La lucha y el recuerdo seguirán floreciendo

El Día de la Memoria se vivió entre homenajes y festejos en el Parque San Martín para decir, una vez más, ni olvido ni perdón y exigir justicia por los desaparecidos.

25 Mar 2017
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FOTO LA GACETA

Luego de la marcha que recorrió el microcentro salteño, cientos de personas se congregaron en el Portal de la Memoria ubicado en el Parque San Martín. Las actividades comenzaron pasadas las 18 y se podía ver a generaciones de familias y distintas agrupaciones reunidas para nunca olvidar y seguir luchando por justicia.

Sin embargo, el escenario, al llegar, no mostraba una unidad total. Por un lado, se podía ver a movimientos como Barrios de Pie, Libres del Sur o La Cámpora cantando al compás de una murga sobre la calle, justo en la intersección de Bicentenario y San Martín.


Por el otro, se apreciaba a un grupo de personas más distendidas, entre mates y en un ambiente más familiar, frente al portal antes mencionado y sobre el Paseo Lucrecia Barquet, muchas de ellas con imágenes de desaparecidos colgando en sus pechos. Aquí también se encontraban representantes de Hijos, la organización de derechos humanos.

En este último escenario irrumpió cerca de las 18:30 una banda de rock, Los Kuervos, cuyas canciones, por momentos, se pisaban con las melodías interpretadas por las agrupaciones sociales que se encontraban en la calle flameando sus banderas. Como se dijo, no había una unidad total, a pesar de que todos estaban allí para recordar y homenajear a los desaparecidos.


Tras algunas canciones, el cantante de la banda interrumpió el show para contar un poco sobre el tema que iban a interpretar a  continuación, “Nunca más”. La letra merece ser transcripta para ver la perfección con la que representaba al título.

“Pintado de verde patrullando está, creíste ser Dios en la ciudad. Tu fierro cargado, picana en la mano, torturando gente. Nunca más. Tu cara de piedra, tu whisky de mierda, chicos en Malvinas. Nunca más. Desaparecidos jugando un mundial, quisiera saber dónde están. Busco respuestas donde la ley no da. El pueblo nunca olvida, creíste que zafabas pero fue NUNCA MÁS”.


El cantante de la banda confesaría luego que vivió los últimos años de la dictadura y, en privado, comentaría a La Gaceta que recuerda cómo los jóvenes hacían cola para anotarse e ir a Malvinas, “a una guerra, nada más y nada menos”. 

También menciona la propaganda que hacían los militares “dando manotazos de ahogado porque el gobierno se les caía a pedazos”, “mintiendo, manejando la prensa para que el país crea sus inventos”.

Al finalizar una de sus canciones, Cristina Cobos, quien perdió a su hermano Martín durante la dictadura, tomó la palabra para invitar a los presentes a la lectura de los alegatos de la fiscalía en el juicio por los desaparecidos de Orán y la UNSa, el próximo 27 a las 14.


El show musical continuó. Cuando el reloj marcaba las 19, la multitud empezó a descongestionar la zona. En ese momento una joven interrumpió nuevamente a la banda para leer una carta que había llegado desde Jujuy y contenía un mensaje que se exteriorizó en la provincia vecina durante los actos de la jornada de ayer.

La misiva recordaba que actualmente siguen existiendo presos políticos en nuestro país, haciendo referencia a Milagro Sala, y que Blaquier, empresario jujeño presidente del Ingenio Ledesma desde 1970, “representa el poder hegemónico que juzga y condena a quien se atreve a frenar sus atropellos”.  

A su vez, menciona la noche del apagón de Ledesma, ocurrida en 1976, durante la cual se cortaron los suministros eléctricos de la ciudad para secuestrar a unas 400 personas, y cuya causa llegará en abril a la justicia pero sin los responsables civiles “porque ellos tienen ganada la impunidad”. “Por eso, hoy debemos seguir exigiendo juicio y castigo a los poderes económicos responsables del genocidio”, continuaba.


Al concluir con la lectura, la joven soltó la frase “30 mil compañeros detenidos y desaparecidos…”, la cual el público se encargó de completar con un “¡Presente! Ahora y siempre. Ahora y siempre”, acompañado por aplausos que darían fin al discurso.

Entre los árboles, colgando de un piolín, se podían apreciar fotografías de los desaparecidos y carteles con la inscripción “Ni olvido ni perdón”. También grupos de personas que charlaban sobre sus casos en particular o el de sus familiares.


Sin embargo, las gotas empezaron a caer y la lluvia dio por finalizado el acto. La gente empezó a correr, tratando de mojarse lo menos posible. La banda de rock, intentando salvar sus instrumentos, tuvo que desconectar todo en una ráfaga de tiempo para luego refugiarse bajo una pequeña carpa. En minutos, quedaron pocas personas en el lugar, el cual ya no contaba con las fotografías, ni los carteles, ni las familias.

La postal que quedó es la del Portal de la Memoria, a cuyos pies se destacaban unas coloridas “alegrías del hogar”.  Ahora adornado por el agua de la lluvia y con los nombres de los desaparecidos en cada ladrillo, arrojaba, con esas flores, un mensaje claro: a pesar de la tormenta, hoy, más que nunca, debe florecer la lucha, el recuerdo y la justica por los 30 mil desaparecidos durante la dictadura militar.  



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