El compañero de celda de “Chirete” dijo que en Villa Las Rosas se consigue “lo que uno quiere”

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VILLA LAS ROSAS. FOTO LA GACETA

En el requerimiento a juicio en contra del femicida, el Fiscal reveló supuestas falencias en la seguridad del Servicio Penitenciario de Salta.

09 May 2017
En las actuaciones que se basó el fiscal Pablo Rivero para el requerimiento a juicio de Gabriel "Chirete" Herrera por el crimen de Andrea Neri, se investigan serias falencias en la seguridad de la Unidad Carcelaria 1 de Salta de Villa Las Rosas y continúan las actuaciones penales de forma paralela a la causa por el femicidio. 
En el informe que fue elevado el viernes al Juzgado de Garantías 4 -pero que se conoció hoy- el Fiscal contó cómo supuestamente Herrera accedió a la gubia con la que mató a Neri de 36 puñaladas.
Por esos días, cuando "Chirete" cumplía condena en la celda 372 del Pabellón "E" del Servicio Penitenciario, el compañero de celda de Herrera reconoció que cualquier interno "puede tener" un arma así. 
“Un interno puede comprar una gubia de otro pabellón, como así también cualquier otra clase de herramientas y se las paga con azúcar o yerba”, dijo según el informe.  También dio cuenta de otras irregularidades dentro del penal, entre ellas la obtención de teléfonos celulares.
“Los teléfonos celulares se consiguen en la cárcel, se consigue lo que uno quiera”, afirmó e incluso reveló que junto a Herrera eran los únicos que tenían estos aparatos en la celda 372, aunque aclaró que al suyo se lo quitaron hace un año y que sólo “Chirete” tenía uno. Este elemento podría ser clave porque, según la declaración testimonial del femicida, atacó a Neri por un ataque de celos porque vio una foto que la víctima había publicado junto a un hombre en su cuenta de Facebook y esto despertó su ira. 
El preso tomó distancia de su rol y negó ser quién lo mostró la foto que llenó de celos a Herrera. Sin embargo el femicida lo apuntó como quién le hizo ver la foto y le dijo: “vos ves que vas a hacer”, lo cual fue negado por el reo, aunque sí reconoció que tiene una cuenta en Facebook y que entre sus amigos figuraba la víctima.
Presuntas falencias en la seguridad
La investigación penal determinó presuntas falencias en la seguridad del Servicio Penitenciario, que ya habían sido señaladas por el abogado de la familia de la víctima, Santiago Pedroza, y que desde que se conocieron derivó en la imputación y detención de altos jefes. 
En el informe que remitió el fiscal Rivero ante el Juzgado de Garantías 4, la seguridad del Penal de Villa Las Rosas quedó en jaque. El testimonio de un preso fue comprobado por las cámaras de video en el pabellón donde Herrera cumplía condena y dan cuenta de las falencias que los encargados, en los instantes previos al femicidio. 
Un preso contó que el 5 de enero padecía un malestar estomacal y fue hasta un baño. Al mismo lugar ingresó “Chirete” llevando por la fuerza a Neri. Se estableció que en ese lugar Herrera intentó agredir o someter sexualmente a su pareja quien se resistió verbalmente, lo cual fue escuchado por el testigo. Entonces el femicida se percató que no estaban solos y esperó a que el otro preso abandonara el lugar. Esto sucedió. El preso detalló que al regresar a su celda miró hacia atrás y vio que “Chirete” llevaba a su pareja a la rastra a la celda. 
Advirtió esta maniobra al guardia ubicado en un extremo de la celda pero su relato no fue tenido en cuenta. A partir de esto la fiscalía lleva adelante la causa penal paralela por las supuestas irregularidades cometidas por el Servicio Penitenciario en torno al crimen de Andrea Neri.

En las actuaciones que se basó el fiscal Pablo Rivero para el requerimiento a juicio de Gabriel "Chirete" Herrera por el crimen de Andrea Neri, se investigan serias falencias en la seguridad de la Unidad Carcelaria 1 de Salta de Villa Las Rosas y continúan las actuaciones penales de forma paralela a la causa por el femicidio. 

En el informe que fue elevado el viernes al Juzgado de Garantías 4 -pero que se conoció hoy- el Fiscal contó cómo supuestamente Herrera accedió a la gubia con la que mató a Neri de 36 puñaladas. Por esos días, cuando "Chirete" cumplía condena en la celda 372 del Pabellón "E" del Servicio Penitenciario, el compañero de celda de Herrera reconoció que cualquier interno "puede tener" un arma así. 

“Un interno puede comprar una gubia de otro pabellón, como así también cualquier otra clase de herramientas y se las paga con azúcar o yerba”, dijo según el informe. También dio cuenta de otras irregularidades dentro del penal, entre ellas la obtención de teléfonos celulares.

“Los teléfonos celulares se consiguen en la cárcel, se consigue lo que uno quiera”, afirmó e incluso reveló que junto a Herrera eran los únicos que tenían estos aparatos en la celda 372, aunque aclaró que al suyo se lo quitaron hace un año y que sólo “Chirete” tenía uno. Este elemento podría ser clave porque, según la declaración testimonial del femicida, atacó a Neri por un ataque de celos porque vio una foto que la víctima había publicado junto a un hombre en su cuenta de Facebook y esto despertó su ira. 

El preso tomó distancia de su rol y negó ser quién lo mostró la foto que llenó de celos a Herrera. Sin embargo el femicida lo apuntó como quién le hizo ver la foto y le dijo: “vos ves que vas a hacer”, lo cual fue negado por el reo, aunque sí reconoció que tiene una cuenta en Facebook y que entre sus amigos figuraba la víctima.

Presuntas falencias en la seguridad

La investigación penal determinó presuntas falencias en la seguridad del Servicio Penitenciario, que ya habían sido señaladas por el abogado de la familia de la víctima, Santiago Pedroza, y que desde que se conocieron derivó en la imputación y detención de altos jefes. 

En el informe que remitió el fiscal Rivero ante el Juzgado de Garantías 4, la seguridad del Penal de Villa Las Rosas quedó en jaque. El testimonio de un preso fue comprobado por las cámaras de video en el pabellón donde Herrera cumplía condena y dan cuenta de las falencias que los encargados, en los instantes previos al femicidio. 

Un preso contó que el 5 de enero padecía un malestar estomacal y fue hasta un baño. Al mismo lugar ingresó “Chirete” llevando por la fuerza a Neri. Se estableció que en ese lugar Herrera intentó agredir o someter sexualmente a su pareja quien se resistió verbalmente, lo cual fue escuchado por el testigo.

Entonces el femicida se percató que no estaban solos y esperó a que el otro preso abandonara el lugar. Esto sucedió. El preso detalló que al regresar a su celda miró hacia atrás y vio que “Chirete” llevaba a su pareja a la rastra a la celda. Advirtió esta maniobra al guardia ubicado en un extremo de la celda pero su relato no fue tenido en cuenta.

A partir de esto la fiscalía lleva adelante la causa penal paralela por las supuestas irregularidades cometidas por el Servicio Penitenciario en torno al crimen de Andrea Neri.

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