Crónica de una renuncia anunciada

Oscar Villa Nougués había llamado a los medios para informar acerca de la visita de Unicef al Hospital Materno Infantil y los resultados de la campaña de invierno. Sin embargo, lo que anunció sorprendió a todos. “Hoy es mi último día al frente del Ministerio de Salud”, explicó y argumentó razones personales como motivo de la renuncia.

Al informar sobre su declinación al cargo, dijo que “había un ensañamiento hacia mi persona”.  Dijo que había “maniobras de la vieja política” que la gente “pronto va a desechar” definitivamente.   

Lo cierto es que a la gestión del Villa Nougués se la venía cuestionando desde hace algún tiempo. Entre agosto del 2014 y febrero de 2015, el otra vez diputado del PRS tuvo que enfrentar la muerte de cuatro niños indígenas como consecuencia de la desnutrición en el norte provincial. En ese momento, los casos se conocieron tiempo después y se cuestionó el ocultamiento de información, por parte del Ministerio.

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En ese momento, Villa Nougués, reconoció que en Salta había unos 1.900 chicos “que no tienen una nutrición ideal". Cuando fue a diputados a dar explicaciones sobre lo sucedido, señaló que “la medicina tiene que tener vocación de servicio, no todos los agentes de la zona están trabajando con esa vocación”.

Para el verano del 2016, los cuestionamientos al ministro continuaron. Salta tuvo siete personas muertas por el brote de dengue en el norte provincial, tuvo 5.322 infectados. En Orán, por la cantidad de pacientes, el hospital San Vicente de Paúl, de esa ciudad, se vio desbordado y hubo que improvisar nuevas áreas de internación en donde se vio pacientes en el suelo y un hospital totalmente desbordado. En ese momento, dijo que “el Gobierno no tiene responsabilidad en la epidemia”.

Este brote del dengue, zika y Chikungunya  terminó con desplazamiento del ex director de Epidemiología, Alberto Gentile, en el medio de una fuerte disputa con Villa Nougués.

En el medio del brote, se conoció la violación colectiva de una nena wichi, que quedó embarazada, poniendo en tela de juicio los mecanismos de respuestas del Estado provincial, sobre todo en materia de salud, ya que el caso trascendió cuando el embarazo de la menor ya cursaba el sexto mes de gestación. El desafortunado episodio ocurrió en noviembre pasado, pero se conoció recién en este año y los protocolos de atención que se deben activar en estos casos nunca funcionaron.

Para ese momento, se conoció que de 9 centros de salud en la zona de mayor incidencia de la pobreza, 7 no tenían cobertura de profesionales y, en algunos casos, de enfermeros.

Pero no fue todo para el ex ministro. Apenas llegó el primer alivio de los casos de dengue, la Gripe A volvió a pegar fuerte en Salta. Este año nuestra provincia tuvo ocho víctimas fatales y 438 diagnósticos de esta enfermedad. Para muchos hubo falta de previsión y se le sumó la falta de envió de vacunas, por parte de Nación.

El último gran dolor de cabeza de Villa Nougués fue la muerte de dos niños pertenecientes a pueblos originarios de Santa Victoria Este como consecuencia de un cuadro de deshidratación aguda. Uno de los niños tenía un año y seis meses. Según trascendió, el caso recién fue informado al gobernador Juan Manuel Urtubey semanas después, cuando transcendió en los medios.

Villa Nougues culpó a la falta de infraestructura en el norte provincial, mostró estadísticas de la baja de los indicadores de mortalidad infantil, que cedieron del 15 por mil al 11.34 por mil y defendió al Gobierno al sostener que “las políticas que estamos aplicando son las correctas”.   

Debilitado  

En este escenario y con estas falencias a cuesta, Villa Nougués ya se encontraba debilitado. El presidente de la Cámara de Diputados, Manuel Santiago Godoy, hombre fuerte de la política local, manifestó de forma contundente que “al ciclo de Oscar Villa Nougués, en el Ministerio de Salud le queda poco tiempo”.

El bloque del Partido Obrero en Diputados presentó un proyecto para que la Legislatura se expida sobre la problemática en el norte y pida la renuncia del ahora exministro, ante un visiblemente molesto Villa Nougués que solo atinó a culpar al PO de “patotearlo”. La renuncia de Villa Nougués era cuestión de horas.