"´Chirete´ rompió el código y se la tienen jurada", aseguran desde el Penal de Orán

Herrera está aislado, no tiene contacto con otros reclusos y aún ningún familiar fue a visitarlo. “Es un ´enfría mujeres´, acá hay gente mucho más picante”, aseguran desde adentro del penal.

06 May 2017
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FOTO LA GACETA

En la zona sudeste de la localidad norteña de Orán se encuentra la Unidad Carcelaria N° 3, la cárcel que en estos días aloja a Gabriel “Chirete” Herrera, quién mató a sangre fría a su pareja, Andrea Neri, durante una visita íntima en el penal de Villas Las Rosas.

Por temor a represalias y que los otros internos atenten contra su vida, Herrera solicitó no volver a cumplir su condena en la penitenciaria de la capital sino hacerlo en alguna cárcel del interior. Fue así que el juez de Garantías 4, Diego Rodríguez Pipino ordenó su traslado a Orán.

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LA GACETA llegó hasta la Unidad Carcelaria N° 3 para conocer el lugar donde se encuentra alojado uno de los hombres que escribió una de las páginas más oscuras de la historia criminal de salta.

Agentes penitenciarios de dicha dependencia contaron a este medio que la llegada de “Chirete” a la penitenciaria norteña despertó sentimientos encontrados tanto en la población carcelaria y los agentes a cargo de su cuidado.

“Es muy bueno para nosotros que hayan confiado en nuestro penal, pero es como tener a cuidado la joyita de la abuela”, explicó uno de los agentes.

Según relató Néstor Rojas del servicio penitenciario, Herrera se encuentra en una celda de aislamiento y alojamiento individualizado, por lo que es observado las 24 horas del día por un policía. Además cumple con un riguroso seguimiento psicológico y psiquiátrico.

Hoy Herrera no tiene contacto con otros reclusos. En una celda cuenta con cama, colchón, luz eléctrica y baño. Aún ningún familiar fue a visitarlo.

Es importante destacar que la cárcel de Orán cuenta con cuatro pabellones en los que se reparten alrededor de 365 internos. Según informaron a LA GACETA desde la penitenciaria, el 30% de los reclusos cumplen condena por delitos de índole sexual.



Código tumbero

En la sociedad siempre se habló que en las cárceles existen los códigos tumberos. Según explicó uno de los agentes penitenciarios “el más sagrado de los códigos” de la cárcel es el de la visitas.

“Chirete rompió el código y se la tienen jurada”, explicó un agente en relación al por qué Herrera no puede volver a reunirse con el resto de la población carcelaria.

“El momento de la visita para un preso es sumamente importante. Reencontrarse con la familia, los afectos y es el momento en el que pueden recibir cosas”, dijo.

Desde que Herrera terminó con la vida de Andrea Neri en el penal de Villa Las Rosas quedó al descubierto las falencias que había dentro del sistema penitenciario y se tomaron medidas al respecto. Una de ellas fue endurecer los controles y restringir las visitas íntimas en el penal, lo que despertó el malestar en la población carcelaria y el resentimiento contra Herrera.

“Chirete mide 1 metro con 65 centímetros y pesa 65 kilos, es un enfría mujeres. Acá hay gente mucho más picante”, contó uno de los guardias.



Pensando en volver

Chirete parece no estar conforme con las condiciones de su encierro y lo hizo saber el primer día en el norte provincial cuando se autolesionó cortándose el brazo con las uñas.

Luego de recibir atención médica en el hospital San Vicente de Paúl, en donde se tuvo que montar un importante operativo policial y dio lugar al rumor de una fuga, el femicida solicitó a la Justicia volver al penal de Villa Las Rosas, lugar en donde concretó su segundo femicidio.

El juez Rodríguez Pipino, a cargo de tramitar la causa ordenó correr vista a las partes intervinientes del pedido del interno de ser trasladado nuevamente a esta ciudad.

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