Cuatro momentos imperdibles que dejaron los Zares del Ballet Ruso en Salta

Te contamos, a través de cuatro momentos, cómo estuvo la gala de la danza en el Teatro Provincial.

20 Oct 2016

LA GACETA seleccionó los cuatro momentos más destacados de la presentación de anoche de los Zares del Ballet Ruso en el Teatro Provincial. Esto fue lo que viste o bien, si no fuiste, lo que te perdiste:

1. Un placer conocerlos

Los Zares del Ballet Ruso bailaron anoche en Salta y para la mayoría de quienes fuimos a verlos era la primera vez que escuchábamos sus nombres. Yelena Pankova, Ekaterina Borchenko, Alexander Volchkov, Natalia Ledovskaya, Evgeni Ivanchenko llegaron desde el otro lado del mundo para presentar dos horas de ballet inolvidables y los adoradores del género tuvieron la oportunidad de ver en escena algunos de los talentos más exquisitos de la escuela rusa de la danza. Fue la primera vez que mostraron en la ciudad la gira que llevan desde hace dos años a países de todo el mundo y con la que se presentan como embajadores de la mejor versión de su arte. El gusto fue todo nuestro.


2. Repertorio sin fisuras

Aunque el cuerpo se integra con apenas nueve bailarines, la precisión en el armado del programa permitió disfrutar de una variedad amplia de estilos y humores, pas de deux, pas de trois y solos virtuosos con fragmentos de “El corsario”, “Don Quijote”, “El lago de los cisnes”, “Raimonda”, “La esmeralda”, “Arlequinada” –una rareza en los programas que llegan a públicos masivos- y también algunas piezas como gemas que se sumaron al repertorio, como “Baile de fantasmas”, con Ledovskaya poniéndole el cuerpo etéreo a un romance más allá de la muerte. La zarina del Stanislavsky y el Nemirovich también le puso la piel a la gitana que enamora al Jorobado de Notre Dame en “La esmeralda”, el ballet inspirado en la novela de Víctor Hugo. Poco antes del final, “La muerte del cisne”, con música de Camille Säint-Saens, compuso uno de los momentos más sublimes de la noche con la interpretación inmaculada de Elena Kotsiuvira.


3. Leyenda viva

Yelena Pankova es una de las bailarinas más importantes del ballet ruso y en su carrera pueden rastrearse algunos de los episodios que marcaron la historia de la danza mundial. A los 53 años está impecable en las puntas, en los gestos, la confianza en la que sostiene los personajes, desde Raimonda hasta la Dulcinea de “El Quijote” o la Danza Rusa del “Cascanueces”. Pankova entiende la danza como una conmoción que atraviesa el cuerpo y se contagia a quien la vea bailar. Lejos del retiro, la maestra es uno de los pilares de la gira de los Zares.


4. De pie y llorando

El talento de los rusos conmovió al público salteño, que a medida que avanzaba el programa se sumergía cada vez más en los climas y emociones que proponía el ballet. Para cuando llegó “La muerte del cisne”, en la segunda parte de la velada, la ovación y las lágrimas fueron parte de la ofrenda honesta que se llevaron los bailarines como devolución a lo entregado. A la salida del Teatro Provincial, que no logró llenar su capacidad en una noche lluviosa de miércoles y con entradas poco accesibles a gran parte de mercado potencial de la danza, los comentarios sintonizaban sobre la misma cuerda: los rusos dieron cátedra de belleza y perfección.


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