Mary Ramos, la reemplazante de Gerónimo, dio su versión de la historia

La reemplazante del concejal Gerónimo habla de su paso por la cárcel, asegura que fue denunciada injustamente y que se gana la vida haciendo cotillones para cumpleaños.

03 Mar 2016
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AFICHE DE CAMPAÑA

Dice que está cansada de las versiones. Dice, también, que están poniendo muchos palos en la rueda para que ella no asuma, el próximo primero de abril, como reemplazante del concejal Mauricio Gerónimo, prófugo en el marco de la investigación en que se secuestró más de 200 kilos de cocaína. Dice, además, que está algo cansada de tener que salir a aclarar todo de nuevo.

Pero aclara.

“Para mí fue sorprendente, siento indignación por lo que está pasando. Pero yo no me puedo meter en la vida personal. No soy quien para juzgar, no puedo apuntar con el dedo porque yo no soy Dios”, dice Mary Ramos cuando se le pregunta por cómo tomó los hechos que terminaron, en Salvador Mazza, con el provisorio presidente del Concejo Deliberante detenido, y otro edil prófugo, buscado por la Interpol. Trabajó con ellos en la campaña. Pero Mary Robles dice que jamás se tocó el tema, ni se lo imaginó. “Nunca me imaginé eso… en cada reunión que tuvimos hablamos de los proyectos, de los anhelos de cada uno, temas personales no se tocó, yo no podía saber”, dice.

Ahora quiere asumir. “Siempre tuve, ganas, desde que acepté estar en la lista, desde muchos antes, venía trabajando”, dice y añade: “mi objetivo es trabajar por la comunidad donde yo viví, para que vivan un poco mejor”.

Asegura, por otra parte, que tiene proyectos. Muchos proyectos. “Mi preocupación está en la niñez, en los chicos discapacitados. Muchas veces se habla del progreso y se olvida de la niñez, de los chicos discapacitados. Voy a pelear por nuevos establecimientos educativos, están faltando”, dice. Traza un panorama complejo en el municipio: “Somos más de 30 mil y tenemos un registro civil donde solo hay dos empleados. No puede ser que a esta altura del partido tengamos que ir a Tartagal para sacar una partida de nacimiento. Y eso es cuando se consigue turno”, dice. Cuenta, como si esto fuera poco, que en el sector cinco de la ciudad norteña no hay ambulancia y tienen que bajar a los enfermeros en carretilla.

Y entonces, sí, aclara. Acepta que hace trece años estuvo detenida, acusada por narcotráfico. Pero resalta que jamás estuvo condenada y que después de un año tras las rejas, quedó sobreseída por falta de mérito.

“A mí nadie me secuestró nada. Creían que lo que encontraron –cocaína- era mío, pero no, yo no le debo nada a la justicia. Tengo la conciencia tranquila. Porque no le debo nada a la justicia y yo me debo a mi pueblo”, dice. “Estuve un año detenida, siendo inocente. Doy gracias a Dios que me dio la fuerza para resistir, para mí fue muy duro”, dice.

Se gana la vida haciendo trabajados de cotillón. “Y soy ama de casa”, destaca. Dice, finalmente, que cuando asuma va a trabajar para el pueblo. Dice que ese es su mayor deseo.

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