A seis años de un crimen impune, recordaron a Cintia Fernández

“Ángel mío hoy comienzo, hoy resurjo, hoy planteo mi pedido de justicia y verdad, gracias querida hija por el tiempo que te tuve y sabés que puedo resistir a esta lucha” fueron las primeras palabras de una carta que dedicó Ana Fernández, en memoria de su hija asesinada hace seis años.

Otro viernes marchando alrededor de la plaza 9 de Julio, otro viernes reclamando justicia, esta vez con velas encendidas para alumbrar este “oscuro, largo y tenebroso camino”, según dijo la mujer.

La luz de las velas durante el paso de la marcha alumbraban la imagen del rostro de quien fuera ultimada en circunstancias que mucho tiempo después no se terminan de aclarar: Cintia Fernández.

“Te arrancaron la vida y mi corazón no tiene consuelo, tal vez algún día llegue la justicia de los hombres y encuentre paz”, siguió diciendo una de las referentes de la Comisión de familiares contra la impunidad.

Alrededor suyo forman un semicírculo otros integrantes de una Comisión cada semana más numerosa. “Lamento estar acá y tener que, cada viernes, recibir un familiar nuevo”, dijo Fernández.

La fortaleza de una madre que lucha por hacer justicia, a veces se ve vulnerada por el dolor y las heridas que no cierran.

“No me es fácil, cada año de impunidad  me es más difícil. Muchos dicen que el tiempo cura las heridas, no es así, yo creo que si ustedes le preguntan a todos los que perdimos un hijo en manos de terceros, creo que tienen el mismo sentimiento que tengo yo, las heridas las tengo cada vez más abiertas  y más aún cuando no encuentro la justicia, más aun cuando veo una justicia corporativa, corrupta”, declaró al respecto Fernández.

Luego, una suelta de globos finalizó el homenaje a Cintia, y a cada mujer asesinada en Salta. Una por una es nombrada en la voz de Ana, mientras el recuerdo de las víctimas se elevaba al cielo.