Terminaron las obras en el Polivalente pero los alumnos reclaman que no están listas

Las refacciones se hicieron en los techos del sector más viejo, pero el resto del edificio sigue con muchas deficiencias.

21 Oct 2016
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Esta mañana se entregó la terminación de la obra de refacciones de la casona del Polivalente de Arte, sobre la calle Urquiza 451, y la Ministra de Educación, Analía Berruezo, aseguró que se trata de una gran alegría para padres y alumnos por tratarse de “una obra muy esperada”. En parte, como las refacciones que se hicieron, la afirmación es cierta. Las paredes del sector viejo de la casa se llovían por las filtraciones del techo, las instalaciones eléctricas estaban arruinadas y el deterioro estaba comenzando a ser irreversible en una parte del edificio.


En el sector más nuevo, que incluye tres pisos que no fueron tocados por las obras, el deterioro es notable y un recorrido por las instalaciones remarca el contraste con la obra nueva. Una imagen en tres dimensiones del antes y el después de una escuela que estuvo demasiado tiempo abandonada y que comenzó a recuperarse por lo urgente, pero que sigue en mal estado general.

Lo que se hizo 

Con una inversión de $1,4 millones y seis meses de trabajo, los techos y cielorrasos de la vieja casona fueron cambiados, se reforzó la estructura de adobes con vigas de hormigón armado, se cambiaron cables y algunas cañerías y pintaron de blanco todas las paredes.


Del sector trasero, donde se ubica la mayor parte de las aulas, no se tocó nada y muchos alumnos siguen reclamando por cuestiones tan básicas como tener picaportes en las puertas o ventiladores con astas. “Tenemos que andar con tijeras en los bolsillos para no quedarnos encerrados”, dice una estudiante de primer año, y cuenta que la misma situación se repite en los edificios anexos de calle Belgrano, donde se hacinaron durante todo el año lectivo mientras se realizaban las obras en su casa de origen.


“Deja mucho que desear porque hay muchos techos que no están en condiciones, también instalaciones eléctricas. La mitad de adelante está bien, la otra mitad no le hicieron nada. Creo que no era necesario pedir que observaran también la parte de atrás. Algunos cursos no tienen ni siquiera puertas”, señala otra alumna, mientras Jorge Clix, secretario de Obras Públicas, le explica que “la obra era en la parte vieja, en la cubierta de adelante, que era donde estaban las pérdidas y filtraciones, y se hizo todo de nuevo. Tenía muchas grietas y era peligroso”.


Lo que falta

La misma situación, con un poco más de tensión y algunas voces que comenzaron a levantarse por encima de la charla amena, se repitió al final del acto de apertura, cuando otro grupo de alumnos le reclamó a Clix y a la arquitecta Carolina Martínez, del Ministerio de Educación, que tampoco el piso de las aulas de danza estaba apto para tomar clases. Efectivamente, el entablonado de los pisos del sector remodelado tiene la textura de un revoque grueso.


El plan es que el fin de semana se termine de limpiar la obra, el lunes será la mudanza y el martes ya comiencen las clases normales en el edificio de Urquiza. Para el director, la obra cumple con las expectativas. “Estamos satisfechos por cuanto la problemática de los techos está solucionada. Hay otros detalles que vamos a encontrar siempre pero son solucionables. Hay una mampara que está faltando pero ya está pedida y eso no impide que comencemos las clases”, dijo Sergio Durnelli y agregó que son 350 los alumnos que asisten a ese establecimiento, casi la mitad de los 726 que contiene el Polimodal en sus tres edificios.

De parte de Clix, y ante el reclamo de los estudiantes, quedó el compromiso de pedir un adicional del presupuesto para realizar los pulidos de pisos, instalar las mamparas y cubrir lo más urgente de lo inconcluso. 


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