La boda de Urtubey y Macedo fue un desfile de famosos

Los actores Mariano Martínez, Georgina Barbarrosa y Agustina Lecouna y el futbolista Pocho Lavezzi estuvieron en la fiesta del año.

25 Sep 2016
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Mariano Martínez

Isabel Macedo cumplió el sueño de casarse y como si fuera poco en solo siete meses se convirtió en la primera dama de la provincia. La actriz y gobernador Juan Manuel Urtubey ya son marido y mujer, y celebraron la unión con una mega fiesta gauchesca en la residencia oficial en Finca Las Costas.

Él participó a figuras de la política nacional y local, como por ejemplo la vice presidenta Gabriela Michetti, y a ella la acompañaron estrellas de farándula nacional. Vinieron Mariano Martínez, Georgina Barbarrosa, Pocho Lavezzi, Franco Masini, Agustina Lecouna y Milagros Britos. Además, Los Tekis, también invitados al evento, armaron una guitarreada con carnaval incluido y Meno Fernández de Los Rancheros le dedicó el tema "Será" a los recién casados.

El combo político y social fue el atractivo de un fin de semana atípico en la ciudad que se llenó de personajes que despertaron el interés de los medios más populares del país como América, TN, revista Hola, Primicias Ya y C5N.

El más esperado

En total asistieron 473 invitados. Sin dudas el más esperado de la fiesta fue Mariano Martínez. El actor llegó sobre la hora y se quedará hasta esta tarde. Aunque hace poco confirmó romance y se mostró en público muy enganchado con su nueva novia, Martínez vino solo y aquí se encontró con su colega y compañero de elenco en “Esperanza mía”, Franco Masini.

“Venimos a pasarla bomba”, anticipó y así fue. Fue uno de los últimos en irse de la fiesta. Se sacó fotos con artistas y políticos, también con familiares y amigos de los novios.

Se cayó un ídolo


El que se mostró intolerante y nada dispuesto a hablar con los medios fue el popular “Pocho” Lavezzi. El futbolista llegó el viernes y no quiso ni siquiera saludar a los fans que de casualidad estaban en el aeropuerto. La misma actitud mostró en el ingreso a Finca Las Costas.

Sentado en el asiento de acompañante, no quiso bajar el vidrio para conversar con los periodistas y ni siquiera le regaló una sonrisa a las cámaras para las que tanto posa durante los partidos de la Selección Argentina.

A mitad del baile y tomado de la mano de su novia, se acercó al portón donde estaban los medios de comunicación para mostrar su look pero recibió reclamos de los periodistas por su actitud esquiva.

Inseparables

Como no podía ser de otra manera, las primeras en llegar a la ciudad fueron las mejores amigas de Isabel y testigos del civil, la actriz Agustina Lecouna y la empresaria Milagros Brito. “Isabel es una hermana para mí, estoy muy contenta por ella”, dijo la hija del banquero Jorge Brito en un breve diálogo con LA GACETA.


El casamiento fue la excusa perfecta para el reencuentro de las tres íntimas amigas ya que Lecouna está radicada en Bélgica, Brito en Buenos Aires y ahora Isabel se mudará definitivamente a Salta.

Uno de los testigos de parte del novio, Daniel Awada –cuñado del presidente Mauricio Macri- no se quiso quedar atrás y dio su versión sobre el flechazo entre Urtubey y Macedo siete meses atrás. “Fueron a mi casa y se quedaron charlando hasta las 10 de la mañana”, contó.

Otra celebridad que se mostró feliz por los novios fue la actriz Georgina Barbarrosa, quien además de ser amiga de la ahora primera dama siente un especial apego por Salta. Semanas atrás participó de la procesión en honor al Señor y la Virgen del Milagro y cada vez que puede visita a la Virgen del Cerro. En el ingreso a la finca, Barbarrosa se bajó del auto, accedió sacarse foto y a hablar con la prensa.

Si bien el casamiento entre el gobernador y la actriz fue catalogado como el evento del año, por su valor político y social, ellos celebraron su unión de una manera alejada del protocolo que rodea al mandatario provincial.

Con un estilo natural, la fiesta tuvo un toque gauchesco, incluso la novia eligió un diseño de vestido que, según las palabras de su diseñador Javier Saiach, "representa a Salta". Se sirvió un menú regional, que incluyó tamales, empanadas, quesillo y vino salteño. Todo fue descontracturado y sencillo. Para el final quedó el baile donde sonaron clásicos de los 70, 80 y 90. 


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