Arpi Teatro estrenará la comedia “Pasaje de ida sin vuelta”

El elenco dirigido por Omar Pizzorno se presentará este viernes y sábado, a las 21.30, en el Salón Auditórium.

21 Jul 2016
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Foto tomada del Facebook de Arpi Teatro

Arpi Teatro vuelve a escena con una nueva comedia: “Pasaje de ida sin vuelta”, escrita y dirigida por Omar Pizzorno con la asistencia de María Loreto Paesani. El estreno será este viernes, a las 21.30, en el Salón Auditórium –Belgrano 1349-, y se repondrá el sábado en el mismo horario y lugar, también el próximo fin de semana.

“Pasaje de ida sin vuelta “es una comedia de enredos, también conocida como vodevil, que se caracteriza por contar diferentes situaciones cómicas protagonizadas por personajes que entran y salen de escena permanentemente. Hay encuentros, desencuentros y confusiones que buscan la carcajada espontánea del espectador.

Esta nueva producción, escrita por Pizzorno, es la continuación de “El piloto”, la comedia éxito de Arpi en las temporadas teatrales 2005 – 2006. Está protagonizada por Laura Casco, Mariana Enríquez, Michele Durand, Rodrigo Cebrián y Pablo Andrada. “La historia surge a partir de la muerte del Piloto, quien no deja herederos. A su único bien, un departamento, lo habitan un amigo y su empleada, una ex azafata llamada Dolores, quienes aducen que él en vida les dijo que podían apropiarse del lugar. Todo transcurre sin sobresaltos hasta que aparecen ex parejas y un hijo no reconocido del fallecido exigiendo sus derechos sobre el piso que ocupan los ahora usurpadores”, sintetiza Pizzorno, quien además anticipa que a lo largo de la pieza teatral se dan todo tipo de situaciones bizarras y divertidas, y hasta una incipiente historia de amor.

De un tiempo a esta parte, el humor se convirtió en un sello inconfundible de Arpi Teatro, que nació hace once años de la unión del inolvidable Carlos Armatta quien, como dicen en la jerga teatral, “se fue de gira” el año pasado, y su actual director, Pizzorno. El grupo hace comedia porque siente que es lo que el espectador salteño necesita y busca ver. “Yo trabajo básicamente para el público. Creo que la gente quiere a ir a pasar un buen rato ya sea al cine, al teatro o a un recital”, cuenta el escritor y con convencimiento agrega: “todos lloramos por lo mismo, el llanto nos iguala, pero no nos reímos de las mismas cosas”.

En este sentido, Pizzorno sostiene, además, que nada lo gratifica más que estar del otro lado del escenario y escuchar las risas de la gente que va al teatro. “Ese es el mejor reconocimiento que puede recibir un artista que está involucrado con lo que hace”, remarca.

Si bien el director es el cerebro de Arpi, los actores juegan un rol fundamental en la construcción de los personajes que transitan cada obra de este elenco independiente. “Antes de empezar a escribir un texto teatral siempre me pregunto qué quiero contar y hacia donde quiero llegar. A partir de ahí imagino situaciones de la vida cotidiana y busco a los protagonistas. El siguiente paso, que en mi modo de trabajar me parece fundamental, es dejar que los actores creen su personaje porque que se sientan cómodos y sean creíbles”, revela.

La idiosincrasia salteña también atraviesa los espectáculos del elenco. “Es un aspecto que tengo claro y muy en cuenta a la hora de escribir cada historia. El público es mucho más exigente en Salta, quiere reírse, pasarla bien, no le gusta la chabacanería ni la ordinariez arriba del escenario”, sentencia uno de los directores con más trayectoria en el ambiente teatral local con obras como “Confesiones en el barrio Chino”, obra que marcó el inicio de Arpi, “Crónica de un secuestro”, “El piloto”, “Amo a mi suegra”, “De parejas desparejas”, “Medio pueblo”, “Lápiz labial”, entre otras.

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