Conocé el testimonio de fe de los peregrinos

Desde distintos puntos de la provincia, miles de fieles caminaron durante días para vivir el Milagro.

13 Sep 2014
Durante varios días, miles de peregrinos caminaron –algunos 17 horas diarias- hasta la Catedral Basílica para renovar el Pacto de Fe con el Señor y la Virgen del Milagro. La mayoría se quedará hasta el lunes cuando las imágenes de los patronos recorran las calles de la ciudad. Otros volverán hoy mismo a sus casas.

Catalino Choque caminó desde Cachi, durante cuatro días para venerar al Señor y la Virgen del Milagro. Su historia de fe comenzó hace 24 años cuando su mujer padecía un cáncer y los médicos del pueblo no le encontraban solución: "me decían que estaba mal y que fallecería". El peregrino contó que le rezó al Señor y Virgen implorándoles la sanación de su esposa. Cansados de no encontrar solución viajaron hasta la capital salteña para consultar la opinión de otros especialistas. Después de realizarle los estudios a su esposa, los análisis dijeron que: "se había curado, no tenía nada. Los médicos me miraban para ver si les estaba mintiendo". Desde entonces cada año peregrina para agradecer el favor recibido.

Otra historia de fe es la de María. Su hija de nueve años padece de problemas respiratorios pero: "desde que la invoqué al Señor y la Virgen ella está mejor, la traje a la Plaza 9 de Julio para que vea esto, la fe de los peregrinos que caminan desde tan lejos para venerarlos". María comenta que por cuestiones personales no puede peregrinar por ello tuvo la iniciativa de asistir a los fieles con gaseosas y golosinas.

Peregrinos de Cachi, el Rodeo, La Poma, La Merced, explicaron el sentido del Milagro, "cuando caminas y te encontras con otras peregrinaciones que hacen el mismo sacrificio que vos de caminar durante días, dormir a la vera del camino te emocionas y terminas abrazándote con todos. No sabes el nombre el compañero que tenés al lado, sólo basta ver que hacen lo mismo que vos", dijo a LA GACETA Leonor Burgos, peregrina de Cerrillos.

"No importa si es mucho o poco lo que tenes, siempre tenes que agradecerles al Señor y la Virgen, pero te aseguro que vale la pena caminar durante tantos días para ver las imágenes. Sentís un nudo en la garganta, querés llorar de la emoción", dice Jesica Velázquez, peregrina de La Poma.

La Plaza 9 de Julio parece ser el paseo del peregrino, cientos de ellos descansan sobre el parquizado o el monumento tratando de aliviar sus pies. Tal es el caso de Victoria Castillo que llegó a la Catedral con los pies ampollados: "anoche, una doctora me revisó porque tenía el pie demasiado inflamado y ampollado. Me dijo que no podría llegar a la Catedral pero eso me dio más fuerzas para levantarme y seguir y acá me ves, en la Plaza caminando y sin pesares. Desde que los ví al Señor y la Virgen desaparecieron mis dolores".

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