“La distribución justa de los frutos y el trabajo humano son un deber moral”

La Iglesia se sumó al reclamo por puestos de trabajo. Los mensajes fueron similares en varias provincias. Reconciliación El presidente del Episcopado dijo que hay que buscar otros modos de entender la economía y el progreso

02 May 2017
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DEUDAS. Monseñor Jorge Lozano reclamó por los trabajadores que ganan por debajo de la línea de pobreza. dyn (archivo)

BUENOS AIRES.- El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, dijo que la “distribución justa de los frutos de la tierra y el trabajo humano no es mera filantropía, es un deber moral”. De esta manera, se hizo eco de lo que manifestó el papa Francisco.

Ayer, durante la misa que celebró en conmemoración de los días de San José Obrero y del Trabajador, Lozano mencionó que lamentablemente hoy ni siquiera los trabajadores debidamente registrados “tienen un ingreso adecuado y unos cuantos siguen debajo de la línea de pobreza”, según consignó la agencia AICA.

“Es imperioso cuidar los puestos de trabajo -subrayó- y generar otros nuevos. Para lo cual se hace necesario un cambio de mentalidad tendiente a buscar otros modos de entender la economía y el progreso”. Además dijo que no hay que olvidar de dar gracias por el trabajo que se tiene y rezar por todos los que sufren a causa de no tener un empleo digno para ganar el sustento cotidiano.

Cultura del trabajo

El obispo de la ciudad cordobesa de San Francisco, monseñor Sergio Buenanueva, aseguró que uno de los desafíos más grandes de la Argentina es “recrear la cultura del trabajo”. Uno de cuyos primeros elementos - dijo- es introducir a las nuevas generaciones, “que hagan la experiencia, de que el trabajo humaniza, que el trabajo da una satisfacción que no se consigue por otros caminos”.

Buenanueva reconoció que los grandes trabajos, los que más humanizan, los de más largo alcance tienen, deben hacerse con humildad, con paciencia, con perseverancia. “Todo esto se puede decir con una sola palabra, que es muy hermosa, laboriosidad. Aprender la virtud de la laboriosidad, pero también el trabajo mancomunado”, agregó.

El sacerdote dijo también que no podía de dejar de pensar en las familias “que ven la realidad del trabajo con una sombra de incertidumbre” y se refirió puntualmente a la compleja y difícil crisis en la empresa láctea SanCor. “Ojalá que todos los actores pueden sumar su aporte para que esta crisis se solucione de la mejor manera posible realmente lo hagan, pensando en el bien común, pensando en la familia, en los trabajadores”.

En tanto, el obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, hablo de la desocupación y pidió por las familias para que siempre “puedan llevar con dignidad a sus casas el fruto de su trabajo”.

La Pastoral Social de la diócesis de San Isidro (Buenos Aires) emitió un comunicado en el que remarcó que “el pan sin trabajo es la dádiva, y el trabajo si no me trae el pan, es la injusticia”.

“Queremos trabajo para que cada persona pueda tener la dignidad de una vida mejor para su familia”, subrayó en el mensaje para esta fecha.

La Acción Católica Argentina (ACA) a través de su sector Trabajadores emitió una declaración, también citada por la agencia AICA, en la que afirmó que todos los argentinos son responsables de la construcción del bien común y, en particular, de la defensa de los derechos de los trabajadores, “especialmente de aquellos que por la falta o la pérdida del empleo o por su precariedad, ven profundizadas sus dificultades como consecuencia del agravamiento de la situación económico social”.

Por su parte, el vicario general, presbítero Gabriel Mestre, bendijo nuevos espacios del parque Industrial marplatense, donde leyó un saludo del obispo quien los llamó a tener la seguridad de que está orando por todos aquellos que no tienen trabajo.

“Pido por ustedes - expresó Mestre- y sus respectivas familias, a fin de que siempre puedan llevar con dignidad a sus casas el fruto de su trabajo. Hoy golpea a muchos el flagelo de la desocupación. Saben bien que la Iglesia los valora. Extiendo mi oración y bendición a todos los actores del complejo mundo del trabajo, pues entre todos, dejando de lado intereses de parte, debemos tender al buen entendimiento, a la paz social y al bien común”. (Télam)

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