La disputa entre empresarios y guaraníes mantiene en vilo a Embarcación

Hace más de 100 días cruzan acusaciones por la titularidad de tierras. Una comunidad aborigen amenaza con cortar la ruta 34 si la justicia no se expide.

07 Feb 2017
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DISPUTA. Empresarios y una comunidad guaraní se disputan tierras hace más de 100 días. FOTO GENTILEZA COMUNIDAD HAPPO PAU

Desde hace más de 100 días, la comunidad originaria guaraní Happo Pau (“raíces nuevas”) está en conflicto con dos empresarios por la pertenencia y usos de dos grandes fincas en Embarcación. Intercambiando acusaciones, desde entonces, la disputa pasó a vías legales entre protestas al costado de la ruta 34 y custodias policiales de las tierras. 
Las fincas de miles de hectáreas están rodeadas por integrantes de ocho comunidades originarias.
“El conflicto inició el 26 de noviembre del año pasado cuando iniciaron los reclamos asegurando que las tierras les pertenecen porque son comunidades ancestrales, sin fundamentos porque nunca fueron usadas por ellos”, aseguró el dueño de una de las fincas, Humerto Bourlón, en diálogo con LA GACETA. El empresario aseguró que la propiedad de las tierras pasó a manos de la justicia quien falló a favor de las dos familias que se dedican a explotarlas para actividades ganaderas y forestales. 
“Desde entonces siete de esas comunidades se retiraron por los Happo Pau insisten en que los terrenos les pertenecen”. La convivencia era buena, aseguró Bourlón: “les permitía ingresar y circular, se llevaban troncos para hacer sus artesanías”.
“Somos propietarios legítimos de las tierras hace más de 50 años, las trabajamos pacíficamente, sin problemas”, indicó. 
Pero el reclamo de los guaranís es insistente y también dieron su versión. 
“Nosotros peleamos por lo que nos pertenece y nos quieren quitar”, dijo días atrás Diana, integrante de la comunidad, en diálogo con este medio. Según la mujer, “la Policía procedió a sacarnos del lugar porque estas personas tienen tráfico de influencia y uno de los nuestros fue detenido cuando cumplía su jornada laboral como albañil, el lunes pasado”, denunció. 
Desde el sábado al mediodía un grupo de aborígenes se apostó al costado de la ruta 34 para visibilizar la protesta amenazando con llevar adelante el corte a media calzada ante la falta de respuestas de la Justicia exigiendo, también la liberación de César Arias. 
Mientras la tensión reina en Embaración, Bourlón aseguró: “hace más de 100 días que no puedo entrar a mi casa”. Según el empresario, “los reclamos son infundados porque tenemos toda la documentación que acredita que nos pertenecen las tierras y ellos se pusieron violentos”, lamentó y dijo que “la misma Policía me dijo que para no caldear los ánimos no me presente en el lugar pero es injusto lo que vivo, es mi tierra, mi finca, mi trabajo”, concluyó. 
La disputa mantiene en vilo a unos y otros a la espera de que la justicia se expida al respecto. El conflicto cumple hoy 104 días. 

Desde hace más de 100 días, la comunidad originaria guaraní Happo Pau (“raíces nuevas”) está en conflicto con dos empresarios por la pertenencia y usos de dos grandes fincas en Embarcación. Intercambiando acusaciones, desde entonces, la disputa pasó a vías legales entre protestas al costado de la ruta 34, amenazas de corte del tránsito y custodias policiales en las tierras. 

Las fincas de miles de hectáreas están rodeadas por integrantes de ocho comunidades originarias.

“El conflicto inició el año pasado cuando ellos aseguraron que son tierras ancestrales y que les pertenecían, sin fundamentos porque nunca fueron usadas por ellos”, aseguró el dueño de una de las fincas, Huberto Bourlón, en diálogo con LA GACETA.

El empresario aseguró que la propiedad de las tierras pasó a manos de la justicia que falló a favor de las dos familias que se dedican a explotarlas para actividades ganaderas y forestales. 

“Desde entonces siete de esas comunidades se retiraron pero los Happo Pau insisten en que los terrenos les pertenecen”, dijo. La convivencia era buena, aseguró Bourlón: “les permitía ingresar y circular, se llevaban troncos para hacer sus artesanías”.

“Somos propietarios legítimos de las tierras hace más de 50 años, las trabajamos pacíficamente, sin problemas”, indicó. 

Pero el reclamo de los guaraníes es insistente y desde el 26 de noviembre de 2016 se sucitó un nuevo conflicto ante la firmeza del reclamo de los aborígenes sobre las pertenencias de las tierras. Dieron su versión. 

“Nosotros peleamos por lo que nos pertenece y nos quieren quitar”, dijo días atrás Diana, integrante de la comunidad, en diálogo con este medio. Según la mujer, “la Policía procedió a sacarnos del lugar porque estas personas tienen tráfico de influencia y uno de los nuestros fue detenido cuando cumplía su jornada laboral como albañil, el lunes pasado”, denunció. 

Desde el sábado al mediodía un grupo de aborígenes se apostó al costado de la ruta 34 para visibilizar la protesta amenazando con llevar adelante el corte a media calzada ante la falta de respuestas de la Justicia exigiendo, también la liberación de César Arias. 

Mientras la tensión reina en Embaración, Bourlón aseguró: “hace más de 100 días que no puedo entrar a mi casa”. Según el empresario, “los reclamos son infundados porque tenemos toda la documentación que acredita que nos pertenecen las tierras y ellos se pusieron violentos”, lamentó y dijo que “la misma Policía me dijo que para no caldear los ánimos no me presente en el lugar pero es injusto lo que vivo, es mi tierra, mi finca, mi trabajo”, concluyó. 

La disputa mantiene en vilo a unos y otros a la espera de que la justicia se expida al respecto. El conflicto cumple hoy 104 días. 

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