Cinco razones para ver “Minas jodidas”

Mar Tarrés volvió a agotar entradas de su show de stand up en El Teatrino, que repone hoy antes de la medianoche.

15 Oct 2016
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1. Humor al borde del abismo

Los monólogos de Mar Tarrés hablan de horrores y maravillas cotidianas alrededor de la gordura, del despecho, del ridículo y la escatología. “Las minas somos jodidas”, anuncia como síntesis de la hora y cuarto que está por empezar y alrededor de esa certeza construye un edificio que juega con los estereotipos del humor machista. Después lo da vuelta, se le sienta encima y se pone primera en la lista de mujeres de las que va a reírse. El feminismo se milita antes con un espejo y la salteña sabe que es más difícil hacer reír cuando se es mujer. “Los hombres pueden decir lo que quieran en cuanto a humor. Las mujeres nos tenemos que cuidar porque es tan machista esta sociedad que en ellos de pronto queda bien una mala palabra arriaba del escenario en cambio en una mujer se ve grotesco y te juzgan el triple de lo que van a juzgar a un hombre”, cuenta detrás de escena.


2. Gordas en guardia

El show es tan filoso como incorrecto, hace alianzas con el público y lo hace mirar detrás de los velos que fuera de la sala disimulan hipocresías. “A las gordas nos discriminan hasta de los secuestros”, dispara y después se dirige a la violencia de género en la vía pública, de las batallas perdidas y prejuicios del sobrepeso. “Esto no es una guerra de gordas contra flacas. Con esos shortcitos upiteros que se ponen las flacas yo me hago dos vinchas”, declama y cuestiona: “las gordas no podemos luchar contra el hambre del mundo porque no nos cree nadie. Si nos unimos a Greenpeace nos dicen que estamos defendiendo a nuestra familia”.


3. En carne propia

Las ocurrencias, reflexiones, recuerdos y editoriales sobre su experiencia en un cuerpo extra large son el capital que Mar hilvana en un libro que despliega en una hora y cuarto de show abierto al intercambio con el público. Juega con los nombres de las chicas del público, se mete en la intimidad propia y la usa para investigar en la ajena, el blanco de los chistes más crueles es siempre ella primero, y después “el Cacho”, un contrapunto tácito que maltrata para desatar las carcajadas. “Yo estoy así por los chicos que se mueren de hambre en el África”, confiesa cuando habla de la crianza materna, cargada de culpas y disciplinamientos que no consiguieron domesticarle demasiado el filo.


4. Ahora las chicas

“Nos acostumbramos al humor super machista, el humor de Olmedo y Porcel donde se denigrama la mujer, se la cosificó, en el teatro de revista la mujer siempre tuvo que salir en bolas a hacer el papel de boluda, hueca, puta, nunca de inteligente. La sociedad se acostumbró a pagar uan entrada para ver a la mujer en el papel de tonta y al hombre en el de divertido y canchero. Las mujeres que hacemos humor nos reímos un poco de los hombres y nos responden que somos ‘feminazi’”, dice Mar Tarrés sobre el género que transita. El show apunta a empoderar feminidades maltrechas, a recuperar el territorio de la risa para borrarle los géneros y los títulos de propiedad. “Minas jodidas” habla del cuerpo de la mujer como un lugar emancipado, lo pone en ridículo para demostrar que reírse de él no lo debilita sino que lo potencia y lo libera.

5. Construir el público

Desde que anunció su debut en la ciudad, la expectativa por ver “Minas jodidas” agotó entradas en El Teatrino y para mañana sábado se anuncia una nueva sala llena en la ciudad. El éxito habla de una conexión necesaria con la voz de un público que no tenía hasta ahora representación en escena y que encontró en Tarrés a una exponente propia capaz de decir lo que muchas no se animan. 


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