Sostienen que en Salta no se aplica la Ley Nacional de Hipoacusia

La ley creó un programa nacional para personas de escasos recursos que no tiene estructura dentro del Ministerio de Salud de la provincia.

22 Ene 2017
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Lucas tiene casi dos años y se está recuperando de un implante coclear luego de que hace un año le diagnosticaran hipoacusia, es decir una disminución en la capacidad auditiva. La cirugía se concretó a través del Programa Nacional de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia, creado en el marco de la Ley Nacional de Hipoacusia N° 25415.

Sus papás esperan que en los próximos meses, el implante funcione y él pueda escuchar y comunicarse. Sin embargo, el camino previo fue “difícil, largo y angustiante”, dice su mamá, porque pasaron meses hasta que tuvieron un diagnóstico certero sin que antes nadie les advierta que tenían que hacerle a su hijo estudios auditivos a las pocas semanas de nacer.

Como Lucas, hay muchos chicos sin obra social, que están mal diagnosticados o sin diagnóstico, otros que están tratando su hipoacusia pero que conseguir un audífono o llegar a un implante les representa toda una odisea.

La Ley nacional N° 25415, sancionada en 2001, dispone que “todo niño derecho a que se estudie tempranamente su capacidad auditiva y se le brinde tratamiento adecuado en caso de ser necesario”. En este contexto, la legislación fundó el Programa Nacional de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia que, entre otras cuestiones, establece “arbitrar los medios necesarios para proveer a todos los hospitales públicos con servicio de maternidad, neonatología y/o otorrinolaringología los equipos necesarios para la realización de los diagnósticos que fueran necesarios”. También exige “proveer gratuitamente prótesis y audífonos a pacientes de escasos recursos y carentes de cobertura médica”.

“En Salta el programa no tiene estructura dentro del Ministerio de Salud”, dijo a LA GACETA, referente a nivel provincial del mismo a nivel provincial, Sonia Siminelakis. Por ende su implementación en pacientes sin cobertura médica es complicada. “Se trabaja a pulmón”, agregó la licenciada en Fonoaudiología.

Natalia, mamá de Lucas, cuenta que tuvo un embarazo normal pero cuando llegó a término y el bebé no nacía, se preocupó. Finalmente, el pequeño nació por cesárea en Güemes y le diagnosticaron un soplo en el corazón. “El médico me dijo que le haga estudios de sangre pero no me habló de estudios auditivos. Pasaron los meses, Lucas no lloraba y dormía todo el día. Nosotros sospechábamos que pasaba algo. En Navidad, cuando vimos que otros niños lloraban con el cohetes y él no, decidimos pagar una consulta particular con un otorrinolaringólogo”, relató la mujer.

La familia de Lucas no tiene obra social. Sus papás tuvieron que pagar la “otoemisión acústica”, un estudio preliminar que les realizan a los bebés recién nacidos para detectar alguna anomalía auditiva. El ya tenía ocho meses. El siguiente paso fue el estudio denominado “potenciales evocados” que les permitió llegar al diagnostico de “hipoacusia neurosensorial profunda bilateral” y comenzar un tratamiento. “En ese momento, tuvimos la suerte de conocer a las doctoras, Juana Ceretti y Carolina Mendoza que le hicieron a mi hijo los potenciales evocados gratis y que además me prestaron audífonos porque no conseguía”, destacó Natalia.

“La ley nacional nos ampara pero en Salta las cosas se hacen a medias. En el Materno Infantil hay un solo otoemisor para los ocho mil partos que hay en el año, es poco. Por otro lado, en ningún lugar de la parte pública hay aparatos para hacer el estudio de potenciales evocados. Es un estudio caro y estamos hablando de familias de escasos recursos”, remarcó Siminelakis, quien conoció el caso de Lucas cuando Natalia fue a buscarla para anotar a su hijo en el programa nacional y ver la posibilidad de que obtenga un implante.

A Lucas lo operó el equipo quirúrgico del cirujano otorrinolaringólogo Guillermo González que atendió al pequeño en el hospital público Papa Francisco. El médico habló con LA GACETA sobre lo complicado que es conseguir audífonos para los niños hipoacúsicos sin cobertura médica. “Lo ideal sería que la provincia tenga un banco de audífonos porque hasta ahora no existe a pesar de la ley y del programa nacional. Los que se consiguen son a través de donaciones de pacientes que murieron y sus familiares los entregan y nosotros los calibramos. El audífono es fundamental para una persona con hipoacusia porque estimula la vía auditiva para que el paciente llegue al implante en condiciones óptimas y luego pueda desarrollar el habla”, finalizó González.


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