En Salta, 76 personas murieron en manos de la represión estatal desde el '83

Un informe muestra los casos desde la vuelta de la democracia. Salta es una de las provincias con el índice de homicidios por millón de habitantes más bajo.

06 Dic 2016
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La Coordinadora Nacional Contra la Represión Institucional (CORREPI) presentó su informe anual de la Situación Represiva Nacional 2016, en donde se asegura que en Salta, desde diciembre del '83, suman 76 las víctimas que cayeron en manos de la represión estatal.

No obstante, Salta tiene el segundo índice de homicidios por millón de habitantes más bajo, solo ubicada por debajo de San Juan, con un 62.58% y un 44,05% respectivamente, muy por debajo de la media nacional.

A nivel nacional, en el primer año de Cambiemos, ya son 259 las asesinados. Según la titular de la organización, María del Carmen Verdú, afirmó que “en casi un año de gestión, el gobierno de Cambiemos superó a sus antecesores. Nunca hubo una brecha tan corta como esta, de un muerto cada 25 horas. Entre 2003 y 2015 era de una víctima cada 28 horas y entre el '83 y el 2003 la relación era un muerto cada 30 horas”.

“El Archivo de personas asesinadas por el aparato represivo estatal es un conteo de personas que murieron como consecuencia directa o indirecta de la necesidad intrínseca de los gobiernos de reprimir”, explica el informe.

En el informe, la CORREPI suma a todos los casos de gatillo fácil (fusilamientos); muertes de personas detenidas (que en buena medida corresponden a la aplicación de tormentos, e incluyen, también, algunos casos de desapariciones); fusilamientos en movilizaciones u otras protestas (es decir, los asesinatos cometidos en el marco de la represión selectiva); muertes intrafuerza o intrafamiliares (casos en que el autor utiliza, para “resolver” un conflicto interno o familiar, los recursos represivos que le provee el estado); causas fraguadas, o consecuencia de otros delitos y otras circunstancias que incluye la mayoría de la desapariciones.

Mirá los casos de gatillo fácil y femicidios perpetuados por uniformados con el arma reglamentaria en Salta, llevados a cabo en los últimos años:

El 2 abril pasado, en La Caldera, el agente Víctor Leonardo Sánchez asesinó a Jessica Leticia Sarapura de dos disparos. Unos días antes, en Villa Estela, la agente Delia Socorro Lamas, de 32 años, fue hallada muerta de un disparo en la cabeza en su departamento. El hecho había sido definido en un primer momento como un suicidio, sustentado en la versión de Héctor Leonardo Pérez, efectivo policial y pareja de la mujer. Según lo indicado por Pérez a sus pares, la mujer se había quitado la vida con su arma reglamentaria, una pistola calibre nueve milímetros. Aunque finalmente después de tareas investigativas, el fiscal penal Pablo Rivero, que intervino en el caso, decidió imputar al policía.

El 14 de abril de este año, Braian Nahuel Márquez, de 16 años, intervino para que la Policía no se llevara preso a un amigo. Un uniformado de la División Motorizada del 911 lo redujo y el policía, Nicolás Valdiviezo, golpeó la cabeza del joven contra el piso, lo que despertó la indignación de vecinos. El cabo, extrajo su arma reglamentaria y le efectuó un disparo en el pecho al adolescente, herida que le causó la muerte.

En el año 2012 Diego Quiroga de 32 años, fue asesinado por un efectivo de la División de Seguridad Urbana, el cabo Hugo Vilte Cardozo. El joven agonizó seis días luego de recibir diez disparos del arma reglamentaria de Cardozo en un quiosco en el barrio El Círculo III, en el sur-este de la ciudad. Según testigos –y según el mismo cabo de la policía en su declaración – no se habrían mediado palabras. El caso amenaza perderse en la impunidad.

En noviembre de 2013 Gabriel Mura Ortíz, de 43 años, fue ultimado en el barrio Sarmiento en la zona sur-oeste de la ciudad. Según los testimonios de familiares y vecinos del trabajador la policía motorizada habría llegado al barrio en la tarde noche del 17 de noviembre, y exigieron a un grupo de trabajadores que tomaban cerveza luego de jugar un partido de fútbol que “circulasen”. Ante la respuesta negativa los uniformados habrían intentado reducir a Gabriel, y ante la resistencia de éste descargaron a sus espaldas tres disparos de armas de fuego. Acto seguido reprimieron a los vecinos y familiares. El parte de prensa de la policía alegaba que en el lugar se habría desencadenado un “enfrentamiento entre patotas”…

Juan Daniel Estrada, de 18 años, fue baleado por efectivos del sistema 911 en la noche del 10 de marzo de 2013 en el barrio Santa Rosa, en zona norte de la ciudad.

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