos de los rubros que los salteños y turistas encuentran de oferta por las calles de la ciudad. Sin tener que hacer largas filas, esperar ser atendidos por un vendedor -entre tantos clientes- y con varias opciones de productos para elegir, el comercio ambulante crece ante la mirada desapercibida de muchos.

Algunos madrugan; otros prefieren evitarse la molestia del reloj despertador y aguardan para instalarse en las conocidas "horas pico". Lo cierto es que desde temprano, al caminar por la ciudad se puede observar como los vendedores llegan con generosas mochilas cargadas de mercadería. Arrojan al suelo unas mantas y exhiben sus productos. Seducen a potenciales compradores con una sonrisa y buenas ofertas. Muchos detienen su paso para ver de cerca y deciden comprar. Así, y de a poco, las peatonales, plazas y las calles de Salta son usurpadas a diario por vendedores ambulantes.

"Tengo un sentimiento encontrado; por un lado me molesta porque se ponen en la puerta de nuestro negocio y venden la misma mercadería, pero más accesible. Nos bajan las ventas porque las personas, muchas veces, están con el tiempo justo y deciden comprarles a ellos y no entrar a un local y comprar", cuenta a LA GACETA una vendedora de una reconocida tienda de ropa en la peatonal Alberdi. Pero entiende la necesidad de trabajar de los vendedores ambulantes y comprar el pan de cada día.

El titular de la Cámara de Comercio de Salta, Rubén Barrios también se refiere a esta disputa de espacios y de ventas, y argumenta que la situación es crítica e injusta para el sector formal que paga sus impuestos y elevadas tasas para ejercer el comercio en Salta. Advierte inacción de la Municipalidad y asegura que trasladó su queja al gobernador Urtubey para encontrar una salida a este problema.

La venta ambulante en cifras

Por el crecimiento de la actividad, desde la subsecretaría de Control Comercial del municipio, Julio Gorena reconoce a LA GACETA que semanalmente se realizan más de 20 operativos para erradicarlo, y que este número creció en relación al 2014.



"El año pasado realizábamos dos o tres operativos por día. Durante los fines de semana disminuían porque la presencia ambulante también lo hacía. Pero este año estamos trabajando con tres o cuatro turnos intermedios durante el día", dice y amplía que el comercio ilegal en Salta suele incrementarse en las vacaciones invernales y durante el tiempo del Milagro salteño donde "se observa incluso el trabajo infantil".

"El problema está en la violencia en los operativos"

El funcionario municipal, Gorena relata que en los operativos de control comercial suelen darse verdaderas batallas que los expone a la agresión física constante que proponen los vendedores. "Nos enfrentamos contra masas violentas y por eso necesitamos del acompañamiento de la Policía porque los vendedores se ponen agresivos", señala y cuenta que la violencia, en algunas oportunidades, sobrepasó el contacto físico y los ofuscados vendedores dañaron las instalaciones de la sede de la Subsecretaría.

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