"La gente no espera que una mujer sea graciosa"

Las standaperas Verónica Lorca y Alejandra Bavera vinieron a Salta para participar en el Encuentro Nacional de Mujeres. Junto a La Quipi montan un show y desde la comedia analizan los estereotipos culturales en torno a lo femenino. Una charla seria con las mujeres más divertidas.

12 Oct 2014
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COMEDIANTES. Ale Bavero, Vero Lorca y La Quipi. FOTO LA GACETA.

“Las que no tenemos tetas estamos obligadas a ser inteligentes”, dice La Quipi en una parte de su monólogo standapero. El viernes pasado la comediante salteña se sumó a las integrantes de “Ay, ellas”, Verónica Lorca y Alejanra Bavera, quienes vinieron a Salta para participar del Encuentro Nacional de Mujeres y, de paso, hacer stand up.

Verónica Lorca dice a LA GACETA que venir a Salta a un encuentro así es necesario porque todavía hay mucho por lo cual luchar en la igualdad de derechos, y desde luego por los femicidios, cuestión no menor en Salta. “Hay que luchar para que todos tengamos la igualdad de posibilidades; las mujeres seguimos siendo muy discriminadas”, afirma. Alejandra Bavera está enojada contra los que se opusieron en Salta al Encuentro. En especial, por las mujeres que se expresaron en contra. “Esas mismas mujeres tienen derechos gracias a las feministas que hace años pelearon por ellas; entonces si deciden bloquear la marcha, entonces que renuncien a votar, a tener documento, a caminar libremente por la calle... todo eso lo consiguieron otras mujeres”, enfatiza.

La Quipi, como anfitriona y participante del Encuentro, dice que esto le parece muy positivo y a su vez percibe que el Encuentro destapó la olla de lo que le pasa al salteño con las mujeres y de lo que le pasa a la salteña cuando otra mujer piensa diferente.


¿El stand up no es machista?

La Quipi sostiene que hay muchas actitudes que pintan de cuerpo entero lo que viven las mujeres “cuando somos víctimas de prejuicios”. “Me pasa a mí, que me desempeño en una actividad donde hablo sin ningún tipo de filtro o donde he recibido agresiones sólo por ser mujer. Un hombre dice lo mismo que yo y está genial. Entonces me parece muy positivo que la mujer hable y diga lo que siente con las palabras que le salgan, pero en Salta las mujeres se miden todavía mucho porque son muy juzgadas”, dice.

Verónica Lorca también habla del camino recorrido por las mujeres en el stand up. Al principio este ambiente era mucho más de hombres que de mujeres y todavía sigue siendo raro. Me pasó que me echaron de un trabajo de guionista por ser mujer y en otro lugar me tomaron una entrevista y me dijeron ‘te llamé porque en tu currículum decía humorista y humorista mujer me llamó la atención’.

Bavera recuerda que hace 10 años los grupos de stand up estaban integrados por tres o cuatro tipos y una sola mujer y “a la mina la ponían en el medio, para que ni abra ni cierre, ni presente. Y ahora sigue existiendo: productores que no llevan mujeres”.

En el micrófono

El viernes, cuando “Ay, ellas” se presentó en un bar salteño, Verónica Lorca dijo en el micrófono. “Es terrible ser mujer”. Las causas: las exigencias, los mandatos. “Si no sos anoréxica sos gorda”, remate un chiste. Las tres afirman, sin embargo, que no hacen “humor de minitas”, del mismo modo que los hombres cuando tratan de otros temas no hacen “humor de chaboncitos”.

En este show, al menos, abordan los mandatos que se imponen y que también sufren las standaperas. “Ya desde niñas nos educan para ser lindas, prolijas... de una mujer se espera que sea linda, que sea educada, que estudie, pero no que sea graciosa. La gente no espera que una mujer sea graciosa. Y si sos graciosa se espera que te ridiculices.... que te disfraces de algún arquetipo clásico, como la vecina chusma... una mina que sale vestida normal”, dice Bavera. En los monólogos de las tres se trata de desnaturalizar algunas imposiciones de la sociedad, en especial las que vienen de la publicidad. “De gorda petisa y morocha, si comés este yogurt te convertís en rubia, alta, delgada”, ironiza Bavera. Verónica Lorca se enoja: “Lo podemos decir sin eufemismos: las publicidades nos tratan de pelotudas. Apuntan a que la mujer esté en su casa, que esté lavando la ropa, que huela el jabón en polvo y alucine con un cantante, y que esté divina y esté limpiando… Por eso decía que falta mucho. Es difícil ser mujer hasta en las pequeñas cosas.



Debates internos

Alejandra Bavero y Verónica Lorca debaten en la redacción de LA GACETA, cuando se les pregunta si se puede o no enseñar a una persona a ser graciosa.

“El curso te da las herramientas, te da la técnicas”, dice Lorca. “A ser gracioso no se aprende”, afirma Bavero. “No estoy de acuerdo. Yo doy clases de stand up”, replica Lorca. “No se aprende”, insiste Bavero. Lorca retruca: “A ser gracioso se aprende. Es un trabajo. Un curso te da herramientas, herramientas que también podés buscar en otros lados, como mirar videos, ir a mirar stand up, leer... a ser comediante se aprende. Bavera tiene la última palabra: “A ser comediante se aprende, a ser gracioso no. Y ser gracioso no implica que vos puedas ser un buen comediante. De hecho, la gente más graciosa no suele ser buena comediante”.

Ambas empezaron hace varios años. Lorca como actriz y guionista estaba buscando nuevas herramientas y ahí conoció el stand up. Bavera empezó haciendo cursos de teatro, después se metió con el clown y hacía talleres literarios y todo lo que escribía se iba para el humor. Al stand up lo conocía de haber visto algunas películas. “Empecé a meterme más con los monólogos y me di cuenta que yo no encontraba la voz en personajes porque la voz tiene que ser mi voz. Entonces desde el humor era esto lo que yo quería decir, no era un personaje que me saliera, aclara.

La Quipi dice que fue raro que en Salta nadie hiciera stand up antes. “Yo empecé escribiendo estados en Facebook y alguien dijo ‘vos deberías hacer stand up’. Tuve que googlear para ver qué era. No tenía ni idea. Y empecé a escribir, los chicos me armaron un evento, me buscaron un evento, la gente empezó a poner "iré" y fui. Se llenó, estuvo bueno, pero es una cosa que hoy no haría. Al tiempo hice el curso con "Señales de humor" y cuando se fueron ellos yo ya sentí que más o menos sabía qué quería hacer. Y nos juntamos con los chicos de acá, con Yocasto y con Francisco y con ellos me animé a armar el grupo.

Antes de dejar la redacción de LA GACETA, Bavero recuerda a los grandes exponentes del género, que desde el humor abrieron puertas, no callándose. “Este es el camino que empezaron grandes comediantes: a Lenny Bruce se lo llevaban preso. Lo hicieron un montón de veces, el tipo estaba súper comprometido y la sociedad no se bancaba lo que el tipo decía. A George Carlin también. Hubo tipos que hicieron de la comedia su ideología”.

Ellas también hacen, definitivamente, de la comedia una ideología.

La última presentación de las tres juntas es esta noche, en Macondo bar, a las 22.

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