Sambara: "somos lo que nos sucede cuando componemos"

La banda experimental tocará esta noche en el Café del Tiempo. Antes sonará River People.

21 Oct 2016
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No tienen una fórmula para hacer música, mucho menos les gusta encasillarse o identificarse con algún género. Sambara es una banda integrada por seis jóvenes compositores, con diversas influencias musicales, que encontraron en la experimentación sonora un lugar en común. “Nuestra búsqueda no es hacer rock, jazz o funk sino ser una banda de lo que sucede con nosotros a la hora de hacer música”, dice Federico Schujman, vocalista de este proyecto artístico que sonará esta noche en Salta. El recital será en el Café del Tiempo –Balcarce y Necochea-, a partir de las 23. Antes tocará River People, la banda de Chinato Torres, Fernando Noccetti, Ariel García y “Duende” Flores.

Sambara se formó en 2011 en el barrio porteño de Saavedra. Sus integrantes son Andrés Elijovich, en pianos y coros; Ariel Schujman, en bajo coros; Federico Schujman, en voz; Gabriel Kerman, en guitarra y coros; Julián Malosetti, en batería, y Marcos Lorenzo, en sintetizadores y voz. “Siempre tratamos de romper con los lugares comunes a la hora de componer y tratar generar cosas raras, originales”, explica Federico, a lo que Marcos agrega: “no caer en lo genérico es algo que ni siquiera hacemos de manera consciente”.

Es que Sambara confluyen las influencias musicales de sus integrantes, donde se escucha rock, también jazz, y donde tampoco puede faltar el inagotable legado de Charly García y el Flaco Spinetta. “La fusión siempre se dio de manera natural en nosotros. Aprendimos a ser lo más abarcativos posible en términos de influencias y aprendizaje”, destacan.


En 2013, los músicos editaron su primer álbum “Asomándose”, producido por Javier Malosetti, y ahora en 2016 sacaron “Siempre hubo riesgo en el cielo”, producido por Mariano Otero.

Cada material refleja una etapa diferente en la carrera de Sambara. En el primero hay más distorsión mientras que en su sucesor buscaron generar un clima diferente en cada tema. Sin embargo, el punto de encuentro entre ambos trabajos es la necesidad, entre consciente e inconsciente, de generar universos sonoros que invitan a cerrar los ojos y transitar los más diversos paisajes.

“En el primer disco se dan distintos paisajes en un solo tema, tiene como muchos viajes. Ahora, en el segundo, hay un clima y un sentido dentro de cada tema”, explica Julián. Federico, por su parte, agrega: “Mariano Otero, el productor de ‘Siempre hubo riesgo en el cielo’, nos remarcaba mucho que teníamos que encontrar la idea brillante de cada canción. Por ahí el disco anterior tenía un montón de buenas ideas que estaban como encimadas y por eso no podían destacarse”. “Con esta última producción nos dimos cuenta que la música puede ser mucho más simple, que para generar un clima se pueden necesitar dos cosas o simplemente una”, finaliza Marcos.




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