Alumnos y docentes piden un techo para el Polivalente

Desde marzo toman clases en otras sedes porque las obras de refacción están paradas. La institución está llena de escombros y hay aulas sin techo. Imágenes .

24 May 2016
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En el Polivalente de Arte se respira aire de abandono y desolación, además del olor a humedad y a tierra que reina dentro de sus aulas, sus pasillos y su patio principal. La institución educativa que se caracteriza por formar docentes en artes plásticas y danzas está bajo los escombros de una obra de refacción que comenzó en diciembre y que desde hace meses está parada. Algunos espacios no tienen techo y, por ejemplo, el piso de madera de la sala de ensayos está cubierto de polvo. En pocas palabras, el proyecto de remodelación del Polivalente de Arte a cargo de la Secretaría de Obras Públicas dependiente del Ministerio de Economía, Infraestructura y Servicios Públicos del Gobierno provincial está detenido mientras sus alumnos toman clases en sedes que no tienen las comodidades básicas para estudiar. Para reclamar por esta situación, docentes y estudiantes hicieron un abrazo simbólico en la puerta de la institución ubicada en 451 bajo el tema “Un techo para el Polivalente”.


Con sus chombas del uniforme polivalente y carteles en mano los alumnos se juntaron en la puerta del colegio, se unieron, formaron un gran círculo y con cánticos como “no nos vamos nada, que nos saquen a patadas” y “un techo para el Poli, un techo para el Poli” visibilizaron esta problemática que afecta su educación y también su formación profesional.

“Actualmente estamos divididos en dos domicilios alquilados que en realidad son oficinas y que se acondicionaron para aulas pero allí no tenemos el espacio necesario para dar clases y realizar nuestras actividades. Reclamamos esta primera acción para que concluyan las obras de refacción”, contó la docente Eulogia Estrada. “Las aulas no son cómodas. No hay ventilación, tenemos solo dos baños para todos. Ensayamos en un piso de mosaico y usamos los bancos como barra. Nos robaron armarios y equipos de música porque tampoco hay seguridad”, agregó Barbie, una estudiante del último año.


Por su parte, la artista plástica y también docente de la institución, María Laura Buccianti destacó que, bajo la promesa de mejoras edilicias, tuvieron que desalojar el colegio en diciembre del año pasado y que este año a las clases, además de tarde, las comenzaron en los anexos. “Nos dijeron que en julio iba a estar todo terminado y que íbamos a poder volver pero no hay avances”. 

Consultada acerca de cómo eran las condiciones edilicias de la institución antes del inicio de las ahora olvidadas obras, la docente contó que el techo de adelante es de adobe y se estaba destruyendo por las lluvias. “Caían gotas de barro”, finalizó Jazmín, una de los cientos de alumnos que participaron de la movida.


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