Dorita vuelve a las tablas para homenajear a los maestros

La protagonista de "La patria es rubia" dará una clase magistral esta noche, a las 21.30, en El Teatrino.

07 Oct 2016
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Cristina Idiarte es Dorita. Dorita es aquella maestra de primaria que todos tuvimos y ninguno olvida. La seño que nos enseñó a leer haciendo un dibujo para cada vocal o a utilizar el famoso ábaco para sumar y restar. También la que pasaba semanas organizando los actos patrios y eligiendo quienes serían caballeros o damas antiguas, mazamorreras o vendedores de velas de la época colonial. “Todos tenemos una experiencia educativa para contar”, dice la actriz que para apelar a esos recuerdos se pondrá en la piel de esta disparatada docente en “La patria es rubia”. La clase será hoy, a las 21.30, en el Teatrino –Aniceto Latorre y Alvear- y el alumno que pasará al frente a dar lección será Guillermo Brandan Valy.

Bajo la dirección de Gabriel Carreras, “La Negra” Idiarte vuelve a darle protagonismo a Dorita, el personaje que hace cuatro años creó para el espectáculo de café concert “Las hijas de la aspirineta”. Ahora, Dorita saldrá sola al escenario para retratar, a través del humor, el universo docente. “La obra muestra que todos fuimos alumnos y a la larga también somos maestros. Son roles que no abandonamos nunca, además todos somos el resultado del ecosistema educativo”, destaca la actriz.

En “La patria rubia”, Dorita busca la identificación del público, invita a la risa espontánea y también es una crítica al sistema educativo de antes, y de ahora. “Creo que para ser honesta y auténtica, la educación se merece nuevas preguntas acerca de cómo funciona. También preguntarle a la gente que emite políticas educativas en qué lugar quedaron los docentes. Sé que no voy a plantear nada nuevo pero es mi forma de visibilizarlo, a través del arte”, agrega “La Negra”. 

Cristina cuenta que para crear a Doria recopiló sus anécdotas como estudiante del colegio San Rosa, donde hizo la primaria y la secundaria. En especial se inspiró en sus maestras. “Ellas fueron muy importantes para mí, me dieron el impulso para que elija mi profesión. Siempre recuerdo su rigidez y su disciplina, porque su palabra siempre fue sagrada”, cuenta la también directora del elenco y la escuela de teatro La Morisqueta, y finaliza: “Dorita es un homenaje a los maestros”.

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