Disputa de tierras, cortes de caminos y denuncias cruzadas agudizan un antiguo conflicto

Diez comunidades aborígenes mantienen un reclamo que lleva 17 días a la vera de un camino vecinal, mientas el agro salteño se pronunció a favor de la propiedad de las tierras que pertenecen al finquero Huberto Bourlon.

12 Nov 2016
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Foto gentileza Claudio Marcelo Rojas Linares

Un camino cortado, una protesta al costado de una senda ampliada por el paso de camiones, dos propietarios legales, más de 60 personas apostadas en el lugar, 5000 aborígenes que reclaman la propiedad ancestral y un conflicto de larga data se vive en el “Camino de la invernada”.

Son diez comunidades originarias, entre wichis y guaraníes las que reclaman “libertad” para transitar y para hacer uso de tierras de las que sus antepasados se beneficiaron.

Al otro lado del camino, se encuentra Huberto Bourlon, cuyo apellido real es Rouvré, hijo de un finquero conocido en la zona como “el francés”.

Esta semana se dio a conocer el reclamo que hizo el finquero, quien aseguró que sus tierras estaban siendo “usurpadas” por miembros de comunidades originarias.

A través de las redes sociales, Bourlon hizo público su reclamo y llegó hasta los órganos gubernamentales y de justicia de la provincia, así como a muchos medios de comunicación de alcance nacional.

Pero el conflicto por el corte de un camino y el uso de los recursos naturales desnudó la situación de miles de aborígenes que viven en el norte provincial.

Un portón metálico, colocado hace unos meses por Bourlon, impide el paso de los originarios por el lugar, a través del uso de un camino vecinal, según los mismos vecinos de pueblos originarios.

Pasado y presente: un mismo camino, un mismo conflicto

“Desde hace 500 años atrás que nos vienen masacrando como originarios” comentó a Radio Panamericana de Embarcación Benito Rodríguez, cacique de una de las comunidades apostadas en el lugar y denunciado públicamente por Bourlon como “usurpador”.

Centenario también es el camino que está en el centro del conflicto. “Más antes cuando andaba mi abuelo por acá, esto era una sendita por donde siempre venían a buscar leña” contó una de las mujeres apostadas al costado de la ruta.

Los aborígenes de la zona aseguraron que "el camino de la invernada" existe incluso desde antes que se fundara la ciudad de Embarcación, es decir hace más de cien años.

Tradicionalmente la senda, que hasta hace unos meses era angosta, fue usada como nexo entre un lugar conocido como La Loma y el río Bermejo.

“Nosotros lo que queremos es que el territorio sea libre, ellos dicen que son dueños pero no sé cómo habrán obtenido estas tierras sin consultar a ningún referente”, comentó el cacique.

Vivir de la tierra

 “Son 5000 personas aborígenes. Tenemos chicos, ancianos y los chicos a veces no tienen ni para comer y esa es la preocupación mía” expresó angustiado Rodríguez.

La importancia de este sitio radica en que allí los aborígenes recogen madera, cazan animales, extraen miel, obtienen hierbas medicinales y se dirigen al río.

Con los productos de estas tierras no solo se alimentan sino que también fabrican artesanías, que son casi la única fuente de ingresos para los habitantes de la zona.

“Sacamos bejuco, tala y otras maderas más para hacer las artesanías y nosotros en lo que no estamos de acuerdo es que esta gente viene y quiere imponer cómo vivir en las comunidades y ahora la intención de ellos es meter 300 cabezas de animales y nosotros estamos acá porque no queremos que se ingresen animales” dijo el cacique.

Al costado del camino vecinal no solo permanecen, hace 17 días, hombres, sino también mujeres, ancianos y niños que recorren varios kilómetros para reclamar “libertad” para seguir recorriendo y haciendo uso de los recursos del lugar.

“Necesitamos andar libremente. Si o si hay que salir al monte a buscar” expresó una de las tantas mujeres que permanecen al costado del camino de la invernada.

Es que casi a diario deben salir a buscar madera para fabricar sus artesanías, que luego venden a la vera de la ruta 34 y ante esta situación se sienten “en peligro” dijo la mujer.

“Los desmontes están acabando con la fuente de vida de la gente originaria. Sin territorio el aborigen no tiene vida” declaró Rodríguez.

La indignación del agro salteño

Diferentes entidades que agrupan a productores agrarios de la provincia mostraron su apoyo a los reclamos y las denuncias de Bourlon a través de un comunicado.

Prograno, Federsal y Sociedad Rural Salteña manifestaron su “preocupación ante las usurpaciones de tierras que hace mucho y en forma sistemática se vienen desarrollando en la provincia de Salta, y ante los hechos de violencia y atropellos que las mismas generan”.

Asimismo, pidieron la asistencia de los orgánicos judiciales y de los gobiernos para dar solución a este conflicto.

“Exigimos a jueces y fiscales que actúen en forma inmediata ya que son ellos quienes deben garantizar el estado de derecho, haciendo respetar las leyes fundamentales de la Nación y la Provincia, para desenmascarar y poner en evidencia a quienes alientan estos delitos y restituir de inmediato los inmuebles ocupados” expresa el comunicado.



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