Atlético se agrandó en Brasil pero fue eliminado

Los palos jugaron a favor de Palmeiras y la terna arbitral se equivocó

25 May 2017
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DURA LUCHA. Canuto intenta superar en las alturas a Mina y Guedes. El colombiano, con sus dos metros, ganó varias veces en el área “decana” pero termi

Hay sentencia. No es favorable para Atlético. Palmeiras, un gigante de acá a la China, se interpuso en el camino y lo obligó a despedirse de la Copa Libertadores. Sin embargo, siendo un novato en la competencia y sin contar con el poderío del anfitrión, el “Decano” dejó la imagen de un equipo que merecía colarse entre los 16 mejores de la Copa Libertadores y jugar los octavos de final.

Perdió estando de pie. Es cierto que el 3-1 pudo haberse transformado en goleada, pero nadie puede negar que tranquilamente la balanza pudo inclinarse para el otro lado en algunos pasajes del partido. El “Decano” se pareció a Zé Roberto, el eterno volante/defensor del dueño de casa que corre como si tuviera 18 años y juega con la claridad de un sabio. Fue paciente pese a recibir el primer garrotazo tan rápido como la velocidad de Roger Guedes cada vez que encaró a Fernando Evangelista.

Palmeiras lastimó por el sector izquierdo de su ataque. Sobre el cuarto de hora, de un tiro libre lejano armó una movida de pizarrón. Estuvo Zé Roberto involucrado, también Guedes, que fue el que después de un toque corto remató hacia Lucchetti pero con la fortuna de que la pelota pegó en la rodilla de Yerry Mina. El colombiano se encontró con el gol que le permitía encarar con tranquilidad el encuentro.

Fiel al libreto

La suerte que tuvo Goliat ni por asomo la tuvo David. Aún siendo perdedor, Atlético no se salió de su libreto. Dosificó su energía mental. Así consiguió su primera chance. Leandro González voló y no pudo rematar con precisión. En la segunda, Luis Rodríguez habilitó a David Barbona, quien hizo todo bien pero su preciso remate pegó en el palo del arco defendido por Fernando Prass, quien

Pero esto es fútbol, y como tal, gana el que hace más goles. Fue Palmeiras que pegó tres veces. En cambio Atlético, aún descompensado y buscando la épica no contó ni con una pizca de fortuna.

Tras el descanso, el visitante no bajó el ritmo. Al contrario, lo incrementó aprovechando lo aburguesado que estaba su rival. De a poco empezó a meterle pimienta al duelo. Llegó el gol de “Pulguita” por un gran centro de Evangelista y después pudo haber otras más.

Palmeiras jugó como quiso, es verdad, pero Atlético jamás se dio por vencido. Jugó sabiendo que podía perderlo pero al mismo tiempo dejó en claro que iba a dejar todo en la cancha para sumar los tres puntos que necesitaba

Willian, uno de los ingresados, estableció el 2-1 en una acción donde hubo una clara infracción previa a Evangelista. Desde lejos se vio eso. Desde cerca, Wilmar Roldán dijo siga, siga...

Y se vino el palo por palo. Del casi gol de Palmeiras se pasó al casi empate de Atlético. Jamás importó lo que sucedía en Montevideo porque si algo demostró el “Decano” en esta Copa Libertadores, competencia en la que protagonizó un inolvidable debut, es que siempre dará un poco más, pese a que lo golpeen y le sigan pegando. Zé Roberto lo hizo al final con el 3-1.

Atlético siguió jugando y pese al resultado adverso y la eliminación a octavos de final, se ganó el respeto y la admiración del mundo futbolístico y es no es poco. A hora el nuevo objetivo será la Sudamericana podrá sacarse la bronca.

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