Padres piden que se apruebe el proyecto de Ley Provincial de Dislexia

La normativa se debate en la comisión de Educación, Salud y Hacienda de Diputados. Juntan firmas para su aprobación.

01 May 2016
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Mariana Recaman y Silvina Rogotín.

Todos los años, en cada comienzo del año lectivo, tienen que ir al colegio o la escuela a hablar con las maestras y explicarles que su hija o hijo tiene una dificultad en su aprendizaje, que tienen que enseñarle los mismos contenidos que a sus compañeros pero de una forma adecuada y diferente. Son mamás y papás de niños con dislexia y se están movilizando para que en Salta se el proyecto de Ley Provincial DEA sea tratado en recinto de la Cámara de Diputados. 
El proyecto, que se enfoca en todas las dificultades específicas del aprendizaje –DEA- entre las que se encuentra la dislexia, se está debatiendo en la comisión de Educación, Salud y Hacienda. Mientras tanto los papás que formaron el grupo Dislexia Salta juntan firmas para promover la aprobación de la ley. 
Mariana Recaman, Silvina Rogatín, Macarena Gómez, Costanza Guyot y Milton Franco Collar integran Dislexia Salta. Ellos con el asesoramiento técnico de una psicopedagoga redactaron el proyecto de ley presentado por el diputado provincial del bloque “Salta nos une”, Alejando San Millán, en la Legislatura.  
La normativa contempla seis puntos importantes. Como punto de partida de las acciones posteriores, la realización de una campaña de concientización sobre las dificultades específicas del aprendizaje. “Es fundamental que se entienda que la dislexia es una cuestión social porque los chicos que la tienen se enfrentan de manera constante al fracaso primero en la escuela y después en la vida. Si todos comprendieran lo qué es la dislexia y que los chicos aprenden de otra manera no serían tratados como tontos o lentos, se acabarían los malos tratos”, enfatizó Mariana, mamá de Santiago de 8 años que recientemente escribió el libro autobiográfico “Mi dislexia y yo”. 
La ley también demanda la formulación estadísticas provinciales para conocer la población de niños con dislexia, la capacitación docente constante para la detección precoz, la derivación del chico a un profesional y el acompañamiento durante el tratamiento, y la elaboración de protocolos de diagnóstico temprano. 
“En los establecimiento educativos se detecta este trastorno en el aprendizaje pero tarde. Salvo algunas excepciones, en los colegios y en las escuelas no están capacitados para tratar a los chicos con dislexia. Todos los años tenemos que peregrinar a las aulas para explicarles a las maestras la situación de nuestros hijos”, agregó Macarena. 
La implementación de un gabinete de psicólogos especializados en dislexia en establecimiento educativos de la capital y el interior también es un punto planteado dentro del proyecto como también que el Estado provincial se brinde recursos para que los chicos sin obra social puedan acceder a un tratamiento y, especialmente, mantenerlo en el tiempo. “El tratamiento es multidisciplinario y abarca psicopedagogo, psicólogo, fonoaudiólogo, terapista ocupacional, maestra especial y psicomotricista, siempre dependiendo de la necesidad del niño. Es muy costoso porque las DEA no son una discapacidad sino una dificultad, y para los que no tienen obra social es muy difícil afrontar el gasto. En el caso de las obras sociales pre pagas, por ejemplo, algunas solo te cubren hasta 30 sesiones cuando los chicos a veces necesitan ir a la psicóloga o piscopedaga dos veces por semana”, detalló Silvina. “La ley también será una herramienta para los padres porque va a obligar a las instituciones públicas y privadas a hacer las adaptaciones que tiene que tener el chico con dislexia, como lecciones orales, el uso de las computadoras, etc”, sumó Costanza. 
Dislexia Salta busca visibilizar la problemática para que tantos sus hijos como todos los niños y niñas con dislexia se sientan integrados al sistema educativo entendiendo que son inteligentes y creativos,  y que su forma de aprender es diferente, pero no por eso menos exigente ni con menos contenidos. “Ellos se enfrentan de manera constante al fracaso porque se comparan con sus compañeros y se dan cuenta que no responden de la misma manera, entonces desarrollan una baja autoestima y muchas veces también son víctimas de bulling. Nosotros buscamos que eso cambie”, afirmaron las mamás. 
 

Todos los años, en el comienzo del año lectivo, tienen que ir al colegio o la escuela a hablar con las maestras y explicarles que su hija o hijo tiene una dificultad en su aprendizaje, que tienen que enseñarle los mismos contenidos que a sus compañeros pero de una forma adecuada y diferente. Son mamás y papás de niños con dislexia y se están movilizando para que el proyecto de Ley Provincial DEA sea tratado en recinto de la Cámara de Diputados. 

El proyecto, que se enfoca en todas las dificultades específicas del aprendizaje –DEA- entre las que se encuentra la dislexia, se está debatiendo en la comisión de Educación, Salud y Hacienda. Mientras tanto los papás que formaron el grupo Dislexia Salta juntan firmas para promover su aprobación

Mariana Recaman, Silvina Rogatín, Macarena Gómez, Costanza Guyot y Milton Franco Collar integran este grupo que con el asesoramiento técnico de una psicopedagoga redactaron el proyecto de ley presentado por el diputado provincial del bloque “Salta nos une”, Alejandro San Millán, en la Legislatura.  

La normativa contempla seis cuestiones importantes. Como punto de partida propone la realización de una campaña de concientización sobre las DEA. “Es fundamental que se entienda que la dislexia es una cuestión social porque los chicos que la tienen se enfrentan de manera constante al fracaso primero en la escuela y después en la vida. Si todos comprendieran qué es la dislexia y supieran que los chicos aprenden de otra manera no serían tratados como tontos o lentos, se acabarían los malos tratos”, enfatizó Mariana, mamá de Santiago de 8 años que recientemente escribió el libro autobiográfico “Mi dislexia y yo”

Capacitación docente y compromiso del Estado

La ley también demanda la formulación estadísticas provinciales para conocer la población de niños con dislexia, la capacitación docente constante para la detección precoz, la derivación del chico a un profesional y el acompañamiento durante el tratamiento, y la elaboración de protocolos de diagnóstico temprano. “En los establecimientos educativos se detecta este trastorno en el aprendizaje pero tarde. Salvo algunas excepciones, en los colegios y en las escuelas no están capacitados para tratar a los chicos con dislexia. Todos los años tenemos que peregrinar a las aulas para explicarles a las maestras la situación de nuestros hijos”, agregó Macarena.

La implementación de un gabinete de psicólogos especializados en dislexia en instituciones educativos de la capital y el interior es un punto planteado dentro del proyecto, además que el Estado provincial brinde recursos para que los chicos sin obra social puedan acceder a un tratamiento y, especialmente, mantenerlo en el tiempo. “El tratamiento es multidisciplinario y abarca psicopedagogo, psicólogo, fonoaudiólogo, terapista ocupacional, maestra especial y psicomotricista, siempre dependiendo de la necesidad del niño. Es muy costoso porque las DEA no son una discapacidad sino una dificultad, y para los que no tienen obra social es muy difícil afrontar el gasto. En el caso de las obras sociales pre pagas, por ejemplo, algunas solo te cubren hasta 30 sesiones cuando los chicos a veces necesitan ir a la psicóloga o piscopedaga dos veces por semana”, detalló Silvina. “La ley también será una herramienta para los padres porque va a obligar a las instituciones públicas y privadas a hacer las adaptaciones que tiene que tener el chico con dislexia, como lecciones orales, el uso de las computadoras, etc”, sumó Costanza. 

Dislexia Salta busca visibilizar la problemática para que tantos sus hijos como todos los niños y niñas con dislexia se sientan integrados al sistema educativo entendiendo que son inteligentes y creativos,  y que su forma de aprender es diferente, pero no por eso menos exigente ni con menos contenidos. “Ellos se enfrentan de manera constante al fracaso porque se comparan con sus compañeros y se dan cuenta que no responden de la misma manera, entonces desarrollan una baja autoestima y muchas veces también son víctimas de bulling. Nosotros buscamos que eso cambie”, afirmaron las mamás.  

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