En el desierto, el color rojo volvió a brillar

17 Abr 2017
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PASITO DE BAILE. Sebastian Vettel tiene motivos para dar rienda suelta a su alegría: superó a sus rivales de Mercedes. reuters

Aunque la temporada 2017 de la F-1 recién ha comenzado, el segundo triunfo del año del alemán Sebastian Vettel invita a los hinchas de Ferrari a soñar con adueñarse del título de la “máxima”. Vettel, que ganó en el GP de Australia en el inicio del certamen, volvió a subir al escalón más alto del podio en el GP de Báhrein y con los puntos sumados se colocó al frente de la tabla de posiciones con siete unidades de ventaja sobre el inglés Lewis Hamilton (Mercedes), su escolta en el circuito de Sakhir.

En la previa Mercedes se había mostrado más firme que la “Scuderia” con la primera pole del finlandés Valtteri Bottas y el segundo puesto de Hamilton. Sin embargo, Vettel contrarrestó el dominio de las “Flechas de Plata” en la clasificación con una brillante largada que le permitió colarse entre los autos germanos.

“La salida fue clave para meternos entre los dos Mercedes y no permitirles escaparse como saben hacerlo”, confesó Vettel, que luego se jugó a ganarle el puesto de vanguardia a Bottas en el ingreso a boxes para cambiar neumáticos.

Hamilton se mostró muy agresivo, pero eso no le sirvió de mucho. Y, por el contrario, pagó caro sus excesos: recibió cinco segundos de penalización al entrar demasiado lento en el pit lane por retener al australiano Daniel Ricciardo (Red Bull). “Todo fue culpa mía. Pido perdón al equipo por esa pérdida de tiempo”, se lamentó Hamilton, que también se sintió frustrado por el resultado final. “Claro que estoy decepcionado… Perder puntos para Mercedes y la victoria cuando podrías haber ganado potencialmente es doloroso, pero así son las cosas. No sé, me estaré haciendo mayor…”, dijo.

Sobre el final el tricampeón intentó descontarle al líder, pero Vettel tenía una buena ventaja que le permitió conseguir la victoria con más de seis segundos y medio sobre Lewis. Bottas, en tanto, debió conformarse con completar el podio luego de llegar a más de 20 segundos del vencedor. La suya fue una carrera sin demasiado brillo.

“Fue un gran día, no sé qué decir. La última vuelta, con los fuegos artificiales y las luces encendidas del circuito ha sido increíble. No tengo palabras, fue un gran trabajo por parte del equipo”, resumió Vettel, que ahora más que nunca vive un presente color de rosa, perdón color rojo Ferrari…

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