“No existe ningún lugar en el mundo del hispanohablante, donde se hable mejor español que en otro”

José Luis Moura, presidente de la Academia Argentina de Letras, participó en Salta del sexto Congreso Internacional de Turismo Idiomático y reflexionó sobre los usos actuales del español.

06 Nov 2016
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Salta es una de las cinco provincias más elegidas por los ciudadanos de otros países del mundo que llegan a Argentina para aprender o perfeccionar el idioma castellano. Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Rosario son las otras cuatro que lideran el ranking de los lugares predilectos por los extranjeros para estudiar.

Por eso fue tan importante el sexto Congreso Internacional de Turismo Idiomático, que se realizó en Salta, días atrás. Con esta excusa, LA GACETA dialogó con José Luis Moura, presidente de la Academia Argentina de Letras.

“El propósito de este congreso era destacar el valor del idioma como recurso turístico, económico y cultural. Y dentro de ese marco general, en este caso en particular, poner de relieve la educación internacional y el intercambio cultural como factores para el desarrollo”, dijo.

Moura participó como experto en lengua española y parte de sus intervenciones tuvieron que ver con poner en claro que nuestra modalidad es una de las que conforman el escenario del castellano en el mundo, “que constituye un patrimonio nacional, en sus formas, en su vocabulario, en sus particularidades sintácticas y morfológicas, en sus tradiciones populares y en la lengua, tal como se manifiesta en las tradiciones populares”.

- ¿Qué ofrece el español argentino - que además tiene sus variantes- como ventaja o desventaja, para alguien que viene de Francia o Estados Unidos para aprenderlo acá y no en Chile o Bolivia?


-La elección tiene que ver con muchos factores. La promoción que el propio país haga en el exterior, la oferta, y después son gustos o decisiones particulares, en cuanto a lo que el turista o el eventual estudiante encuentra en la Argentina como recurso cultural, recurso universitario si es que tiene que hacer algún tipo de estudio, como una maestría, cursos temporarios de muy diversa naturaleza en sus mu chas universidades. Por otro lado, el prestigio de una literatura reconocida internacionalmente, la gran variedad de los paisajes que le permite hacer un aprendizaje o perfeccionamiento del idioma en una gran cantidad de lugares en la Argentina, con paisajes totalmente distintos, bellísimos, cuya promoción también nos es ajena, corresponde a las organizaciones de turismo, a las agencias de turismo.

En este sentido, nuestra variedad, que como usted bien decía, es una sumatoria de variedades, representan a 42 millones de hablantes que son accionistas de una misma entidad que es la lengua española, en la que intervienen desde el punto de vista académico, 22 otras academias hermanas, que en su conjunto constituyen la Asociación de Academias de la lengua española, de manera en que yo era representante de una de ella.

¿Hay algún lugar del país donde se hable mejor el castellano?


Agradezco la pregunta porque es algo que permanentemente se me hace y se formuló de alguna manera también aquí. No existe ningún lugar en el mundo del hispanohablante donde se hable mejor español que en otro. Se trata, en casi todos los casos, de impresiones subjetivas, de gustos, que le hacen ver algunos, en unos casos, que el español que hablan otros es mejor. No existe tal cosa. El español es uno, que tiene modalidades muy diversas, que tiene una enorme riqueza en cada uno de ellos, y naturalmente en cada uno ellos existe un registro alto, un registro culto, un registro cuidado, que es aquel al que las academias nos consagramos, y registros que tienen que ver con la pertenencia de los hablantes a otros estamentos sociales, al nivel sociocultural, a variedades locales o regionales, pero todas igualmente legítimas y todas valiosas. Este es un juicio lingüístico, científicamente no existe una variedad que pueda ser considerada superior a otra.

- ¿La Academia tiene alguna posición sobre la “contaminación” que puede haber en el idioma, con palabras de otra lengua, acaso vinculadas a la tecnología, o sobre la influencia del español neutro de series televisivas o dibujitos que consumen los más chicos?

- Ese es un fenómeno que ha venido incrementándose en los últimos años y que es precisamente el resultado de los medios de comunicación, de presencia muy intensa, constante y rica en los últimos años. Yo en ese sentido, tengo una opinión que suele ser divergente con respecto a la de algunos colegas. Yo creo que el idioma se enriquece permanentemente con el intercambio y no se empobrece. La idea de un español que no debe contaminarse con extranjerismos es un absurdo lingüístico porque la historia misma del idioma está hecha del influjo de otras lenguas. Yo doy siempre un ejemplo, que suele ser bastante evidente, y es que el español, cuando salió de España tenía 4 mil arabismos incorporados, una cifra que es muy superior en cuantos anglicismos hoy usted pueda buscar y enumerar en cualquier lado. Por otro lado, en muchos casos, los anglicismos hacen referencia a objetos, a mecanismos, a realidades del mundo técnico de hoy para el cual el castellano todavía no había forjado sus propias designaciones, de modo que es absolutamente legítimo que el usuario use esas palabras. Las lenguas están para comunicarse, de la mejor manera posible, intentar tutelar el español exento de impurezas que puedan estar maculándolo, puedan estar deformándolo, yo creo que es un miedo inútil, el idioma se encarga de filtrar, el idioma se encarga de que algunas palabras duren un tiempo y luego desaparezcan y es el hablante en última instancia el que se va a quedar con aquellas palabras que le sirven y van a descartar esas que no le sirven. Podrá tener que ver en algún momento con la moda o con el gusto, pero no tiene ninguna importancia. Yo ilustraba el caso de muchos chicos, que como usted decía utilizan palabras del llamado español neutro, que en muchos casos es el español utilizado en otras partes del mundo hispanohablante, de América, con expresiones que ellos usan después, en la vida cotidiana. Pues mientras nosotros entendamos lo que están diciendo, mientras esa palabra forme parte del patrimonio de una nación hermana, por qué no va a utilizarse. Los contextos en que esa palabra sea usada los decidirá el hablante luego, nosotros nos reímos siempre por ejemplo decir aparcar el carro y lo tomamos como un ejemplo claro de esta incursión de una lengua en una variedad que no es la nuestra, y yo siempre digo, bueno, primero nadie dice entre nosotros aparcar el carro, si alguien lo dice es con el propósito de imitar esa derivada forma, o utilizar el tuteo, como hacen algunos chicos, siéntate, porque lo oyen e la televisión, en los dibujos animados, pero luego no van a decir lo propio en el contexto de su casa o de su compañero. Es como si hubiera una lengua que ellos perciben con propia de la ficción y la utilizan, yo creo que a la postre eso enriquece porque van a saber utilizar las formas de tuteo, que también forman parte de la conjugación castellana, aunque ellos no la utilicen luego en la vida cotidiana. Ese tipo de cosas, enriquecen, lo importante es que el hablante conozca todo cuanto pueda de su propia lengua. No solamente la variedad propia, sino que sepa también las variedades y que los demás hagan lo propio con la nuestra.

- Hicieron algún estudio sobre los usos de la escritura que realizan los jóvenes en mensajes de texto, chats?

- Conozco gente que estuvo estudiando la lengua, los celulares y el chateo, digamos que ahí la imposición de una determinada manera de escribir está dada por el aparato mismo y por la rapidez con la que el hablante necesita comunicar algo. No estamos todavía en condiciones de evaluar, como algunos precipitadamente hacen, el resultado de esto. Creo que se trata de dos maneras distintas por lo menos de manifestarse a través del idioma, una exigida por el aparato que le da al que escribe una libertad ortográfica que pasa a formar parte de un código de comunicación restringida a aparato, y la otra que sigue siendo la que le exige la escritura normal, ya sea en la escuela, en los trabajaos

cotidianos, o en una nota que se eleva a administración y en la cual no va a utilizar la K y el apóstrofe, con la cual reemplaza el que o determinadas palabras que se abrevian. Personalmente yo no creo que eso se traslade a la expresión. Aunque en una época de mala educación, dicho esto en el sentido de m al instrumento didáctico tal como se da en las escuelas, pobre, irregular, de escasa corrección y control, algunas de ellas se puedan pasar al código escolar, en ese sentido la gran responsabilidad estará a cargo de la escuela, que tome a su cargo una corrección intensa para seguir manteniendo el código ortográfico regular, y después que en el gran terreno de la libertad, en el caso del aparato, los chicos o los grandes harán lo que les parezca en la manera de expresarse, mientras ellos pongan una k y quien está del otro lado entienda que se trata de una conjunción no podemos decir nada.

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