Hasta el último hombre: sin armas y con fe, frente al horror de la guerra

Mel Gibson vuelve a dirigir cine tras 10 años para retratar a Desmond Doss, el objetor de conciencia que salvó 75 vidas en Okinawa. Trailer.

05 Ene 2017
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Hasta el último hombre
DIRECCIÓN: Mel Gibson. ORIGEN: Estados Unidos.
GÉNERO: bélico, drama. AÑO: 2016.
CON: Andrew Garfield, Hugo Weaving, Teresa Palmer, Sam Worthington y Vince Vaughn.
DURACIÓN: 139 minutos.
CALIFICACIÓN: para mayores de 16 años.

La guerra expone al hombre a la mayor brutalidad jamás imaginada, más allá aún de la muerte. Resistirla y rechazarla requiere de una valentía extrema, que debe ser llevada a los extremos para que no se confunda con cobardía.

“Hasta el último hombre” está centrada en Desmond Doss, un joven que se alistó voluntariamente en las filas del Ejército norteamericano en la Segunda Guerra Mundial, pero que se negó a portar y usar armas como objetor de conciencia: como miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (mormón), no estaba dispuesto a matar a nadie. Por este motivo, fue asignado al sector médico y participó en la cruenta batalla de Okinawa, donde rescató a 75 heridos de la primera línea de combate, lo que le valió la Medalla de Honor en 1945 (sólo se entregaron 3.500).

Doss mismo fue herido tres veces durante la guerra, y se enfermó de tuberculosis. Falleció en 2006, a los 87 años. Ya antes de que Mel Gibson pusiera su mirada sobre él, su historia como el único soldado que no portó armas en la Guerra Mundial ya había sido registrada en el libro “El héroe más improbable” (de 1967), en el documental “La objeción de conciencia”, estrenado en 2004, y en un cómic, al tiempo que su nombre figura en tramos de autopistas en Georgia y en Alabama y de una casa de retiro militar.

La película que se estrena hoy recibió tres nominaciones a los Globos de Oro que se entregarán este domingo y ganó dos en los premios de la crítica especializada, entre ellos a la mejor producción de acción.

El soldado desarmado no se identifica como un objetor de conciencia sino como un “cooperador de conciencia que sirve a Dios y al país”. Esta referencia religiosa le vino al dedillo a Gibson, católico practicante, para volver a rodar tras 10 años.

“Me fascinó que se trate de un hombre común que hace cosas extraordinarias en circunstancias extremas, alguien que en medio del infierno sigue defendiendo sus ideas y que se mueve y se sostiene sólo por su fe. Me resultó inspirador”, dijo en el estreno en Cannes.

La actuación protagónica de Andrew Garfield (fue “El sorprendente hombre araña” en 2012 y en 2014) ya le valió numerosos reconocimientos y muchos apuestan a una candidatura al Oscar.

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