Rescatan a una adolescente salteña, víctima de la trata de persona

Confirmaron el procesamiento de un hombre acusado de explotar sexualmente a una adolescente salteña. La conoció en Embarcación y llevó hasta la ciudad de Ledesm,a Jujuy. Allí la obligó a prostituirse en la habitación de un hotel. 

La Sala II de la Cámara Federal de Apelaciones de Salta detalló que la causa inició a raíz de la denuncia del padre de la víctima quien comentó que conocía al acusado. 

El hombre obligó a la adolescente de 16 años a ejercer la prostitución. Luego de tres días, la joven se negó continuar haciéndolo. Entonces el victimario la abandonó en el hotel. 

La Sala que integran Alejandro Castellanos, Mariana Catalano y Guillermo Elías puntualizó que “la menor nunca fue libre de dirigir sus acciones” en razón de distintos factores: “Su inmadurez (16 años); la relación que tenía desde hace un tiempo con el imputado viajó con ellos por celos; la situación familiar que atravesaba, todos indicadores de la posición de vulnerabilidad en la que se hallaba, y de la que en definitiva se valió el imputado para trasladarla a la localidad de Ledesma donde finalmente la obligó a prostituirse”.

El Tribunal ratificó que el “consentimiento prestado por la víctima en este tipo de delitos fue suprimido como causal de eximición de la conducta delictiva con la reforma introducida mediante ley 26.842”, aclarando además que “ya en su antigua redacción no se lo tenía en cuenta respecto de menores de 18 años, que es el caso de autos”. En la instrucción de la causa interviene la Fiscalía y Juzgado federales de Orán.

Es por esto que el fiscal coordinador del Distrito de Salta y subrogante ante la Cámara Federal, Eduardo Villalba, destacó la relevancia del fallo "por cuanto tiene por acreditado el delito de trata de personas 'blanda', toda vez que en el caso a la finalidad de explotación le precedió una situación de enamoramiento". 

Según el fiscal, el acusado "captó" a la menor valiéndose de una relación sentimental entre ellos. Incluso la víctima se había tatuado el nombre del hombre. De esa forma, no se hizo lugar al planteo de la defensa, en el que sostuvo que la víctima fue voluntariamente con el acusado. En ese sentido, la Sala II advirtió acerca de “las cadenas invisibles que vinculan a las víctimas con sus tratantes”.