Cada año mueren 8.000 argentinos en choques

Luchemos por la Vida recomienda controles y multas, educación víal, mejor infraestructura en rutas y rigurosidad para dar licencias de manejo.

20 Nov 2016
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MUY RECIENTE. A principios de mes, un auto embistió a una rastra en la ruta 307. El conductor murió calcinado la gaceta / foto de osvaldo ripoll

Hoy se celebra el Día Mundial de las Víctimas del Tránsito, una fecha institucionalizada por Naciones Unidas para concientizar sobre una problemática que se cobra millones de vidas por año.

La Argentina, a diferencia de otros países, no tiene nada que celebrar: en los últimos 25 años no han disminuido la cantidad de víctimas mortales en ocasión de accidentes de tránsito sino que, cuanto mucho, se ha mantenido en una dolorosa meseta, según la información de la asociación civil Luchemos por la Vida.

El listado de países que mejor hicieron los deberes en materia de tránsito está encabezado por España, que en el período 1990-2004 logró diminuir un 81% los muertos en accidentes en calles o rutas. Le siguen Suecia, con una merma del 63%; Holanda, con el 59%; y Estados Unidos, con el 27% menos. Nuestro país, sostiene Alberto José Silveira, presidente de Luchemos por la Vida, durante todo ese tiempo se ha mantenido en una cifra que oscila entre 7.000 y 8.000 víctimas mortales por año, sin poder bajar el promedio.

Silveira es contundente en sus apreciaciones: si en Argentina los números continúan en rojo es porque son pocas las cosas que se hacen desde el Estado para revertir la tendencia. “Los países que han mejorado sus cifras han asumido un compromiso real con la seguridad vial, hay una política genuina y responsable al respecto. No es nuestro caso”, dice el experto. Luego, enumera las acciones que en el resto del mundo dan resultados:

1.- Controles y sanciones. “Cuando un argentino viaja a España, por ejemplo, respeta todas las normas de tránsito. Y lo hace porque sabe que los controles son rigurosos; y las multas, cuantiosas. Los controles y las sanciones deben asegurar que las leyes de tránsito se cumplan, pero no tienen sentido si se hacen esporádicamente y no son rigurosas”.

2.- Otorgamiento responsable de las licencias de conducir. “En muchos municipios de la Argentina es común que otorguen las licencias por amiguismo, por dinero, o sin ningún examen al conductor. Nos hacen estacionar un auto en tres movimiento entre dos caballetes, pero lo cierto es que nunca nadie en el mundo ha muerto atropellado por un auto que está estacionando... Es importante que los municipios tomen consciencia de que la licencia de conducir debe otorgarse de manera muy responsable”.

3.- Educación Vial. “De una vez por todas, hay que dar educación vial en las escuelas”, dice el experto, con tono exaltado. “Debe darse de manera sistemática a lo largo de toda la escuela y transversal a todas las materias. No sirve una asignatura específica. En Matemáticas, en Física, en Inglés, en todas las materias se puede abordar la seguridad vial”.

4.- Infraestructura vial. “Las rutas en mal estado también ocasionan accidentes. En Argentina hay rutas que están mal, pero que además están mal señalizadas y esto atenta contra la seguridad. Falta cartelería visible y bien ubicada, banquinas asfaltadas, delimitadores, reductores y pavimento con mantenimiento periódico”, sostiene.

El factor humano

La mayoría de los accidentes son ocasionados por errores humanos. Las estadísticas atribuyen hasta un 85% a la imprudencia de los conductores, ya sea por exceso de velocidad, por manejar habiendo consumido alcohol o desapegándose de las normas de tránsito en general.

El resto de los accidentes están vinculados con fallas del camino o del vehículo. “Pero, en definitiva, todos los accidentes son atribuibles al error humano -sostiene Silveira-. Detrás de un camino en mal estado hay un funcionario que no cumple con su tarea. Y detrás de un vehículo que falla hay un conductor que probablemente no hizo el mantenimiento adecuado”.

Silveira insiste en la necesidad de reforzar los controles y ser más estrictos con las sanciones. En este punto se plantea una aparente contradicción: ¿por qué los municipios no son severos con las sanciones, si las multas son una de sus principales fuentes de ingresos? “He conversado con intendentes que te dicen, descaradamente, que los controles y las multas restan votos -reveló-. Existe esa creencia, que es falsa, porque si gracias a esos controles y sanciones disminuimos las muertes en accidentes, no creo que ningún ciudadano deje de acompañar a la gestión”.

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