Alejandro Deane dedica su vida a ayudar a las comunidades wichí

El ingeniero agrónomo construyó un sistema de riego por goteo para que los pueblos del Chaco salteño puedan autoabastecerse. Es candidato a Abanderado de la Argentina Solidaria.

27 Nov 2015
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Hace 39 años, Alejandro Deane dejó todo para vivir en Salta. Se había recibido de ingeniero agrónomo, igual que su papá, y tenía la posibilidad de continuar la estructura laboral de su familia, ser estanciero, pero eligió otro camino, quizás el más difícil. Con pocas cosas se instaló en el Chaco salteño dispuesto a ayudar a las comunidades indígenas de la zona.

“Tenía 23 años, me había recibido y no sabía que iba a hacer con mi profesión. Una opción era ser estanciero como mi papá pero en esa etapa de mi vida pasó algo revelador. De no creer en nada, conocí a Dios y sentí que tenía que cumplir una misión aquí”, confiesa Alejandro y agrega: “yo no sabía que había gente que hablaba otro idioma en Argentina, y que la idiosincrasia indígena era tan fresca y sin contaminación”.

Cuando llegó al Chaco como parte de una misión cristiana, Alejandro descubrió que podía empezar a trabajar con las comunidades haciendo artesanías. Tenía la habilidad y fue aprendiendo lo conocimientos con el tiempo. Entre el tallado de pequeños animales y utensilios de madera con el sello wichí nació la Fundación Siwok, que funcionó durante más de dos décadas y que se convirtió en un proyecto mucho más grande. “En el 2008 decidí cerrar el taller y volví a empezar de cero”, cuenta este salteño de corazón.

En ese tiempo descubrió que podía seguir contribuyendo a la supervivencia de las comunidades impulsando su economía agrícola. “En los pueblos había muchas ganas de producir pero necesitaban herramientas para hacerlo”, destaca. Alejandro edificó un sistema de riego por goteo cuando vio que en la zona la principal problemática era la escasez de agua. “Para darle seguridad a la producción agrícola tenía que empezar por darle agua a la comunidad y equipos para encontrarle y luego cultivar”, cuenta el candidato a Abanderado de la Argentina Solidaria, quien además destaca que “se debería invertir en el acceso al agua durante todo el día y no solo a la noche como sucede ahora”.

Desde hace años Deane se dedica enseñarles a referentes de las comunidades wichí conocimientos sobre perforación y cultivo de la tierra. De esta manera y en una zona árida crearon pozos chicos de agua que hoy son fundamentales para el desarrollo de la actividad agrícola que sustenta a 200 familias. “No se puede cambiar la forma de vivir de una cultura milenaria en dos años pero hay que seguir yendo. A mí a veces ya no me da el cuero pero me mantengo comunicado con los líderes de los pueblos que me avisan cómo está la cosa y qué necesitan antes de que yo viaje para allá”.

En este sentido, Deane también se refiere a las necesidades que hay en la zona. “El sistema de riego es una estrategia más dentro de las estrategias para su supervivencia que debe ser promocionada porque la idea es que ellos se capaciten y sean autosustentables”, expresó y sumó: “todo lo que se cosecha como tomate y choclo se vende ahí pero no hay insumos para hacer el sistema de riego. Lo nuestro es de bajo costo y tiene un efecto multiplicador en el campo, pero hay que invertir y tienen que haber políticas públicas específicas. Tenemos soluciones factibles y nadie las está tomando”.

Para Alejandro ser candidato a Abanderado de la Argentina Solidaria 2015, el premio que valora el trabajo de personas que dedican su vida a ayudar a personas en situación de vulnerabilidad, significa la posibilidad de visibilizar no solo su trabajo sino también la forma de vida de las comunidades en el Chaco salteño. “Uno comete equivocaciones en este camino pero también va aprendiendo a trabajar con los wichí. La solución no es entregarles bolsones porque al final su situación de vulnerabilidad queda igual o peor, además no es digno para ellos”, finaliza. 


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