Ignacio Montoya Carlotto: “estoy ordenando mi nueva vida, aunque a veces cuesta”

Tras 37 años de una entregada y conmovedora búsqueda, la mujer insignia de la Asociación de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, recuperó a su nieto, al que siempre llamó Guido. En agosto de 2014 se encontró con un joven músico de 36 años que creció en el paraje San Miguel, cerca de la localidad bonaerense de Olavarría, y al que sus padres de crianza bautizaron Ignacio. Apenas confirmó su identidad, Ignacio eligió identificarse con los apellidos de sus padres biológicos, Oscar Montoya y Laura Carlotto, dos jóvenes asesinados en tiempos de dictadura militar.

“Soy un músico que encontró a su familia”, afirmó en ese entonces Ignacio, quien hoy llegó a Salta junto a su abuela, Estela. La titular de abuelas dará una charla sobre “Cultura, arte y derechos humanos”, a las 20, en el Teatrino, con entradas agotadas. Luego, a las 22, Ignacio subirá al escenario junto a su cuarteto para presentar un concierto de jazz e improvisación. Lo acompañarán Valentín Reiners, en guitarra; Andrés Elstein, en batería y Leonel Cejas en contrabajo. También cantará Mariana Baraj.

Antes de llegar a la ciudad, Ignacio habló con LA GACETA sobre su presente musical y personal.

-Tras la noticia sobre tu identidad y su repercusión mediática, ¿cómo sigue hoy tu vida? ¿Repercutió en tu música?

Han cambiado muchas cosas pero lo sustancial e importante como los afectos cercanos y las amistades, etc. Eso se mantiene inamovible y es parte de mi ancla a tierra. Mi presente está muy activo, estoy ordenando mi nueva vida, cosa que a veces cuesta. Pero es una etapa que vivo con mucha alegría. En la música ha repercutido se buena manera, el simple hecho de tocar más hace que aparezcan nuevas cosas, estoy componiendo mucho ahora, volcando todas estas experiencias y sentires al papel. -Antes habías participado de movidas sociales sobre la memoria.

-¿Cómo veías la lucha de los derechos humanos antes de conocer tu identidad?

Desde hace años participaba en las jornadas por la memoria y en diferentes cuestiones que tenían que ver con los Derechos Humanos. Lo realizaba con el mismo sentido ciudadano que me moviliza hoy, solo que ahora con un poco más de repercusión.

A Salta venís con tu cuarteto a tocar jazz, un género que venís disfrutando hace tiempo. ¿En qué proyectos estas trabajando ahora y que te atrapa del género?

Desde que comencé mis estudios musicales me acerqué a la improvisación. Mi interés era ese, tocar jazz e improvisar, luego en ese camino descubrí otras músicas que me atraparon y me acompañan. Ahora estoy embarcado en varios proyectos, la semana que viene con mi septeto comenzamos a grabar nuestro primer disco, cosa que nos tiene muy contento. Este año me encontrará grabando al menos tres discos y realizando muchos proyectos para este año”.

-¿Cómo fue el acercamiento con la música? ¿Existió para vos ese momento clave en el que te diste cuenta que te querías dedicar a esto?

A los nueve años, escuché una orquesta típica en vivo por primera vez. En ese momento supe que algo de lo que allí sucedía sería parte de mi para para siempre. -Sos compositor, director y arreglador.

¿Cómo vivís cada trabajo y como se fueron dando en tu vida?

Al terminar el secundario fue mi decisión seguir el camino de la música. Fue complejo, sobre todo en los primeros años, pero luego como suele suceder con estas cosas, todo comenzó a encarrilarse.

-Fuiste director de la Escuela de Música “Hermanos Rossi”, una labor que te pone en el lugar de la docencia ¿Cómo describís esta experiencia que implica también un compartir saberes y experiencias con músicos que se están formando?

Fui director hasta diciembre del año pasado. Fue una actividad que desarrollé con mucha alegría. Descubrí la docencia cuando ya llevaba varios años desarrollando mi actividad musical. Es una labor que me corresponde con mucho compromiso, creo en ella de manera consistente. De hecho, sigo ejerciendo en el Conservatorio de Olavarría.