¿Y si vamos a las playas de Perú?

Con un mar templado para todos los gustos y buen clima, el país andino ofrece una buena oferta para descansar unos días, disfrutando del Pacífico.

02 Abr 2017

Desde que se inauguró la nueva ruta aérea Salta – Lima en junio de 2016 muchos salteños optaron por salir desde el país andino al mundo. Para aquellos que desean hacer tramos o viajes más cortos una buena opción es quedarse a disfrutar de Perú. Enterate por qué.

Si bien conocer Lima ya es una buena opción por sí misma (la capital del país ofrece una variada gastronomía de primer mundo, excelentes paisajes que incluyen cerros, mar y puerto) llegar hasta las playas del Perú, es también fácil.

Antes de sacar pasaje, hay que saber que desde Salta a Lima son 2 vuelos semanales, de 3 h 5 minutos de duración. El horario de salida es a las 6.05 y, al ser vuelo internacional, recomiendan estar en el aeropuerto dos horas antes.

“El vuelo desde Salta a Lima se consigue desde $6800, pero con un 50% de ocupación del vuelo los precios se duplican y el mismo viaje puede costar, ida y vuelta, hasta 12.000 pesos”, explica Sergio Vázquez de la agencia Hualfin Viajes y Turismo y agrega: “actualmente hay que sacar los pasajes con un mínimo de tres meses de anticipación para conseguir buenos precios y lugar. Para la semana del Milagro en Salta y Pascuas, los vuelos ya están llenos porque los salteños usamos mucho esos feriados para viajar”.



Playas para visitar:


Las zonas que más atraen a los turistas de Argentina, Chile, Ecuador y Perú son tres: Las Pocitas, Máncora y Punta Sal (esta última, más cerca de Tumbes y del límite con Ecuador.

El clima en estas ciudades es tropical, según la época pero de diciembre a marzo ronda los 28 a 32 grados. Los meses de verano son lluviosos, por estos días muchos pueblos cercanos a los ríos estuvieron viviendo situaciones muy complejas debido a los aludes de barro.



Las Pocitas


Se encuentra a diez minutos en moto taxi de la ciudad de Máncora. El precio de este corto viaje es de 3 dólares, aproximadamente. También se puede llegar en 30 minutos caminando desde Máncora y convertir el día entero en una paseo. En Las Pocitas se alquilan casas de familia y hay una importante variedad de hoteles sobre la playa. Allí se puede desayunar, almorzar o merendar. Esta playa se caracteriza por ser angosta y tener muchas rocas en donde se forman pozos de agua. Para los niños es algo diferente y divertido ya que se observa fauna marina y la experiencia en la playa se transforma. Los alojamientos van desde los U$S 50 la noche y se pueden reservar por internet.



Máncora

Es la ciudad que nuclea a las diferentes playas del Perú. Posee cerca de 10.000 habitantes, algo así como Campo Quijano en Salta que posee 12.000 habitantes, para tener una referencia.

La playa está a solo cuatro cuadras de la avenida principal y posee negocios de todo tipo. Muchos de ellos son como “las pulgas” salteñas y venden productos de playa: mantas, toallas, juegos para chicos. Hay también una feria de artesanos, supermercados, almacenes y panaderías. Los precios son accesibles: yogures, aguas, sodas, cuestan un dólar y se puede comer diferentes menúes desde $50 pesos argentinos. Hay restaurantes de sushi (desde 17 dólares) y por supuesto, en todos se sirve ceviche fresco y pisco (dos tragos por seis dólares), dos de los imperdibles en Perú. Uno de los paseos para hacer es subir al cerro donde se encuentra el Faro de Máncora, un paseo de 30 minutos en donde se descubre la vista de la ciudad.

No hay mucha infraestructura turística, las actividades se desarrollan principalmente en la playa y en el hotel, por eso es importante reservar en un lugar que tenga las opciones que el turista busca. La mayoría de los hoteles poseen pileta, personal que realiza masajes relajantes, restaurante y bar nocturno.

En la playa sucede todo: se puede andar a caballo (30 minutos por 15 dólares) y simplemente pelear un rato con las olas que tienden a ser bravas. En el momento de marea baja la playa se torna exquisita para compartir con los más pequeños los juegos en la arena y las pequeñas olas que entretienen al más aburrido.

Deportes acuáticos como kitesurf, el surf se desarrollan en una parte de la playa de Máncora. Allí se pueden tomar clases y disfrutar la adrenalina del mar. Surfistas amateurs de localidades y países cercanos se acercan a praticarlo. Las clases de kitesurf van desde los 300 dólares por tres días, mientras que las de surf tienen un promedio de 15, 16 dólares la hora. Hay que tener en cuenta que, para aprender, se requieren varias horas –y días- de práctica sobre las tablas que, por supuesto, también se alquilan.

Desde Máncora salen algunos tours, uno de los más destacados es ir a nadar con tortugas marinas y hacer algo de snorkel. Se puede hacer de manera particular o con agencias de turismo que se encuentran ofreciendo el servicio en la avenida panamericana, la actividad va desde los 15 dólares por persona.



Punta Sal

Esta pequeña playa era el lugar que elegían algunos de los personajes más famosos del Perú y de Lima en particular. Actualmente se alquilar casas de familia, hay algunos pequeños hoteles y muy pocos restaurantes.

La experiencia que eligen ofrecer desde el Perú tiene que ver con el hotel All Inclusive, Decamerón. Una cadena de hoteles que se dedica a brindar a la familia una experiencia completa de vacaciones y que se encuentra en Ecuador, Costa Rica, Panamá, Colombia, entre otros países.

El hotel Royal Decameron ofrece otra alternativa de vacaciones. Dentro del hotel hay un equipo de animadores que proponen actividades para los más pequeños y para los adultos: clases de gimnasia, de baile, vóley en la playa y caminatas, son algunas de las opciones. Al ser con modalidad “all inclusive” en el hotel se pueden consumir variedad de comidas y bebidas todo el día. Las instalaciones incluyen show nocturno y bar y un espacio de entretenimientos para niños mayores de 10 años. Un detalle: el WiFi es pago en las habitaciones, no así en el hall de ingreso que es de libre acceso y tiene buena señal.

Su amplia pileta está pensada para el disfrute de los más pequeños y la playa se encuentra al frente. Si lo que buscan los turistas es descansar en el marco de playa y pileta, sin preocupaciones por menúes ni horarios, este hotel es la opción. En esta época del año, las habitaciones para dos personas rondan los 200 dólares por noche.

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