Tiene 17 años y publicó su primer libro de ciencia ficción

Valentina Burgos tiene 17 y acaba de editar su primer libro “Proyectos indectus”, que conjuga realismo con ciencia ficción y un toque de suspenso. “Es la historia de una chica que un día se despierta acostada en la camilla de un hospital y no sabe qué le hicieron. A partir de ahí ella comienza a buscarse a sí misma. Se da cuenta de que no está conforme con su vida y quiere saber por qué se siente así”, sintetizó la autora que presentó esta publicación independiente el mes pasado en el Centro Cultural “Héctor Tizón” de Jujuy. El libro está a la venta en la librería Rayuela -Alvarado 570-.

Detrás de la atrapante historia que relata el material hay una joven que tiene en claro su proyecto a futuro: este año termina la secundaria y el próximo se irá a Buenos Aires a estudiar cine. De hecho, antes de convertirse en un libro, “Proyecto Indectus” fue pensado como una película.

Valentina comenzó a escribirlo casi como un impulso natural. Tenía 14 años cuando imaginó a su protagonista y a todas las vicisitudes que debería enfrentar para encontrarse a sí misma. “La idea surgió de la nada. Un día les dije a mis amigas del colegio que tenía ganas de escribir y ellas me animaron a que lo haga. De niña había escrito canciones pero no se las mostraba a nadie. Ese día llegué a mi casa y empecé a probar. En ese intento salió el primer párrafo y empezó a salir la historia que al principio la pensé como una película porque todo el tiempo imaginaba las imágenes en mi cabeza pero sentí la necesidad de escribir algo más largo, de escribir mucho más”, relató la adolescente que hace tres años estudia teatro en el taller Sensaciones y se forma en cine junto al director Alejandro Arroz.

En una entrevista con LA GACETA, Valentina recordó cómo armó el argumento de “Proyecto indectus” y detalló qué la motivó a sacarlo a la luz.

¿Cuánto tiempo te llevó escribirlo? ¿En qué momento lo hacías?

Durante un verano me dedique a escribir todos los días un poco. Hacía como cinco hojas por día. Cuando retomé las clases lo dejé por un tiempo hasta que me di cuenta que en el colegio podría redactar un poco. Entonces llevaba mi cuaderno y avanzaba un poco más. Lo terminé a los 15 años y lo volví a leer recién a los 16 cuando se lo mostré a mi tía Claudia Heit, que me lo corrigió y después hablé con mi editor, Maximiliano Chedrese, que me dio consejos para darle forma a la historia.

¿Por qué no lo querías volver a leer?

Porque por un lado no quería modificar lo que había hecho, no me quería hundir corrigiendo. Por otro lado porque ya la tenía internalizada a la historia, entonces sabía que no iba a poder disfrutar la lectura.

¿Cómo te animaste o decidiste sacar a la luz tu novela?

Fue a través de una amiga, que siempre leía todo lo que yo escribía en el colegio. Se notaba que a ella le gustaba porque siempre quería leer más. En su interés como lectora –y no como amiga- me di cuenta que lo que estaba haciendo no era malo. Después lo leyó mi papá y comencé a tener más confianza. Finalmente a mi tía Claudia, que es profesora, le encantó y me impulsó para que saque el libro porque yo lo veía como algo a futuro. Ella y mi familia me convencieron para que lo haga ahora.

“Proyectos Indectus” es una historia que puede convertirse en una película, especialmente por tu interés en la cinematografía. ¿Te gustaría poder hacerlo?

Sí, de hecho con amigos del taller de teatro hice un tráiler del libro para retratar la historia y promocionar el libro. Me quiero ir a estudiar a la Universidad del Cine en Buenos Aires para adquirir más conocimientos y herramientas para poder filmar la película de ‘Proyecto Indectus’ de una manera más profesional. También quiero seguir escribiendo pero guiones para largometrajes porque quiero que la gente vea concretamente lo que yo imagino, en un libro cada uno lo ve a su manera.

Hacés teatro y vas a un taller de cine, también escribiste canciones. Tu vida está muy vinculada al arte…

Cuando era chica me encantaba la música y escribí canciones. Ahí me di cuenta que me gustaba escribir. Además hice baile y hace tres años empecé teatro. Ahí aprendí cómo hacer cortometrajes, a llevar a cabo mis proyectos y no dejarlos.