Recorrieron Sudamérica en busca de la inclusión a través de la fotografía

Cinco jóvenes profesionales de diferentes disciplinas llegaron a Salta con sus talleres gratuitos de foto para personas con discapacidad. Conocé su historia.

08 Jun 2017
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“Nuestro proyecto ya lleva casi tres años, surgió a partir de otro proyecto social en donde algunas de nosotras participamos: fotografías para personas con discapacidad. Y ahí descubrimos este valor de las miradas de las personas con discapacidad, para que dejen de ser mirados cuando les saquen fotos y pasen a ser ellos los protagonistas de las miradas y de las fotos que ellos quieren sacar”, cuenta a LA GACETA Melina Martínez.

Melina es una joven diseñadora de imagen y sonido, que junto a 16 profesionales más se embarcaron en un sueño que tuvo más impacto del que esperaban, según ella misma manifiesta. Cinco de ellos, a través de un proyecto que busca que las personas con discapacidad se apropien de sus propios derechos como sujetos, recorrieron varios países de Sudamérica.

El proyecto “Yo también! Soy Latinoamérica”, llevó a Melina a este grupo de jóvenes profesionales de diferentes disciplinas como psicología, fotografía o el arte visual a lugares de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y su recorrido termina en Salta.

Desde el martes que están dictando un taller gratuito de fotografía para chicos con discapacidad intelectual de la escuela especial “Ayúdame a crecer”, de nuestra ciudad.

Además están organizando una muestra fotográfica con los trabajos de los chicos que se realizará en la plaza 9 de julio el jueves de 9.30 a 13.

“Lo que enseñamos son los principios básicos en fotografía,  más que nada les enseñamos a desarrollar su capacidad de mirar, de sacar fotos, que cuenten lo que ellos tienen ganas de dar a conocer” expresa la joven.


La fotografía como herramienta

La fotografía como un modo alternativo de expresión, que puede ser utilizada como una forma de manifestar lo que uno piensa y siente es una de las premisas de este proyecto.

“Muchos chicos con discapacidad intelectual tienen dificultades para poder expresarse verbalmente, tienen problemas en el lenguaje o no saben cómo contar lo que les pasa, lo que sienten; y la fotografía es una nueva herramienta donde ellos descubren que pueden contar lo que ellos ven desde diferentes tomas, ángulos, posiciones”, explica Martínez.

Visibilidad es una de las palabras que más se repite cuando Melina habla del proyecto, y es una de las claves de lo que hacen.

Así explica ella cómo se reconfiguran algunos roles sociales usando como herramienta a la fotografía: “además que se dan a conocer pasan a tener un nuevo lugar en la sociedad porque cuando sacan una foto pasan a ser ellos mismos más visibles todavía, porque la discapacidad tiene ese problema de la visibilización, el desafío es cómo hacer para que las personas con discapacidad se apropien de sus propios derechos como sujetos, y con la fotografía pasa eso, pasan a tener un lugar nuevo en la comunidad o en la escuela”.

“Descubren miradas muy particulares que solamente pueden ser contadas a través de una cámara de fotos”, agrega la joven.

Sobre el proceso de tomar una cámara de fotos y empezar a contar cosas o a expresar puntos de vista, Melina explica que “al principio a algunos les da miedo las cámaras, otros sacan millones de fotos y con el transcurrir de los días como que le dan al proyecto una mirada propia, descubren que les gusta más un tipo de plano, una posición o que hay chicos que les gusta sacar fotos a personas o que hay chicos que no les gusta sacar fotos a personas, y ellos mismos se conocen a ellos mismos  en ese transcurrir con la cámara desarrollando su propia mirada y qué cosas quieren dar a conocer y contar”.

Además esto les permite desarrollar mejores habilidades sociales, sumar autoconfianza y en definitiva generar inclusión social.


La cámara como arma de empoderamiento

La posibilidad de generar imágenes a través de una cámara es algo que hoy por hoy es muy accesible para muchas personas y eso es lo que este grupo de jóvenes profesionales aprovecharon para llevar a cabo su proyecto.

“Es algo que lo tenemos todos, en el celular o en nuestras casas, es algo que les permite a ellos potenciarse, expresarse darse a conocer.  Fue sorprendente porque en el viaje estuvimos en zonas rurales, en ciudades, en zonas alejadas, en diferentes contextos socio económicos pero a todos los chicos les pasaba lo mismo, en un momento se empoderaban de la cámara y la cámara era como su arma para darse a conocer” comenta la joven profesional.

Martínez sostiene que hay habilidades que están como ocultas en algunas personas y que la fotografía ayuda a descubrirlas. “Muchos intuitivamente sabían componer, muchos podían armar regla de los tercios o buscaban las posiciones, se tiraban al piso, se subían a una silla, o temas que nosotros antes de darlos intuitivamente ya los reconocían. Nos sorprendió porque muchos de estos chicos no tienen lecto escritura o tienen poco acceso a los medios y sin embargo había como un conocimiento nato en ellos” afirma Melina.

Por último, la joven reflexiona: “a veces son mirados con lastima, pero cuando los mismos chicos empiezan a darse a conocer y empiezan incluso ellos a mirar y a comunicar imágenes desde sus propias miradas, desde sus propias interpretaciones, con sus propios sentidos de la vida, es como muy sorprendente, también tienen algo que aportar a la cultura”.


¿Querés ayudar?

“Teníamos los fondos para poder terminar el proyecto pero tuvimos un impacto mucho más profundo del que imaginábamos y unas compañeras tuvieron que viajar desde Buenos Aires a Ecuador, a sumarse, y eso nos benefició para el trabajo pero nos complicó por el tema fondos” comenta la joven.

Es por eso que ahora necesitan juntar $25000 para poder costear la estadía en nuestra provincia, gastos de comida y el pasaje de vuelta a Buenos Aires.

Para eso habilitaron su página web en donde reciben donaciones a través de diferentes medios de pago.

Y además brindarán un seminario de capacitación en Fotografía y Discapacidad "¿Cómo incluir desde una cámara?" el sábado 17 de 9 a 13.30 en el Museo de Arte Contemporáneo (Zuviría 90). El costo de la entrada es de $300 y para reservar vacante deben mandar mail a [email protected]


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