Revelan que “Chirete” Herrera disponía cuándo Andrea Neri podía visitarlo

Las visitas no cumplían la reglamentación del Servicio Penitenciario y altos jefes las concedían. En 2015, la familia de la víctima había pedido que no se le concediera visitar al recluso.

24 Ene 2017
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Avanza la investigación por el femicidio de Andrea Neri en el Penal de Villa Las Rosas y salió a la luz que el entonces director de la Unidad Carcelaria n°1, prefecto Néstor Guaymás, había autorizado a Gabriel “Chirete” Herrera a recibir visitas ordinarias de la víctima, el 31 de diciembre de 2015. Poco más de un año después, la joven fue asesinada a puñaladas en el pabellón “E” porque, además, los agentes Franco Velázquez y Héctor Franco autorizaron las visitas privadas.

En tal sentido, según lo investigado por la Fiscalía, las visitas de Neri se hacían según disponía Herrera y no en base a disposiciones propias de la reglamentación interna del Servicio Penitenciario. Respecto a este beneficio, los fiscales Pablo Rivero y Pablo Paz señalaron que de la Ley 24.660 de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad, como así también de resoluciones provenientes de la Secretaría de la Gobernación de Seguridad y del Manual de Procedimiento del Departamento de Tratamiento y Vigilancia de la Unidad Carcelaria Nº1, surge que las visitas deben ser reglamentadas por la “Dirección” en cuanto a espacio y tiempo de las mismas.

Asimismo se debía determinar la ubicación de los internos según el grado de peligrosidad de cada uno y “confeccionar planes de acción de prevención y asesorar al Director de la Unidad respecto a los regímenes de tratamiento”.

Por otro lado, el jefe del Pabellón debía “confeccionar y autorizar las visitas privadas de los internos”. En tal sentido, los fiscales concluyeron en que en el caso de Neri la autorización de las visitas privadas “fue adoptada sólo sobre la base del requerimiento del interno, sin tener en cuenta los antecedentes condenatorios y causas abiertas por hechos cometidos en perjuicio de la vida de su anterior pareja, Verónica Soledad Castro (año 2006), incluso en el interior de un establecimiento carcelario”.

Violento antecedente



De la investigación judicial surge el 30 de mayo de 2012 “Chirete” había herido su segunda pareja durante una visita, “hecho que se encuentra registrado en su legajo prontuarial”. Por tal motivo, los fiscales mencionaron que no se tomaron en cuenta las características de la personalidad de Herrera. Tampoco un “alerta” realizado por una jueza de Garantías, como así también no se consideró la prohibición de ingreso que pesaba sobre Neri desde el 21 de diciembre de 2015. La familia de la víctima, por aquel entonces, había pedido que no se le concediera visitar al recluso. Pero la prohibición fue revocada por un pedido compulsivo de Herrera bajo amenazas de iniciar una huelga de hambre y por las opiniones favorables del jefe del Pabellón, Héctor Franco, y el jefe del Departamento de Vigilancia y Tratamiento, José Luis Avalos.

Negligencias


Considerando el prontuario de “Chirete” los fiscales Rivero y Paz determinaron que “no se controló el cumplimiento de las exigencias normativas relativas a la cantidad de visitas privadas que le correspondían a Herrera por su conducta.

“Al respecto, se observa que en los meses de mayo, julio, septiembre y diciembre del año 2016, las visitas excedieron las que avalaba el art. 205 del Reglamento Interno de Unidades Carcelarias; como así también, en el mes de febrero usufructuó una visita privada a pesar de encontrarse alojado en el pabellón “M”, circunstancia contraria a lo establecido por el Manual de Procedimiento del Departamento de Vigilancia y Tratamiento, lo que hace entender que el régimen de visitas responde a exigencias de índole personales y no dispositivas”.

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