Interpretación de las palabras del Papa

El análisis de una discípula de Ernesto Laclau

28 Ago 2016
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DEFINICIÓN. Para sorpresa de los que creyeron liquidada la teología como política, Francisco se posiciona como referente. reuters

Religión

PARA LEER A FRANCISCO

EMILCE CUDA

(Manantial – Buenos Aires) 

Su palabra tiene olor a oveja. Su palabra es profética. Ha venido a quitarle la máscara al demonio, oculto detrás un capitalismo deshumanizante. Y él, el papa Francisco, el pastor, el propietario de esa palabra, está siendo escuchado por el mundo entero. Y nos desayuna hoy con lo que se sabía ayer: el evangelio de Jesús, para quien todas son personas, incluso los pobres, dignos de una buena vida, aquí y ahora, y no de desechos.

Con esos pensamientos, Emilce Cuda introduce a sus lectores en las páginas de Para leer a Francisco, libro con el que intenta proporcionar herramientas para comprender al sucesor de Pedro. Y esos instrumentos categoriales -escogidos por ella- provienen de las teología y filosofía latinoamericas, y especialmente argentina. La autora aclara que su obra sirve para interpretar al Papa; no se trata de una biografía. Y a lo largo de los cuatro capítulos posteriores, da cuenta de aquella aseveración inicial.

Cuda es doctora en teología y discípula del teórico político Ernesto Laclau. En concordancia con esa formación interdisciplinaria, su mirada se condensa en el subtítulo de la obra: “teología, ética y política”. Esto no conlleva a un libro para un público especializado, pero sí demanda una lectura minuciosa.

A decir suyo, desde hace tres años asistimos a un espectáculo inesperado: un Papa es noticia porque el Papa es la noticia. A diario, puede comprobarse la presencia de Francisco en los periódicos. Pero, ¿su discurso trasciende la crítica de escritorio? ¿Considera él, acaso, que la Iglesia debe afrontar el cambio del curso de la historia? ¿Hasta dónde sus pregones están empañados por la Teología de la Liberación, en la que se supone que abreva Bergoglio? ¿Es Francisco un teólogo o un político?

Cuda no pretende dar respuestas a esos interrogantes. Sólo reflexiona -a través de esas herramientas- sobre porqué el Papa tiende a desenmascarar las causas de la pobreza. Para sorpresa de los que creyeron liquidada la teología como política, Francisco se posiciona como un referente. Como un militante. Un evangelizador que se mete en la vida de los demás, que achica distancias, que huele a oveja.

© LA GACETA

Soledad Nucci

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