LA GACETA SALTA
Argentina es un país de fabricación, transito y consumo de drogas, según la UCA
La Universidad Católica Argentina difundió un duro informe. Destacó el aumento del narcomenudeo en el NOA."Estamos ante una pandemia muy importante".
02 Mar 2016
BUENOS AIRES.- El narcotráfico y el consumo de drogas aumentaron en la Argentina, que se volvió un país de consumo, fabricación y tránsito, según informó hoy el investigador Agustín Salvia al presentar el Barómetro del Narcotráfico y las Adicciones del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA).
La investigación cuenta con el aval del papa Francisco, según precisó el rector de la UCA, monseñor Víctor Manuel Fernández, un teólogo cercano a Jorge Bergoglio. "Estamos ante un flagelo, una pandemia muy importante en el conurbano, donde viven diez millones de personas y conviven porcentajes importantes de pobreza", alertó Salvia.
También destacó la fuerte penetración de la problemática de la droga en las regiones del noreste (NEA) y noroeste (NOA), además del aumento de la presencia del narcomenudeo en el conurbano bonaerense, el NEA y el NOA.
El informe, elaborado en base a la Encuesta de la Deuda Social Argentina con una muestra de 5.680 hogares en más de 20 centros urbanos de la Argentina, señala un importante incremento en la proporción de hogares que percibe que en su barrio se venden drogas ilegales.
"El mayor crecimiento tuvo lugar en el conurbano bonaerense por una fuerte penetración de la venta de drogas o estupefacientes en las zonas pobres y de más bajo nivel socioeconómico. En las zonas vulnerables, es más barato comprar droga (barata y de mala calidad) que comprar alcohol", señaló el investigador jefe del Observatorio de la Deuda Social en Buenos Aires.
También se percibió un fuerte aumento del registro de venta de drogas en los niveles medio y alto de la ciudad de Buenos Aires, que pasó de un 12% en 2010/2011 a un 26% en 2013/2014, por un consumo cultural de drogas, en particular de éxtasis y marihuana entre adolescentes y jóvenes.
En el país no se difunden estadísticas oficiales sobre el consumo de drogas desde 2008, pero el Barómetro del Narcotráfico y las Adicciones revela que según una encuesta oficial de 2011 el 16,1% de los jóvenes de 18 a 34 años consumen marihuana, porcentaje que baja a un 6,4% entre los adultos de 35 a 64 años.
La investigación cuenta con el aval del papa Francisco, según precisó el rector de la UCA, monseñor Víctor Manuel Fernández, un teólogo cercano a Jorge Bergoglio. "Estamos ante un flagelo, una pandemia muy importante en el conurbano, donde viven diez millones de personas y conviven porcentajes importantes de pobreza", alertó Salvia.
También destacó la fuerte penetración de la problemática de la droga en las regiones del noreste (NEA) y noroeste (NOA), además del aumento de la presencia del narcomenudeo en el conurbano bonaerense, el NEA y el NOA.
El informe, elaborado en base a la Encuesta de la Deuda Social Argentina con una muestra de 5.680 hogares en más de 20 centros urbanos de la Argentina, señala un importante incremento en la proporción de hogares que percibe que en su barrio se venden drogas ilegales.
"El mayor crecimiento tuvo lugar en el conurbano bonaerense por una fuerte penetración de la venta de drogas o estupefacientes en las zonas pobres y de más bajo nivel socioeconómico. En las zonas vulnerables, es más barato comprar droga (barata y de mala calidad) que comprar alcohol", señaló el investigador jefe del Observatorio de la Deuda Social en Buenos Aires.
También se percibió un fuerte aumento del registro de venta de drogas en los niveles medio y alto de la ciudad de Buenos Aires, que pasó de un 12% en 2010/2011 a un 26% en 2013/2014, por un consumo cultural de drogas, en particular de éxtasis y marihuana entre adolescentes y jóvenes.
En el país no se difunden estadísticas oficiales sobre el consumo de drogas desde 2008, pero el Barómetro del Narcotráfico y las Adicciones revela que según una encuesta oficial de 2011 el 16,1% de los jóvenes de 18 a 34 años consumen marihuana, porcentaje que baja a un 6,4% entre los adultos de 35 a 64 años.
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