La cerveza tirada no tiene tantos procesos químicos ni conservantes como la embotellada

La cerveza es una bebida alcohólica, no destilada, de sabor amargo, que se fabrica con granos de cebada germinados u otros cereales cuyo almidón se fermenta en agua con levadura y se aromatiza con lúpulo. En Godin Tepe (Irán), antiguo pueblo de Elam, se encontraron evidencias de la producción de la bebida que datan del cuarto milenio antes de Cristo.

A la Argentina la bebida llegó en la época de la conquista. Fueron los españoles los que la introdujeron, aunque no está claro cuál fue la primera en el país. Las iniciadoras se encontraban dentro de las casas y tabernas: eran todas artesanales. Más tarde, cuando las tecnologías de refrigeración llegaron, comenzó el proceso de industrialización del producto. Hoy la tendencia parece haber vuelto a sus orígenes.

En Tucumán la cerveza tirada tuvo un auge en la década de 1970. El pionero fue el antiguo bar Alemán, más tarde se sumaría el América. Son muchas las diferencias con la cerveza industrial pero la principal es que la bebida no pasa por los distintos procesos químicos de la industria ni posee conservantes, lo que le permite tener un sabor más natural.

Apostillas

Por cuál empezar.- Cristian Zelaya, encargado de una de las cervecerías que venden cerveza artesanal tirada, les recomienda a las personas que no probaron cerveza que inicien con la Barley Wine. De color bronce, con un 10% de graduación alcohólica (bastante alta para ser cerveza) y corpulenta. “Al principio es amarga pero en la boca te deja un gusto dulce”, describe.

El sistema de canillas.- El sistema de canillas hace que la cerveza del barril pase por un sistema refrigerante que lo mantiene frío y, a su vez, hace que conserve de mejor manera el sabor.

La técnica de la cerveza tirada.- El método para servir cerveza consiste en apoyar el vaso en 45° bajo la canilla. El ángulo es importante porque hace que la cerveza tenga menos fricción. “Con las canillas la vas regulando”, detalla Máximo Robinson, bartender. Por último, por recomendación, se deben dejar dos dedos de espuma porque realza el sabor de la bebida.

Maridaje.- Las rubias (blonde, honey, ipa) son buenas con las picadas y la pizza; las rojas (old ale y scotch) fusionan sus sabores con los postres y los platos agridulces. Las negras (stout) se llevan bien con las carnes rojas.

Una moda en todo el país.- El boom de las cervezas artesanales tiradas está también instaladísimo en los barrios porteños y en las principales ciudades del país. Por supuesto, la tendencia se mudó también a la costa argentina.

¿La pancita “porronera”?.- La investigación “La cerveza y la obesidad: un estudio transversal”, publicado en la revista científica European Journal of Clinical Nutrition, señala que es improbable que una ingesta habitual de cerveza esté relacionada con un aumento significativo en el índice de masa corporal y en el índice cintura cadera.